miércoles, 25 de diciembre de 2019

En plena Navidad. Dan igual las fiestas, rituales y fechas varias dispuestas en el calendario por nosotros, bípedos implumes. Esa sensación de que es otro quien me suplanta y vive mis días; relampagueantes momentos de ausencia, salida fantasmal del cuerpo y activación del piloto automático.

Modalidad de conversador con acciones motoras e intelectuales elementales, y con una cucharadita de complejidad, (El asistente Siri algo más actualizado) en botón on: Asiente, ladea la cabeza, interviene parcamente y devuelve "meditadamente" las preguntas, pero lo cierto es que, no se está usted dirigiendo a la identidad que activamente, lúcidamente debiera ocupar el sujeto en cuestión.

La recurrente marcha hacia lo nebuloso ¿dónde estoy yo? Un sentimiento harto consciente, extendido como la alfombrada hierba en los dilatados valles, laderas montañosas y liquenosos bosques.

lunes, 23 de diciembre de 2019

La vida es como una película u obra teatral. El sentido aparece porque cuenta con un final. Mientras este no se produce, la tensión, interrogación e intriga devoran todo el evento.

viernes, 20 de diciembre de 2019

Mi idea del tema de la compasión: 
Si a la compasión le acompaña una idea alegre (voluntad fuerte) del afecto, no meramente triste. Es decir, sin contagio del sufrimiento y dolor o bien transformándonos exclusivamente en éste, con su padecer y colmación de tristeza (pasividad) del ánimo. 
Entonces, el individuo que ha dominado (no involucrándose en exceso y por medio del análisis del afecto concreto, evitándose la embriaguez pasional) el efecto lastrante de la compasión, en cualquier circunstancia, se preocupa y alegra por los demás; busca hacerles el bien mediante dicha razón-deliberación y solidaridad (prudencia) afectiva. 
La conmiseración desde el interés (acción, voluntad interna) en obrar, tomada como molde e invertida gracias a la operación racional, queda tornada en acción- sentimiento de "benevolencia razonada" o autoconsciente y en sinonimia con el calificativo "crítica" (desear lo bueno tanto para sí como el resto de personas), luego ubicada dentro de los parámetros de la empatía (em-pathos, emocionarse con, sentir con el otro y sin verse perjudicado en lo tocante a su capacidad de acción).

jueves, 19 de diciembre de 2019

En un principio, podría sostenerse que el libro obra como el alcohol para alejar las penas. La diferencia estriba en que, la lectura forma nuevas redes de neuronas, mientras que el consumo de bebidas etílicas las matan, al tiempo que desintegran tu propio ser por el camino cual estado amnésico sine die (sin fecha).

En cualquier caso, la mejor conmiseración, consuelo, apoyo, respaldo, comprensión, escucha, estima, compasión, condolencia, sanación, curación, oxigenación, des-traumatización, desbloqueo, vigorizante, antídoto, remedio, catarsis, expulsión, desahogo, vómito, mayéutica [...] Prosigue:

Salvación, rescate, exorcismo, auxilio, desenredo, des(a)nudar, socorrer, cuerda tendida (justo para no ahorcarse, a lo que sí contribuyen taimadamente los timplazos de encarecido whisky, o garrafón cuando ya reviste nula preocupación la clase de elixir ingerido enfermante del hígado y responsable de vergonzantes cantos guturales), pañuelo de lágrimas, voz acolchada, mano en el hombro, presionar la palma herida y así sucesivamente.

En la relación y com—penetración bibliográfica (penetrar con las palabras y eróticamente, con amor erradicar el punzante dolor del otro. Cuanto tiene que aprender aún la basta pornografía acerca del sentido y significados bellos de fusión en el sexo ), se remonta el lenguaje a la época griega, con conceptos clásicos marchitos en nuestro tiempo, tales como pathos, eros, philia, areté, agápe...

Toda esta previa melodía de inacabados sinónimos de aire benevolente y aromas a (extraviada) humanidad, proviene de un "amigo de hojas tintadas y simbólicas"—el caldo del arjé, los dioses y su creación— y no de la engatusadora, adictiva—viciosa, nihilista y adormecedora "cicuta intelectual" (Barney Gumble infeliz testigo del marcado deterioro, corrupción e involución de hombre a bestia en primera persona ), envasada en —a la ilusoria vista—inofensivo vidrio o aluminio.
Ser nihilista y misántropo entraña una contradicción, pues la misantropía debería verse destruida-negada  por el pensamiento nihilista.


martes, 17 de diciembre de 2019

A la muerte se la ama y aborrece al mismo tiempo. Tiene lugar un apego a la vida y un ansia por caer en el inmutable sueño eterno algún día. Vivir termina por agotar, pero cuando todavía la salud resiste con mano de hierro y la sangre hierve, nadie clama —¡¡¡Quiero marcharme de aquí!!! Resuena en las calderas internas la estridente sinfonía de "proyectos por cumplir, una obra ejecutar y una huella en la arena del tiempo dejar"...

domingo, 15 de diciembre de 2019

La vida es un dulce vino, al que se le ha inoculado un lento y disimulado veneno. Hora tras hora, nuestro inocente organismo va siendo colonizado y debilitado; un crimen orquestado por la naturaleza. De este punto, se deriva el goce de los dorados y secretos—una nebulosa temporal— minutos antes del culmen de la fatal infección.
Los creadores acostumbran a ser los maldecidos. Se necesita del desprecio ajeno para engendrar obras, que acallen a la masa de corazón de piedra. El ostracismo, al que se ve obligado el paria, obtiene su pago con la sublime y muda venganza en el arte. En sus caóticos muros resuena su burla de la incomprensión. Los espectadores se avergüenzan de su familiaridad con los rumiantes y en la experiencia estética abrazan la compasión con el sufrir propio y ajeno. Dirigen su conciencia a las fuliginosas bocas de la imaginación estética. Les descose, quebranta, acongoja, abruma, enternece, envilece contra su amada figura, etc. El mundo adquiere la verdadera forma. El creador, el apartado, desterrado y marginado—el otro—es el animal que entrega—comparte los ojos, oídos, boca y demás sentidos para contemplar la esencia perdida de las cosas...

miércoles, 11 de diciembre de 2019

La oscuridad, verosímilmente, puede bañar el túnel mental por un largo letargo temporal y súbitamente la inspiración, naciente de una zona subterránea de las tinieblas, alumbrar la salida; la retina recapta la silueta de los frondosos y esmeraldados bosques bajo un cielo huérfano de nubosidad.

lunes, 9 de diciembre de 2019

Detesto la falsa alegría por encima de todas las cosas. Aquella con cara idiotizante de autofingimiento y pretensión de maquillar, con aglutinante sonrisa, las cicatrices del corazón. La de la ignorancia, acerca de la desgracia certera por causas anteriores, completamente idénticas a las vividas actualmente,
y sin embargo, omitir la alarma. Hacer completos oídos sordos__al auxilio de la llamada racional__y retornar a la caída desde elevada cima, con el padecimiento del mismo daño. El enamoramiento con tintes hiperrománticos, la dependencia, aún en escenarios tóxicos, adololece de este mal.

¡¡¡Pobres infelices!!!  Me causa una insondable compasión (que no se traduce en lástima, sino en em pathos—sentir con vosotros) y rabia de justicia lacrimógena y desangrada, vuestra amarga situación. Afirmáis que la boa, con quien habitáis y os ha intentado estrangular asiduamente, lo hacía porque es su manera de ¿quereros? y quería ofreceros un abrazo, o bien determináis que sus golpes humilladores están sujetos a pretexto. Pase lo que pase, no importan el desmán o agravio, hay que perdonarles la afrenta.

—Obró sin mala fe. Me ha prometido no intentar asfixiarme futuramente, cuando nos hallemos en pleno idilio amoroso ¿qué se le va a hacer? He sido lastimado una vez más, pero yo la incité para que me atacase. Fue mi total culpa. No he cedido a su petición y deseos, sobrepasando la autonomía conferida por ella (la boa). Sus razones y derechos absolutos de reptil esgrimía, mientras que extinguidas como ser humano fallecen las mías.

Prosigue la ex-culpación:

-En el fondo, y quitando sus constantes faltas de respeto, humillaciones, cabreos si le contradigo y exhibición de insultos y descalificaciones varias. Por encima de ello, me estima-aprecia y es bueno conmigo.

Frases demasiado sonadas en la sordera de la violencia. No nos engañemos. El único responsable aquí, es el individuo maltratador, el (irre) responsable del sufrimiento y engatusador, ávido psicópata. Experto seductor, zorro cazador (con el perdón de mi simpatía por los zorros. Pido disculpas por su humanización y con este bribón ejecutar comparación) y a todas luces manipulador. Escupe, en su disculpa teatrera, palabras vanas, huecas de cariño. Apego de depredador. En exclusiva dialoga con su ego; capricho, posesión y obsesión. Nula idea de lo que significa el amor.


jueves, 5 de diciembre de 2019

Inicio de la devastadora ventisca. Los copos de fuente impura, levitan y desafían la gravedad, congelando el aire y los segundos. El asfalto adolece de hedonismo y humo canceroso, flatulencias enfermantes adheridas a la línea de petróleo fundido, atravesante de kilómetros hacia, vaya usted a averiguar qué destino, tomen el viandante o conductor.

Los fractales emisarios de las masas de nubes__Kairós (Dios del tiempo y el clima) ejercita el onanismo en las privadas alturas (Desvelada la purgante impureza)__cuyo apagado color compite con el del alquitrán reseco de la apartada carretera, no se detienen en su composición del retrato de "paisaje invernal"; imperativo categórico de la naturaleza—"el cambio climático debe morder el polvo". Juego de la oca —De polvo a polvo y tiro porque me toca. Precisamente, el polvo de incolora cocaína, granulado helado caído, declara en "secreto de confesión" la erótica guerra a la polución humana.

El visitante urbanita se encamina hacia el ojo de la tormenta de esperma; semen; palabras tabú, Freud esboza una sonrisa triunfante de emancipación de neurósis en el lenguaje. El innombrado ciudadano apaga el motor, desciende de su vehículo, ejecuta unos diminutos pasos y se detiene en seco, recibiendo en la cara la catártica y beligerante "eyaculación". La corrida, "cum" de Kairós, borra el pecado de la civilización.

J.B.B
¿Por qué estoy aquí? La única certeza, que albergo a modo de respuesta, es para perseguir la εὐδαιμονία (eudaimonia). Hoy he estado dándole vueltas al asunto ¿no nos sentimos contemporáneamente tan perdidos por la pérdida/ausencia de ese τέλος? A mi entender, habría que recuperarlo desde una singularidad, la de cada quien, que se plantea y localiza el suyo; los medios para su mejora y autorrealización. A modo de supuesto lógico y existencial, es más que viable sostener que existe una dirección o sentido y en aras de la misma, nos desplazamos y levantamos de la cama con cada salida del sol.

El existencialismo__el cual pareciera que ha re-adoptado en el imaginario colectivo la pose dominante durante las dos últimas décadas de este siglo__  e irónicamente con un destino trágico ya conferido de antemano. La marcada corriente sin ese telos, soporte, nos aboca a la angustia por un mañana borroso y sombrío como la muerte. La amargura viene por ese perpétuo habitar en la cuerda floja ¿quién soporta andar todo el tiempo con el acecho de que caerá? Es más, se autoconvencen de su malestar y lo toman por la ley, el "imperativo categórico de lo nefasto". Schopenhauer, Kafka y Cioran" dixit—La genialidad adquiere un incuestionable rostro de tristeza y promesas de mal augurio. Cita alguna figura de las nombradas (cuanto más desalentadora la frase mayor acogida) y los likes de los "fardamos de dudas, pero que no se interrogue a los paladines del pesimismo de nivel suicida", se propagarán como las plagas bíblicas.

domingo, 1 de diciembre de 2019

POEMA

Durante el otoño naciente
El joven ciervo berreaba—rogaba— al "amor"
Recibiendo decepción al frente.
En su angustioso clamor
Habitaba eternamente
La promesa de divisar
A la elegida por Eros
La luna siguiente.

Deer (El ciervo)

viernes, 29 de noviembre de 2019

Nota preliminar:

Quienes interpreten prematuramente que me muestro a favor de la caza, nada más apartado de la realidad. El siguiente texto comprende una reflexión, acerca de que aún arrancando o eliminando la belleza, encarnada por la figura del ganso (un cisne como metáfora hubiese sido más acertado, aunque demasiado irreal, dado que no se suelen cazar), cabe la desembocadura del conjunto en una escena que, pese a resultar éticamente grotesca y dramática éticamente hablando, por tanto cuestionable, desde la mira estética no está exenta de belleza. Personalmente, me genera perplejidad este fenómeno, y apoyándome en estas razones, quería compartirlo en forma de microrrelato literario.

Microrrelato

La escopeta escupió plomo en dirección a su calculado objetivo, el cuello del ganso. La bala atravesó de cuajo el blanco gaznate, trazando un boquete metafísico entre la carne y el "horror vacui"-jerga de estetas bohemios-, mientras un graznido de oráculo fúnebre, naciente de la garganta, inundaba el espacio.

Ráfagamente, tras acoger el esputo verdugo, el ave quedó flotando sobre la fina superficie de la plateada y verdi-musgosa charca, cual "naturaleza muerta" inmortalizada por un pintor de renombre. El silencio reinaba, consumía cada partícula. El agua ya no discurría para el canal auditivo. Ni una ligera ráfaga de viento ondeaba el curso del H2O. Se hallaba paralizada, como —la vida en términos absolutos—en ese preciso instante, congelada.

La escena, inefablemente insultante y trágica; radiografía del cazador injusta—inmoral—, vil y fanfarrona, era pese al destino trágico, inexplicablemente y siniestramente bella. Sentencia del juicio est-ético a priori, sensus comunis—sentido común, ergo compartido.

Ética y estética no vuelan "por necesidad"—categoría— en compañía, en igual medida que —Suena el cuervo de Poe— ¡¡¡Nunca más!!! alzará la vista y alas el fenecido ganso. Da que pensar. El atronador acto violento—crimen— aquietado por un paisaje estético estoico. F. Nietzsche remasterizado: "Lo que se hace por arte siempre está más allá del bien y el mal".

J.B.B
Soy una cosa, esquirla de ventana fracturada, cajón de escritorio ajado, tecla mutilada del piano y que la eternidad pulsa.

Soy una cosa, una vela partida, baldosa salida del suelo, la zanja del sepulcro donde se tiran viejos trastos.

Soy una cosa, un madero de barca en el mar a la deriva, carcomido por síntesis de sal y sol.

Soy una cosa, un trozo de pintura levantada, la rama desprendida y besando el fangoso charco.

Soy una cosa, el cadáver de la silla, que una buena mañana hizo feliz a una familia.

Soy una cosa, el botón caído de la camisa, que jamás volverá a coserse.

Soy una cosa, el calcetín roído viudo y lanzado al contenedor de basura, al que aguarda el triturado y sesión de cirugía estética no consentida.

Soy un cosa, ando por ahí. Abro interrogación—¿Existo?—, mas la ambición y producción no me proporcionan sentido, una función.

Soy una cosa. Aquí sigo, en el páramo de la nada, padeciendo los estragos de la temporalidad, privación de dignidad de la "in-humanidad".

Heidegger—ser manco (no a la mano) y de nulos  sentidos.

Ni siquiera "ser para morir".

Título de la obra (ha sido borrado): Antes podía leerse: "Hermenéutica de la no facticidad".

J.B.B

domingo, 24 de noviembre de 2019

Adoraba de lleno nadar en tu azulado mar ocular. 
Allá, en lo hondo, donde nunca había promesas de monotonía. 
En la medianía de las vidriosas y salobres aguas, vertidoras de sinceras olas. 
Por catárticas corrientes. 
Comunicativas de insólita e indómita naturaleza.
Acuarelas de Turner, entre un sinfín de obras. 
Ideadas por magistral y húmeda ventana. 
Se espejaban pedazos míos.
Visualizados meramente en añoradas ensoñaciones. 
De un tiempo remoto.
Cuyo borroso nombre, es niñez.
J.B.B

sábado, 23 de noviembre de 2019

En todo silencio tiene lugar un cierre, un concluir posibilitante de un renacer o re-generación (re-génesis, re-hacer). La muerte de la voz da paso a la resurrección reflexionante, un no agotamiento. La apertura de la brecha de la linealidad entre el sí mismo y el otro, dejando que en la mudez la palabra no dicha, la perteneciente a la otredad, penetre en el yo y este muera, se derrumbe narcisistamente. Mediante el "silenciarse", ausentarse—sin por ello dejar de reconocerse—, se produce el "intangible beso de amor"; la renuncia al egoísmo entre amantes, importancia de la escucha, la entrega a la cercanía de lo ajeno al sí mismo. Allí, es justamente donde está inscrita la negatividad y por lo tanto reside la autenticidad de la lejanía.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

CRÍTICA DE EL REY LEÓN 2019


Empiezo mi crítica destacando el grado de hiper-realismo e idéntica expresividad en sus protagonistas que la de contemplar un documental televisivo de la naturaleza. Por tanto, constituye un desacierto tremendo, a mi parecer, optar por la fotografía y olvidar el alma; manifestar visiblemente los sentimientos y conflictos en los personajes, en vez de permanecer estáticos e impasibles durante toda la cinta. En el remake, no experimentamos el dolor del pequeño Simba por la pérdida de su padre. De hecho, su rostro refleja lo mismo que cuando se zampa un escarabajo.

Otro punto flaco respecto de la escasez de viveza en los personajes está en que, por ejemplo, el célebre dúo cómico formado por el simpático suricato Timón y el facóquero (tipo de jabalí) Pumba, ideadores de la filosofía de tonos existencialistas Hakunna Matata—no te angusties, la vida es absurda—, en la nueva producción pierden la chispa de comicidad y actúan, en sintonía con el carácter de foto-documental artificialmente, rígidos y sus gracias se tornan absurdas y fuera de escena. La perversidad de Scar (el hermano de Mufasa) es otro ejemplo citado de pobreza psicológica. Esta debe imaginársela el espectador, en tanto que sus ojos y boca apenas varían en ningún plano, en comunión con el hieratismo de los demás animales participantes. Ídem con la complicidad entre Mufasa al jugar con su hijo.

Hablando de fuera de lugar. Los diálogos se han abreviado una barbaridad, mutilándose fragmentos  que aportaban un sentido a la situación descrita. Debido a este acortamiento innecesario, se dan reacciones en las conductas animales no acordes con sus frases, lo que evidentemente deja al espectador preguntándose a razón de qué se desencadenó esa respuesta.

La magnífica música si bien aguanta el tipo, no deja de rememorar el viejo clásico de 1994 y la actualización de las voces y manera de interpretar las canciones, pese a ser fieles al original, para mi gusto  decaen. La trascendencia de antaño, la cual hacía que uno escuchase uno de los temas y se erizase el vello se ha esfumado. Su culpable, el estilismo de no ficción, la no distinción entre realidad y fantasía. Resulta quimérico elaborar una obra imaginativa cuando se le roba la fuerza psicológica a los personajes, limitándolos a los roles de un león o hiena cualquiera de la sabana. De hecho, la burla de las hienas y chistes sin gracia apaga la simpatía dejada por el trío de hienas antagonistas (Shenzi, Banzai y Ed) de los 90.

En lo tocante al ritmo del metraje. La historia acontece muy deprisa. Casi no se permite al público empatizar con la tensión, peligros, sorpresa, rabia, desconsuelo o romance de las situaciones presentadas. No obstante, se las han arreglado para que la película posea unos cuantos minutos más de duración, narrando tramas que completan la original y conceden más protagonismo a las leonas, confiriéndole a la película un toque feminista y de empoderamiento, como corresponde en los últimos estrenos de la factoría Disney.

En conclusión, Disney trata de devolvernos a la infancia, pero se ha llevado el corazón. El resultado es tremendamente hueco, sin más admiración que la dirigida al trabajadísimo pero aglutinante apartado visual. De resto, nada más queda en pie lo que la memoria atesoró del clásico original.
Un escrito personal con tintes kafkianos—que me disculpe Kafka por mancillar su buen nombre— . Espero que resulte de su agrado.

El agua, bebida__a largos tragos__ por mis pensamientos de sol a sol y de inicio a fin de la nocturnidad, es etílica. En efecto, heme aquí, un "beodo cognitivo". Ahogo las penas en vasos-recipientes- de papel y rebosantes de la munición biológica en señal huidiza, a la par que defensiva de cefalópodos-vulgarmente calamares; algún homenaje lovecraftiano "clasificado"—libros de rótulo cambiante—, y paso las madrugadas con el coxis, comúnmente denominado "hueso dulce" (francamente, de dulce tiene bien poco) tensionando la blandura y reposo del colchón y fijando su punto de apoyo; agito, muevo su micro-mundo—reminiscencia arquímedea—en la orilla de la cama, asomándose mi trasero al abismo.

Las asentaderas y restantes miembros—los elevados y subterráneos—del trasero, se hallan en-frentados y mirando de-frente lo otro, negativo y extraño, ubicado más allá de su horizonte hermenéutico—lo innombrado—, localizado tan solo a unos pocos milimetros del borde del "mueble del sueño y pesadillas". Adopto cara de "cogorza de sentido" en medio de una infatigable función, obra de ficción absolutamente tramada-orquestada por mí.

"Nadie" ni "nada" más contiene "presencia" en ninguna de las demás salas, separadas-alejadas del techo habitable. Hace un momento, me he incorporado a pegar el siguiente "post it o possit" (o como cuernos se escriba) en la pared del cuarto pulida a conciencia, plenamente lisa y exenta, por petición propia, de objetos decorativos:

¿Quién se atrevió a jurar que un estado de embriaguez de coherencia, besada razón, no acaba matando la cordura?

Fdo.

El loco.

lunes, 18 de noviembre de 2019

Aprendiendo a cohabitar con las intranquilidades y  desvaríos para la retina. Los, a la vista, cortocircuitos lógicos de cada quien; diagnóstico clínico de clara demencia—desnortación, ida de olla—, pero que leídos detenidamente encarnan la vacilación y desplazarse en una incómoda ambigüedad exigente de reflexión—meditación y despersonalizando al portador del mensaje de su credo moral, lo que no es óbice para perder su mantenencia. Prueba pedida—Radiografía de la dialéctica (juego de opuestos; decir y no decir al unísono, diciendo que no se ha dicho que se ha dicho... (ad infinitum)

Resultados de la zona dialéctica examinada bajo rayos X—filosófica-misosófica. ¡¡¡Joder!!! Adoro esta bazofia. Me causa náuseas eróticas la magnificencia de lo presente. Estado estético—la preciosidad anti-salobre y cubierta de mierda hasta la jeta, lógico, ano-lógico, escato-lógico:

Detectado lo siguiente—El demonio es el antídoto contra el mal de la moral. Yo soy mi demonio, pero lo ignoro y cometo el pecado de la adoctrinante e hipócrita virtud.

Reflexión de hoy

La misantropía no es más que un auto-misismo (auto-desprecio), proyectado en el otro colectivo o plural. Comprende una ultra-culpabilización ajena, la totalidad de los conflictos personales no tratados y por ende no superados, transportados a las malas decisiones y vivencias humanas. De una cadena de sucesos negativos con individuos concretos se infiere falazmente que el resto responderá de modo idéntico. Es por tanto una operación lógica absurda y contraproducente—generalización apresurada— mayúscula, por más que se aliente dicho odio, casi en una contradictoria señal de narcisismo (me odio yo y odio desde el yo mismo; no salgo de mí en ningún momento, ninguneo al otro y no intento comunicarme-dialogar con él, el otro es un yo auto-enajenado), en las mentalidades actuales.

domingo, 17 de noviembre de 2019

El acto de maquinar palabras y esparcirlas en la superficie del medio disponible, es similar a la caída de la lluvia. Es decir, el destinatario del aguacero bien cabe que aborrecezca el húmedo espectáculo. Otra respuesta legítima es quedar boquiabierto ante el__lento y en momentos acelerado__ micro-ballet pluvial y sumirse en un ensimismamiento, o en cambio recibirlo adoptando una pose existencialista—impasible— , constatando el conocido dicho popular, alusivo a otorgar poca importancia a un fenómeno —"como quien ve llover"—. De lo que no cabe duda, es de que tanto el afluir de gotas como de letras literarias desencadena un efecto particular-distintivo en el público, inclusive aquel de permanecer estoicos; sentimentalmente desconectados con vistas a no encarar el absurdo. El afamado absurdo comprende la irracionalidad del mundo; la desconfianza del individuo al infligimiento del sufrimiento, valiéndose como medio la lógica racional, pérdida de fe en la ilustradora razón. En una palabra—resistir al enmascaramiento, cucharadas de azúcar y aromatizantes encubridores de sabor en el arsénico, preparado socialmente y obligado a consumir.

¡¡¡Qué congoja se acumularía en el corazón de esta última tipología, la del predominante "homo glacies" (el humano de hielo), en cuyo tenebroso seno habita un océano de violencia inconfesada. Desdichado, al no contentarse y apercibirse impotente de emitir siquiera su pena en melancólicos pensamientos. Privado hasta de un chillido desde los adentros. Ha optado por renegar de toda afirmación, hasta las nacientes de sí, sus gozos y pesares.

¿Tan vitoreada se estima semejante enfermiza condición? Depresión. En términos románticos: Muda, paradójicamente estoica, kantiana desesperación. Si el arte de vivir se ha transformado en nimiedad. En tiempo verbal condicional, en exclusiva la miseria nos acogería, mas ni al padecerla, estallar en lágrimas de desconsuelo y rechinar de dientes hacia injusticias lograremos, puesto que inertes y encerrados en la estrecha tumba, con vida yacemos.

J.B.B

viernes, 15 de noviembre de 2019

Diálogo entre unos desconocidos:

-¿Por qué antes captaba únicamente lo negativo de las cosas?

-Ciertas malas personas me arrancaron de cuajo la alegría. En el fondo, andaba todo el tiempo aguardando a que me hieran nuevamente ¿Ha observado a un animal herido? Siempre está vigilante y rabioso, a la par que apenado. De tal manera, agitadamente-sofocadamente- respiraba mi mente. Dígame bien ¿es capaz usted de deleitarse con la existencia conservando pensamientos y sentimientos intrusivos, intranquilos y taquicárdicos?

-¿Y cuál es fue su cura o anti-depresivo? Tendría  que contar con alguno para haber salido de ese infierno ¿no?

-Pues verá, sí. Dejé la oscuridad gracias a la concentración-meditación, permitiendo que se entrometa en mi aparato sensorial lo que sea, evitando juzgarlo, valorarlo o etiquetarlo. Algo bello e innombrable, callado para la fastidiosa conciencia, obligadamente debe hacer levitar el alma y registrarse más tarde como excitación grata.

-Muy de acuerdo con usted. El juicio es un torturador psicológico—un cabrón paridor de neurosis— y el anónimo responsable de nuestra infelicidad. Vivimos más pendientes de como queremos que sean las cosas (altas expectativas y por ello raramente realizadas) frente a la aceptación y disfrute de su mundana realidad.

-En efecto. Ya lo mencionaba Bruce Lee- "be water my friend". En una palabra: Fluye. Este es el jodido sentido de la vida, el único además.

viernes, 1 de noviembre de 2019

POEMA

Mi voz emerge de un lugar
Situado bajo el fango está su hogar
Mis palabras, susurros cosidos por un cansado viento.

Último bastión
Superviviente corriente de sentimientos
Colándose elégicamente por esta pequeñísima grieta.

Más de la mitad quedarán desterrados
Pasto del abismo
Pintura de olvido

Ríos secos
Desierto y amputadas sus dunas
Mar baldío

Cielo sombrío
Extravío
Nadie
Funeral de uno mismo.

J.B.B

jueves, 31 de octubre de 2019

La apertura de un libro bien urdido y el vasto mundo externo se para en seco. Bueno, lo cierto es que no te importa demasiado que acontecimientos se suceden en él. Degustas un cremoso y tostado café, al tiempo que el ínfimo espacio que ocupas cobra lo que a ti te basta de la realidad; no guardar relación con ninguna cosa ubicada más allá de tu "horizonte de sucesos" actual: el pasatiempo y buceo en la lectura, junto la despreocupación brindada por los centilitros de gasolina cafeinada arrojados, proyectados hacia el recipiente anteriormente vácuo. El resto es paja nouménica (cosa en sí, algo no conocido. En mi caso, que no le sale de sus posaderas serlo), empleando el argot filosófico de Kant.

Lo expuesto en el párrafo superior, es algo sin duda análogo a la desconsiderada expulsión del individuo a la existencia, con ausencia de consultarle al mismo, al momento de formarse en el útero, si le apetecería asumirla u optaría por permanecer indefinidamente en la invisibilidad del éter. Desde luego, tampoco pidieron permiso a la taza dispuesta delante mío, acerca de si quería verse inundada por un huésped líquido no elegido.

Lo extraño invade todo el rato lo familiar-conocido. Hasta el relato, que están bebiendo los sentidos, es en cierto modo un intruso de cara a mis esquemas y opiniones asentadas. En medio de toda esta amalgama alienígena en plena atmósfera terrestre__en un escenario que debiera ser de sobra cómodo y habitual__yo mismo adquiero los trazos de una figura abstracta, indefinida y extranjera en el ámbito hogareño.

miércoles, 30 de octubre de 2019

En el ignoto y ridículo rumbo que sigue el mundo, me siento fuera de escena, un individuo sobrante. Ya hace un tiempo, unos cuantos meses, en que en el transcurso de mi paseo por el entorno urbano, la sensación asaltante es la de auto-localizarme en otro plano dimensional o físico, desenfocado por entero de la lente de la realidad.
Las furibundas ráfagas de viento rebotan contra la impertérrita piel, a modo de derrotadas gotas de fría lluvia impactando en una opaca estructura metalizada. La sombra de mis ojos negros proyecta un ingente e insondable bache, dibujado allí donde debe situarse el ritmo de mis pasos.
En cuanto al cuerpo, éste adquiere un peso cadavérico__con el aliciente de que la carne sin vida estuviese mojada__y lo arrastro, tal que si cargase una pesada roca quebrándome macabramente los huesos.
Las siluetas humanas, que diviso en derredor, se transforman en maniquíes con un motor instalado. Funcionan mecánicamente, mas ni siquiera ellos saben por qué puñetas ejecutan el movimiento, ni tampoco la razón de empaquetarse en una anodina rutina, esquilmante de cualquier atisbo de alegría. Dichas sensaciones modelan una estación de tristeza atrapante, apegada a las paredes del invernal corazón y con vistas a no hibernar.
—¿Por qué os esforzáis por ejercitar la mandíbula con objeto de contentar a quienes no os devuelven el gesto? ¿qué os empuja a fingir autocomplacencia?
J.B.B

Reflexión del día: ¿Qué es la creatividad?

La creatividad consiste en captar más formas y colores en los conceptos, sensaciones e ideas y conferirles tonalidades, matices y significados distintos a los albergados hasta entonces. No se descubre el Mediterráneo, sino que se le imprime otra mirada, personalizándolo. Es decir, haciendo propia y con ello innovadora la imagen de esa masa de agua. Y es que la creatividad tiene que mucho que ver con el sello personal, único, de cada quién. Ahí reviste la belleza de la identidad. Lo gracioso, es que después no se advierte como especifica la ocurrencia. Luce como una categoría de cualquier ser humano, porque todos nos vemos representados en la reinvención de ese lenguaje. A fin de cuentas, somos lenguaje y éste la mayor parte de las veces nos supera. El silencio de la creación es el eco de la comunión entre las personas, solo que no caemos en ello casi nunca. En el instante en que el objeto ha sido entregado, es cuando el ruido de las emociones confirma esa profunda ligazón con una parte nuestra que ignorábamos.

martes, 1 de octubre de 2019

Cada letra que dejo con mi pluma acostumbra a evocar una astilla clavada en la memoria. Las vivencias  incrustadas son lastimosas, pero también se cuentan aquellas placenteras, pese a que la nívea espuma temporal de las primeras resulta más espesa, frente la tímida y volátil caricia de los instantes atesorados.

Es por ello que el recuerdo de los días lacrimógenos empapa más la substancia del texto y concede el peso protagonista a los sentimientos con los que el lector se cruza, cual tarde parisina lluviosa. Bajo el telón celeste nacarado, las policromáticas luciérnagas de la ciudad prenden la nebulosa estampa. Las contemplamos a través de los húmedos ventanales, al son del repiqueteo de las gotas, en una resguardada y solitaria cafetería de escasa clientela prestando oído a un nostálgico blues; metáfora de las coetáneas  derrotadas notas del corazón: El retrato de un ambiente bohemio.

De este modo, con ese "perfume del norte europeo"—vástago de Bohemia—, tiende a engalanarse gran parte de la literatura, por lo menos es una característica de la mía, máxime en la estación de los hermosos tonos terrosos tintados en la hojarasca, la vuelta de las golondrinas, su jugueteo con el cortante viento y el vendimiar. La recolecta del revitalizante y caldeado vino previamente al azote de las implacables heladas; el marchitamiento y despedida del festejo en la naturaleza, con fantasmales noches hasta recibir el germinante llanto de la neonata primavera.

J.B.B

lunes, 30 de septiembre de 2019

Todos huimos de algo, pero el peor de todos los exilios es el de uno mismo. Antes pensaba que la evasión era la respuesta. Ahora me doy cuenta de que es un acto de cobardía evitar lo que uno es.

La clave estriba en mejorar quién se es desde la aceptación, tal como se integra en la existencia que merece más luchar por el presente y forjar un mañana que estancarse en un polvoriento pasado. Del mismo modo, vale más la pena desplazarse hacia el reconocimiento—reconciliación—la afirmación de lo que se es y es en pos de la mera mutabilidad de la vida. Todo se mueve, nos plazca o no. El que no se enfrenta a sus temores hoy, tarde o temprano los tendrá que capear o jamás se liberará de lo que le priva de ser y sus potencialidades. Mirando fuera de sí, se anda tras la búsqueda de una quimera. Uno no puede estar dándose esquinazo siempre. Después de todo, al final la muerte nos localiza a todos.

sábado, 28 de septiembre de 2019

Generalmente, mi corazón adopta la defensiva estrategia de un sujeto en estado criogenizado; un dormido Romeo a la espera de su amada Julieta (aunque en la obra de Shakespeare es ella quien finge yacer muerta). Sin embargo, cuando tiene lugar la maravillosa incursión de esa persona__con la cual producto de la química se desencadenan reacciones inefables__la capa gélida se derrite, y entonces la enjaulada confianza se canaliza. Fluye nuevamente, al tiempo que el acelerado proceso de conducción del torrente sanguíneo; a manos del órgano reflectante del súbito impacto de la anómala compatibilidad con otra persona.

Alguien que sinceramente—trascendentemente— nos comprende; y con quién no preocupa e inquieta dejar al descubierto nuestra "indefensa" yugular, para que imprima la reconciliadora (especialmente con el género sapiens) y ensoñadora huella__en ocasiones una mordedura fatídica y venenosa, reforzándose todavía más la imperturbable desilusión ¿por qué mentir?__ de sus carnosos labios en ella. La sintonía descrita, el hálito sentimental, funde incluso aquel revestimiento glacial de mayor calado.

Post Scriptum: Si mi escritura se les antoja falta de calor será que quizá aún no he hallado a mi Julieta, o bien los pasados desencantos amorosos han refrigerado en demasía el fluir del sentir. También cabe simplemente interpretar que el sentir de quien recita sobre la pantalla del dispositivo o publica sea particular, por tanto un universo extraño de cara al explorador lector habituado a planetas cercanos a su Sol.

J.B.B

jueves, 26 de septiembre de 2019

SOBRE LA CATEGORÍA SEXO-GÉNERO

Muchas veces me he preguntado cómo me sentiría siendo mujer y acabó llegando a la conclusión de que es tremendamente costoso, porque pero empezar deberían de dejar de gustarme o sentirme atraído por las mujeres, empero, las lesbianas no dejan de ser mujeres por el hecho de mantener relaciones sentimentales y sexuales con miembros del mismo sexo, así que no resulta correcto mi planteamiento.

En cuanto al tema de si poseemos el mismo cerebro tanto hombres como mujeres. Justamente estuve discutiendo el otro día acerca del tema con una amiga, quien me argumentaba que la percepción de la feminidad o categoría de "sentirse mujer u hombre" era de raíz fuertemente cultural.

Concuerdo con ella. No obstante, yo añadí que hay factores socio-culturales y biológicos-hormonales  contribuyentes a la representación de la realidad de un cierto modo (una mezcla no limítrofe—donde no se aprecia con claridad dónde empieza uno y acaba el otro, sino retroalimentado), si bien es cierto que el significado de las cosas es aprendido y las respuestas corporales (algunas, otras evidentemente no)__probablemente por resultado del condicionamiento__ también.

Por supuesto, los denominados roles de género al mismo tiempo son construidos, aún cuando se produzcan predisposiciones en lo tocante a manifestar ciertos rasgos, tales como agresividad, empatía y comunicación en un sexo u otro; claro que con particularidades o excepciones.

La identidad de género a su vez se halla sujeta a la normatividad. Lo considerado o establecido mediante estándares de masculino o femenino y la casual asociación con los órganos sexuales respecto de la correspondencia de los comportamientos sociales. Tienes huevos. Socialmente eres visualizado como un macho: atrevido, chulo, carismático, competitivo, líder. El cabeza de familia, productivo, ingresador, no debes llorar, etc. Pene—órgano activo. Eres mujer o hembra: tu forma correcta es ser más sensible, delicada, presumida, pacífica, educada, callada, esposa sumisa, madre unívoca, cuidadora... Vagina entendido como un órgano pasivo, receptor. Se naturaliza esta completa integración del género en la imagen del sexo.

Es un asunto complejo y donde parece que inevitablemente recibirás duras críticas__ sin importar demasiado lo que argumentes__pero a mi entender no vale la pena reducirlo todo a una sola causa u origen. Participan diversos elementos, lo que desemboca en ese carácter de complejidad explicado. Al final, me he quedado con las mismas dudas e interrogantes que en el inicio.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Si se piensa bien, se produce una relación sumamente estrecha entre el suicidio y la felicidad. Si bien nos referimos a espinosos temas, en especial el calificado como "auto-asesinato/auto-muerte", el sacrificio del individuo que llega a alcanzar el grado de crimen.

Desde un ángulo digamos más frío, analítico; alejado de los posibles sentimientos de temor y malestares personales frente al concepto y sus implicaciones éticas; ambos representan promesas en lo atañente a dejar de padecer sufrimiento.

El primero se dibuja como un ticket seguro de abandono; un viaje sin retorno al mismo vacío, una suerte de limbo—espacio incierto en suspensión—. La segunda constituye un pasaje extraviado, que a veces hallamos y compramos para volver a perderlo nuevamente por nuestros propios medios.

La felicidad es el sueño del trayecto por la solitaria autopista de los recuerdos; los momentos gratos del olvido del ser, la "borrachera existencial", cuando el tiempo se nos manifiesta metafísicamente congelado y el dulce instante luce eterno, casi borrando el rastro de la conciencia sobre él mientras dura.

El suicidio comprende el sueño de quienes presos de desesperación anhelan marcharse con prisa, apostando por una felicidad fundamentada en la nada, el no ser. Inevitablemente, tanto en uno como en el otro se suspende el juicio (pregúntese si es feliz y se evadirá cualquier destello del contento previo) y con ello la noción y amenaza del dolor ¿a qué precio? Lo que sí es cierto, es que la renuncia envuelve a ambos.

J.B.B

sábado, 21 de septiembre de 2019

El engorro de la escritura recae en que casi siempre le pilla a uno desprevenido y debe evadirse, interrumpir la otra actividad que está realizando. Se preguntarán por qué.
El objetivo es que la letanía de pensamientos no se evapore en el irrecuperable vacío, los cuales desean contar una anécdota, reflexión, o simplemente detallar lo que los sentidos de la persona narradora están registrando en ese preciso instante.

Así pues, la introspección—ese recabamiento atemporal de la información—es tarea obligada del literato. Por tales razones, como tiene lugar en el filósofo, pareciera que ande con la mente enfocada hacia la metalizada luna, en vez de concienciarse de pisar tierra firme y estar apegado al mundo sensible. Ello a pesar de que el redactor es un animal profundamente observador y plagado de curiosidad por los fenómenos circundantes.

No obstante, en igual medida que el filósofo, la abstracción termina por ganar la partida y el concepto, sus lenguajes subsumen la realidad mundana, categorizándola. La elevan hacia las frías y solitarias cumbres del sentimiento ;¿quién dictaminó que los sentimientos no pueden albergar un carácter gélido y sin entrar en contradicción emitir—transmitir una sublime hermosura, por ej. la de un paisaje helado reportador de calma? ¿acaso alguien se queda congelado de indiferencia al contemplar una pintura de Caspar Friedrich donde se localicen dichos rasgos?

En lo tocante a la afectividad, el frío goza de muy mala reputación. Todavía se resiente de las quemaduras de primer grado del monopolizador aliento fogoso y asfixiante, tan venerado. Oigan el recital shakespeariano y su connotación pesimista —¡¡¡Este es el invierno de nuestro descontento!!!
En términos generales, el léxico se ha comportado siempre con las bajas temperaturas como si de un marginado perro callejero conducido a la perrera__el patíbulo perruno__ se tratase. Olvidamos que las deliciosas naranjas y otros sabrosos frutos se recolectan en temporadas de abrigo.

Porque no nos engañemos, en la literatura y a diferencia de la práctica filosófica de corte más racional. En el reino literario, los sentimientos toman el control. Actúan imitando a los caballos, que recorren salvajemente las fértiles y heterogéneas  líneas de palabras, al tiempo que con bravura se aventuran en los más inhóspitos desiertos y lóbregos a la par que frondosos bosques.

J.B.B

viernes, 20 de septiembre de 2019

"La cura de la náusea".

Trato de ser misántropo, de veras que sí. Salgo a la calle, paseo y alzo la vista hacia los transeúntes, intentando con vano esfuerzo culparles de mi desdicha. Entonces, caigo en la cuenta de que antaño despreciaba (sin excepción) al mundo, porque hondamente me detestaba a mí mismo. Tal cosa no ocurre en la actualidad.

Por el contrario me tengo estima, no sé cuánta, pero sí la suficiente como para sentir algo "no asqueante" cuando otras entidades vivas pasan a mi lado. Palpo su presencia como si de la mía propia se tratase. El cerebro__no digo que todas mis partes componentes se restrinjan al aparato neurológico, empero, supongamos que allí reposa la conciencia__se halla conectado a la vida, no huye de ella, ni tampoco la aborrece. Posiblemente, porque de algún modo se halla en paz consigo mismo, concuerda internamente y las notas musicales están más o menos afinadas.

Me percato de que no puedo obrar de cierta manera si no creo firmemente en ello. Soy fiel a mí mismo. Después de todo, la honestidad; como tiene lugar con prácticamente cualquier cualidad o atributo de admiración; debe plasmarse en el propio sujeto, la identidad llamada yo. La alteridad y su concepción no es más que un destello de la mirada particular. Yo soy mi infierno y ardo.

En mi coetánea salida urbana cotidiana, me despellejo cuando diviso la tristeza del resto, porque sufren en medio de un cosido silencio, padecen en igual medida que yo. Su dolor es el mío; como lo fue inversamente mi odio pasado, proyectado en perfectos desconocidos y conocidos envidiados o bien aquellos con los que directamente tiraba la toalla, debido a desavenencias en el entendimiento y escala de valores. En resumen, maneras distintas de contemplar la vida disponían infranqueables muros de cara a la mantenencia de la amistad.

Esto es compasión y la búsqueda de los medios para aliviar y advertir el malestar colectivo se inicia con el bienestar individual. Del egoísmo__uno sano, no excesivo o vicioso__ brotan la solidaridad y la empatía hacia nuestros semejantes. Este es mi credo y me esmero por vivir con él.


J.B.B

domingo, 15 de septiembre de 2019

POEMA

La promesa de agonía.
Sicario de vivir en calma.
Imaginar recibir una injusta traición.

Un machetazo seco en el corazón.
Irrefrenable hemorragia brotante.
Privados de besar la expiración.

Nada ni nadie nos salvará hoy o mañana.
De padecer el suplicio del vil acero.
Lastíma a nuestro muy querido y verdadero amigo.

El desbocado, en ocasiones domado.
Relinchante jamelgo (caballo) vital.
Solloza para oídos sordos.
Cobrizo lago de lágrimas, vacío de redención.

Evitemos pensar en tan aciago sino.
¡¡¡Vivamos sin dilación!!!
Hasta el estoico abandono de la creación.

J.B.B

domingo, 8 de septiembre de 2019

EL AUTODESCUBRIMIENTO DE MI ESCRITURA: LO NO NEGRO: POLICROMÍA.

La motivación genera o localiza el sentido. Posiblemente, por eso, al ingerir cafeína o bien realizar un deporte, todo cobra más plenitud__llena ese centro de información neurológico y neuronal falto de energía, electricidad, enlace...__y entonces apetece moverse por un objetivo.

La representación—imagen— de lo deseado se visibiliza, cual corrientazo de electroshock en el órgano cardiaco, y activándose con ello todo el cuerpo; la vida concedida a la inerte criatura de Frankenstein. El cerebro necesita tomar, liberar y segregar sus propias drogas, para rendir adecuadamente y vencer la desagradable sensación de vegetar, yacer casi en estado de coma: la rendición.

—¡¡¡Está vivo y siente que vive!!!

Contrariamente a la mayoría de escuelas y máximas existencialistas (tan divulgadas), la actitud de indiferencia e impasibilidad dirigida al mundo no es la solución, sino el espantoso autorretrato de lo decrépito y mórbido, desfilando funébremente; escurriéndose velozmente el individuo por el desagüe de la vida.

El ansia por acelerar nuestra ausencia bajo el descompuesto fango terrenal o la transfiguración corpórea en etéreas y levitantes cenizas, no es más que una idealización romántica__beber el auxiliador veneno y despedir al dolor__; el vano y engañoso sueño de una libertad del alma trascendiendo este plano.

Como ha quedado reflejado en anteriores párrafos, soy romántico en mi prosa; otro ej: gualdas y cenicientas cataratas ingrávidas ahuman el vasto iris azul celestial. Indultan al firmamento de la infinita condena de la pureza insaciable. Sin embargo, no me identifico con el romanticismo en sus términos clásicos, respecto del carácter tan aciago y trágico del destino de los escritos. En lenguaje más coloquial "sigo mi propio rollo". No ando tras la sombra de nadie, persigo mi propia silueta o mejor dicho, ella se cierne sobre mí.

A mi juicio, es lo que debe intentar hacer cualquier persona, que escriba o tenga intención de ponerse a ello. Hallar su propia voz, transmitir con sinceridad; como salga de los huevos, o a saber de qué puto orificio y no apegarse a directrices de un estilo o tradición "predefinida".

¿Es que acaso uno no puede evocar un romanticismo redentor, que no se regodee en la mierda cantante y danzante, de la que tenemos harta constancia que somos, como mantenía el personaje nietzscheano Tyler Durden en The Figth Club?

Ejecutar la proeza. Actuar desagradable, duro, desalmado y despiadado con lo desagradable. Un gancho directo a la altanera mandíbula del hastío. Knock out. Bastante morralla abunda por doquier ¡¡¡No más intoxicación sanguínea!!!

Mi arte literario, si es que puede denominarse como tal, es anti-adorniano. Es decir, no siente predilección por el sufrimiento, ni tampoco quiere hacerlo recordar. La gente sabe bien el montón de excrementos, que cubre este cenagal. Tal vez se agotaron mi resentimiento y asco; el instinto misántropo de lobo estepario, acidez con la humanidad. El limón exprimido ya no contiene amargor, o por lo menos no albergo propósito alguno de derramarlo sobre los maltrechos corazones de los posibles lectores y el mío.

¿Me toparé con el escollo de Zaratustra y —tampoco soy yo la boca para estos oídos?

J.B.B

martes, 3 de septiembre de 2019

Pequeña reflexión

El problema y causa de la infelicidad no descansa en el inagotable deseo, como han sostenido los estoicos, sino en la idea perfecta que nos formamos de la felicidad; una bella imagen en nuestro campo mental, pero que rara vez se materializa en los términos que nos gustaría. El deseo en sí mismo no es nocivo. 
Es la envidiosa fijación en los dioses, la que nos impide a los mortales contentarnos con lo terrenal. De ahí que la felicidad anhelada habite en las murallas del vedado Olimpo, Asgard, el Cielo y cualquier escenario placentero de residencia de seres supranaturales. 
Después de todo, nuestros modelos aspiratorios los representan los héroes y villanos del cómic ¿y qué son estos más que una remasterización de las viejas deidades (dioses y semidioses)? El hombre espera localizar un sentido perdido más allá de las estrellas. La felicidad, abraza inexorablemente el mito (espejo de nuestro divinizado concepto de perfección) y mediante ello se vuelve mítica. 
Esto se traduce en que, en suma mitificamos el deseo mismo, tornando el objeto pensado en irreconciliable, discordante con el manifestado en el plano empírico. Lo platónicamente imaginable como indeterminado, se defrauda ante "el plano real" de lo limitado, luego determinado. El sueño puro de la libertad se deshace en mil pedazos. 
J.B.B

domingo, 1 de septiembre de 2019

UN RELATO



Se había prometido a sí mismo, no volver a colocar determinadas palabras en su muro:

Absurdo, vacío, sinsentido, abismo, tedio, náusea, asco, insignificante, nada, irrisorio, caos, ausencia, confusión, incertidumbre, patético, miseria, etc y la noción de existencia en los parámetros conceptuales anteriores.

Un servidor manifestaba que estaba hasta los cojones del organismo filosófico llamado existencialismo y sus réplicas—Ante su propagación, temblaría el propio ex-agente Smith, quien se copiaba a sí mismo y con sus clones pretendía controlar todo Matrix en la célebre saga de las hermanas Wachowski.

-Mires por donde mires, da la impresión de que nada más que respira este pensamiento acaparador, cual araña alíen (abraza-caras) abalanzándose inconscientemente a los desprotegidos cerebros de los usuarios, e incubando a los miembros de la amenazadora especie en los señalados huéspedes.

Lo que en su momento emergió como una respuesta a la pérdida del sentido—su mundo devastado en un momento histórico, se ha tornado en el "sentido más unívoco", que el más esclavista de los determinismos.

Dicho de otro modo. Hablamos de la edificación, bien enmascarada, del pensamiento único ¿sabe a qué aludo? Una puta bomba nuclear de ondas expansivas inimaginables. Un virus letal, un simbionte a lo Venom, que penetra en la piel y vuelve a los cuerpos filosóficos y de otra estirpe en zombies aulladores, profiriendo con su voz de ultratumba: "la vida no tiene sentido", "la existencia precede a la esencia, el hombre está condenado a ser libre", hay que aprender a vivir con el absurdo"...

En efecto. Le hablo de auténticos "devoradores" de los todavía cerebros no existencialistas. Dan por sentado que su caminar es crítico y ni siquiera saben para donde coño están andando, hacia ninguna parte. Te hincan el diente, contagian de su "despropósito" y obligan a que también tú te unas a dicha triste comparsa perdida, porque hizo del extravío una tautología. Armó sin quererlo, en su batalla por la libertad, una dictadura opuesta a la autonomía del sujeto pensante.

¿Me va a decir usted que no piensa como ese adoctrinante ejército de walking deads y siervos larvales (portadores de larvas) de Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Sartre, Camus o Cioran?

-Permítame decirle, que es usted más iluso de lo que me pareció en un principio.

J.B.B

viernes, 23 de agosto de 2019

¿Tanto monopolio del espíritu dionisiaco para qué? ¿dónde yace la belleza en el desequilibrio/exceso absoluto, que tanto se demanda actualmente?
La cultura del consumo, no deja de ser hija del insatisfecho océano hedonista de lo dionisiaco.

Amáis el caos y acabáis haciendo de vuestro cuerpo (el cual debería ser un templo—ética del cuidado de sí; ahora con varias grietas y serio riesgo de derrumbe) una deformidad y aplaudiendo con ello la plena subjetividad de la estética, para no sentir repudio de vuestra imagen, la cuál inevitablemente después pasa a ser una idea de la mente. El autoengaño, análogo a los yogures, posee fecha de caducidad.

¿quién piensa adecuadamente a través de una idea contraproducente y destructiva para el individuo—algo que se mueve en contra de la naturaleza (la salud)?

Os embriagáis, padecéis achaques y después culpáis a la sociedad de vuestra propia causa.

Fingís que no seguís al rebaño, pero luego acompasaís sus rituales por encima de la propia salud, despreocupados y entregados al goce extremo. La prudencia yace proscrita. En el fondo de la psique, la juventud nos engaña con el cuadro de la inmortalidad.

Afirmamos que ansiamos la tierra, pero en el trasfondo de la botella existencial—unos la conciben más llena y otros vacía—, seguimos anhelando el cielo. Torturamos y debilitamos al organismo con malos hábitos y más tarde nos preguntamos por qué este enferma, tal que si en el banal disfrute momentáneo (acabe en el placer por el placer), la condición del humano resultase poco menos que divina y ajena a efectos de los mortales.

Asumimos que aquellos fines, con vistas a obtener agrado o saciedad justifican los medios empleados—glotonería, gula—ingerir continuamente alimentos grasos, fritos, salsas, azúcares, hidratos de carbono y excluir de la pirámide alimentaria las verduras, frutas, pescados y carnes, entre otros.

—¡¡¡Qué te den Dionisos o Baco (si jugáis en solitario y pretendéis ostentar el predominio del Olimpo terrenal), devoradores, terroristas de la salud, contribuyendo a envenenar, desgastar y achatar—cortar este fino hilo denominado vida, cuando resulta que es la única que tenemos.

Cada uno se mata cómo quiere. Es libre para llevar a cabo su meticuloso autoasesinato (suicidio no controlado). Yo respondo:

 —Qué triste que la libertad conduzca que mandemos a tomar por culo las acciones—posibilidades futuras, atentando contra el valiosísimo reloj, alojado bajo el pecho. Qué gusto poder decirlo.

Pasad una buena velada y ojalá que no se os atraganten el hot dog, hamburguesa, pizza boloñesa (rellena de carne), patatas fritas, muslos de pollo a la barbacoa o bien donuts y ejércitos de galletas de chocolate y crema, que una jornada más, os estéis zampando.

Se me olvidaba. Que tampoco escasee ese agua gasificada emponzoñada, que llamáis refrescos. Referiré a la dominatrix de este conjunto de bebidas, la Coca Cola, aunque casi todos comparten encantos similares— los cuales poseen maravillosas propiedades; hinchan y mimetizan la barriga con un globo o pelota, perforan pausadamente las paredes del estómago (provocan úlceras), recuperan el brillo de la plata y sirven como estupendo desatascador de tuberías.

P.S Si incomodó este escrito, la hipótesis más probable sea remordimiento de conciencia y disonancia (conflicto) ante la información escuchada. A su vez, diagnóstico síntomas de rechazo de la verdad en altas dosis, con génesis posmoderna: nihilismo, existencialismo, constructivismo, antirrealismo, relativismo, subjetivismo, etc.  

J.B.B

jueves, 22 de agosto de 2019

REFLEXIÓN ACERCA DE LA IDENTIDAD

Aunque cambien apartados de mí o determinadas partes, el conjunto llamado "Jorge" no se ve alterado. Lo mismo sucede con los conjuntos de la gente. Somos quienes somos y la totalidad del ser, identidad  que somos, no depende enteramente de nosotros como nos gustaría. Esta es causa del molde de la genética y las múltiples experiencias-vivencias, que nos han marcado y seguirán haciéndolo. Remarco lo expuesto en otros post. La aceptación de nuestro ser y sus componentes es la libertad. Claro que hay modulaciones, desequilibrios y aberraciones (indeterminaciones y cierto progreso o desarrollo, lo que coloquialmente se conoce como "mejorar", "crecer", "evolucionar"), pero los elementos mencionados no dejan de constituir partes integrantes de nuestra naturaleza y los subconjuntos anómalos tampoco finalizan con el conjunto, en tanto que son menores que la totalidad de subconjuntos adscritos al conjunto "Jorge".

lunes, 19 de agosto de 2019

MEDITACIONES DE UN VERANO (qué más darán el año y la datación mensual y diaria)

Los mejores escritos, dejados mis posts, han sido realizados desde la taza del retrete. Los momentos de inspiración no los escoge uno. 

El alivio fecal—al igual que otros de naturaleza similar, como el orgásmico. Aclaración: Lógicamente, la actividad para con este último se realiza a posteriori del acto sexual y la consabida "explosión final". 

Quisiera ver yo a alguien—que no padezca anaorgasmia, anhedonia o problemas de alguna índole para sentir placer corporal—intentando escribir legiblemente (con vistas a que se entienda y guardando coherencia el texto), al tiempo que, entregado al goce y comandados por el cerebro, sus atributos masculinos o femeninos descargan una corriente placentera de altísimo (en ocasiones menor, dependiendo de factores psicológicos y otras variables ambientales) voltaje, contagiándose al resto de la anatomía. 

Los nombrados desahogos rompen con el estreñimiento, el estado de tensión en la mente-cuerpo. Nótese la verificación del no dualismo (contrario a la separación de ambas sustancias cartesianas-cuerpo y pensamiento). Difícilmente se puede crear, si el estómago y los genitales—en orden jerárquico, sí,—están en guerra. 

Refutación a Freud: 

Las pulsiones del intestino vencen a las del sexo. En otras palabras, cabe una existencia no sexualizada, pero no una sin defecar ¡¡¡Joder!!! Necesitamos cagar en segundo orden de necesidad biológica, seguida a la nutrición. Dudar de este "factum" (hecho) entrañaría admitir una supina estupidez. Ello, la no deposición de excrementos, trae consigo no solamente confeccionar el féretro del arte, sino articular un "bye bye" epitáfico a esta fútil existencia. 

Apunte: Sé bien que prometí no más notas existencialistas, pero es de referencia obligada mencionar el vano esfuerzo de comprender algo, que en todas las líneas sobrepasa al individuo, hasta que éste cierra los ojos y halla un sentido para el que estaba predestinado desde la salida del útero materno. 

Nada de abstractas mierdas racionalistas cartesianas y leibnizianas (la armonía de las mónadas establecidas por Dios—este es el mejor de los mundos posibles), para andar convencidos de que somos y seguiremos siéndolo futuramente. Grábese el individuo estas palabras a fuego: "Assidero, ergo sum". Defeco, luego existo. 

En este imperativo fisiológico debió pensar Heidegger, cuando elaboraba las páginas de su archiconocido Ser (cagar) y tiempo—los instantes en que medita tras haber depurado el intestino grueso y el cabreo cuando se le complica la tarea. Deduzco que Heidegger plantaría sus buenos pinos en la cabaña donde se refugió. Lo contrario contradeciría la posibilidad de poiesis (creación artística). Si las paredes de los baños hablasen... 

¡¡¡No!!! rotundamente no. Hay que teñir al "Ser excremental" del halo intelectual ¡¡¡Qué indigno para un filósofo dialogar acerca del nauseabundo destino de los objetos orgánicos, los útiles alimentarios a la mano¡¡¡ La escatología (alusión al apartado de los excrementos) del Ser debe quedar tabuizada. 

El Dasein se encuentra enajenado consigo mismo, debido en parte a que se finge como "no orgánico"—carácter existencial— ¿cómo no sobrevenirnos la recurrente idea de "ser para la muerte", cuando llevamos varias horas, e incluso días, con un taponamiento del orificio anal ¿acaso algún ser-en el mundo puede advertir un disfrute en el ser arrojado, que no sea proyectar al fondo del váter la gruesa masa fecal confinada, la cual amenaza seriamente con perforarle el píloro, cual xenomorfo en la excelente saga de películas "Alien"? Heidegger se las vería negras al asentar sus posaderas en el trono y discurrir el acontecer, mientras crecía su desespero. 

Dejando a Heidegger y sus apuros gástricos—Hay que comer más fibra Martin. Retornando al rehuído asunto de la vida y la muerte. 

Aviso: Incluiré elementos del nihilismo existencial. 

La única vida que hay es esta—que sepamos empíricamente—, a menos que mantengamos un credo budista y aguardemos una anamnesis—el paso a una nueva alma, la salvable reencarnación respecto de la nada. 

En lo que quiera que sea eso que llaman conciencia—cerebro o propiedades emergentes mentales, exo-cerebrales— Suena en el "background" de ella, el grupo Evanescense y la letra de su célebre canción—"save me from the dark, save me from the nothing that becomes".


J.B.B
Aunque suene paradójico en principio. He llegado a la conclusión de que la libertad constituye la aceptación de lo que nos pasa. Es decir, asumir las limitaciones y vivir conscientes de ellas. No es casualidad que  numerosos pensadores—estoy a años luz de su sabiduría y no lo manifiesto por falta modestia, sino porque es cierto—hayan arribado a la misma idea.

Sí, a su vez yo respaldo que tiene lugar un destino en los individuos. Tarde o temprano, este se nos revela de alguna forma. Luchar contra él es en vano, semejante a plantar batalla a un escrespado mar tempestuoso. El destino es una bestia, y solamente nos resta subirnos a su lomo y no caernos de la montura.

La libertad es justamente la apercepción del no control. Algo que suena tan simple y que sin embargo trae de cabeza a la gente, resistiéndose a dicha admisión de los límites. Todavía no hemos reparado en que el control es la antítesis de la libertad. Dejar que las cosas sean y fluyan, poner en práctica el "wu wei" taoísta (traducido como no acción, no forzarlas, como pasa con el crecimiento de las plantas) es por el contrario la acción más libre de todas.

sábado, 17 de agosto de 2019

La razón como herramienta "natural"—moldeada por la evolución biológica, e inevitablemente empapada de cultura (logos—lenguaje) y (nomos—leyes y normas) , la capacidad del juicio, nos permite distinguir el bien (virtudes-amor, generosidad, respeto, responsabilidad, atención-cuidado, salud) del mal (vicios, daño, malestar, en contra de lo adecuado referente al conatus spinocista—perseverar en el ser, autoconservación individual y colectiva—como especie.

En íntima relación con las virtudes y vicios expresados, naturalmente (los sentimientos anidan en nosotros de forma natural, luego no forzada ni bajo coacción) se inmiscuyen los sentimientos de por medio (con base en el placer y dolor fisiológicos, asociados con los correlatos empíricos—cuerpo de vivencias) y conducen el asunto al ámbito de los intereses particulares; la conveniencia y utilidad, el beneficio propio; el fin aristotélico, que se persigue por él mismo y no por otro, la felicidad. (Aristóteles, Ética a Nicómaco)

El ser humano es egoísta por naturaleza (en términos biológicos-evolutivos—no poco denostados por el discurso posmoderno y sus corrientes constructivistas—busca su bienestar y adaptarse de la mejor manera posible), pero al tiempo si las condiciones circundantes; las circunstancias no le hacen peligrar, suponer un riesgo—experimentar una pérdida/perjuicio considerable, padecer dosis de sufrimiento medias y altas, no cubrir sus necesidades básicas, etc. Entonces, y de acuerdo con David Hume, el individuo es capaz de mirar por otros mostrando benevolencia, preocupación, estima-aprecio y empatía por sus semejantes, en especial los más allegados y con los que establece un círculo relacional más cercano. Mi visión del asunto: "Somos un ser pro-social acotado".

Hay que tener en cuenta que, cabe un aprendizaje distorsionado/tergiversado de ambos conceptos-valores morales descritos, a manos del medio cultural y sus variados estímulos. La complejidad y consecuente problematización de la moral constituyen una realidad, la simplificación—(de sesgo kantiano. Amplitud del obrar altruista (desinteresado) al género humano deontológicamente—mediante el deber—como condición sine qua non. No todo es oro en la herencia ética racionalista y anti-psicologista dejada por Kant)—un ingénuo artificio.

De estas líneas previas se desprende la relevancia de la educación. La enseñanza-aprendizaje correcta de las virtudes; a fin de no confundirlas con los vicios, en el ethos (comunidad) por parte de sus diferentes actores en clave de la filosofía clásica (platonismo, aristotelismo, epicureísmo...) y fundida-apoyada por las teorías pedagógicas contemporáneas.

Un puente entre el paradigma clásico y el coetáneo.

—Nada de inconmensurabilidad (medición, comparación o comunicación) de paradigmas generalizada, le respondería a Thomas Kuhn. La nutrición de la sabiduría antigua con la presente resulta viable, y yo añadiría que "necesaria".

P.S [post-scriptum] Si no estáis de acuerdo con el escrito, francamente me importa bien poco.

J.B.B

martes, 13 de agosto de 2019

RELATO

RELATO

—¿Y cómo esperáis contemplar a los demás con cierto orgullo, satisfechos con vuestro ser, cuando sentís vergüenza/os avergonzáis de vosotros mismos?

Yo fui uno de los primeros en degradarse a la altura de las repugnantes liendres y piojos y en medio de ese estado recurrí a un auto-parasitismo. Succionaba ingentes litros de mi néctar; la endeble autoestima y dormitaba, en mímesis con los murciélagos, en los lóbregos rincones de mi madriguera o barril de Diógenes: la estrecha habitación__para un servidor, la notablemente subrayada línea de demarcación entre el individuo-mundo.

Cuando, la tímida en ocasiones y otras altanera, luz se filtraba por la ventana, ráudamente la cerraba a cal y canto. Aborrecía la claridad y cualesquiera de sus referencias sensibles y abstractas-inteligibles, el traimiento a la memoria de las geométricas formas regulares e irregulares, que habitaban en el conjunto de mi persona, las internas y las externas. Entre esas cuatro paredes de mí circunscrito mundo, sucumbí a la enfermedad mortal kierkeegardiana: el desespero. Allí me sentía desvanecer como ser en el mundo, análogo a un desatendido e inadvertido microbio, surcando el frío e infinito cosmos dispuesto ante su marco de visión; el suelo. Me divisaba demasiado minúsculo, como para comprender que el calificativo "diminuto" en realidad estaba referido a la estancia, en la cual estaba recluído.

Sin embargo, un buen día simple y llanamente me harté. Seguramente, los estudiosos en materia de psicología y psiquiatría habrán descubierto en esta era de avances y retrocesos, que se alcanza un margen de apatía irrebasable. En otras palabras, la pasividad no alberga un desplazamiento infinito, camina por rachas y algunas llegan a ser anuales e impredecibles. En el transcurso de ese intervalo temporal salen verdades, que prefieren ser tomadas por sordas. El cerebro es un órgano sumamente caprichoso. Se agota de reservas de dopamina, oxcitocina, serotonina y demás hormonas, al margen de la voluntad del individuo. Es una fábrica prácticamente incontrolada y autolegislativa (sigue sus propias leyes).

¡¡¡No!!! Cuando te precipitas hacia la brutal ausencia de conciencia, a las inefables tinieblas. En tales circunstancias, paradójicamente reparas en que no es real la libertad. El albedrío, poseído hasta la fecha, no es más que una obra de ficción, orquestada por las jornadas del jolgorio; el vaho de la alegría empaña el translúcido cristal de la realidad. Aburrido de mi desdén. Un abstracto cuadro de la negatividad, revolucionándose en contra de su autorreflejo. Con la escuálida libertad a cuestas, destruí ese espejo. Arremetí de lleno contra la simetría de la negación, tanto de mí como del resto de animales con uso de razón (con excepciones).

Muy lentamente, procedía a la ascensión en la naturaleza. Una elevación restada de jerarquías, sino en una tonalidad que podría calificarse de budista, en comunión con la vida en términos generales. La primera decisión, con la noción del determinismo cerebral, fue la de permitir que el recinto donde dormía volviese a contener luminancia. Inclusive el reino vegetal, con el que comencé por asociar conmigo, requería de calor y el suave roce de los rayos solares con objeto de desarrollar la fotosíntesis, analógo a dichos seres vivos.

En las lagunas de la poco precisa y fiable memoria, acierto a divisar a mi madre llamando a la puerta interdimensional, que divorciaba los conceptos habitación-resto de la casa. En mí, ni siquiera respiraba la voluntad de abrir el picaporte. Por el contrario, ella penetraba en la celda y depositaba el alimento en la incognoscible superficie. Albergo ligeros y fugases fogonazos de momentos, en que arrastraba mi imperceptible cuerpo y dedicaba una anhedónica (sin placer) cata, unos bocados mínimos al plato servido.

Unos meses después y pasada la etapa del orden o identidad de alma vegetal (recalco que suprimiendo escalafones divisores o diferenciadores, establecidos entre otros por los filósofos clásicos), subí__inversamente a Dante en los alegóricos círculos infernales__a la categoría de los miembros animales. Ahora, había realizado la proeza, poco a poco, de accionar el picaporte de la puerta de mi habitación y ejercitar el movimiento de los miembros anquilosados por los diferentes cuartos, acudiendo heterótrofamente (acudir en busca de comida) al frigorífico a servirme alimento y llevando a cabo una dieta más propicia de un animal omnívoro (ingerir toda clase de comida). Atesoraba los instintos y necesidades básicas sobrevenidos: el hambre, la sed, el sexo, etc.

Aparte, me percaté de que alcanzaba unas cotas (muy bajas, eso sí, pero se trazaban cifras en la gráfica perceptiva) de empatía con los habitantes con quienes compartía techo, nutrientes calóricos y no grasos, luz y agua. En efecto, un principio de agrado hacia su presencia se dibujaba en mi abanico emocional, cual animal contento al advertir que personas con quienes habita asientan cariño en su trato. La empatía, el sentimiento de afecto e interés y preocupación por los miembros participantes—el problema filosófico de las otras mentes—-, antes prácticamente invisible, incrementaba (levemente) su voz.

Transcurridos dos años, el bienestar se restauró prácticamente por completo y arañé el orden humano, uno en el que raramente o quizá nunca había obtenido comodidad, una estancia que admitiese como mía. Desde una edad bien temprana, siempre me habían representado como un invitado molesto dentro de ese género, motivo principal éste por el que ni por asomo acertaba a encajar en la ecuación "humanidad". Apunte: -Vaya usted a saber si alguien comprende un carajo de su fórmula y solución.

En los parámetros descritos, brotó de las raíces de mi tierra psíquica y orgánica un sano orgullo, ese que no pretende mirar por encima del hombre ni del hombro, sino solamente hacer notar que -soy un ser en el mundo (con atributos vegetales, animales con sus caracteres pasionales y aquellos cognitivos y afectivos más complejos en los humanos) complacido de sí, con sus privaciones de libertad, dependiente de los —inputs y outputs (entradas y salidas)—cerebrales y lidiando bio-socialmente, le guste o no, con su entorno y sujetos de naturaleza múltiple e incierta ¿para qué engañarnos?, pero que a fin de cuentas entiende.

A tenor de lo narrado en estas líneas, no habría ningún conjunto de razones para descender la cabeza al cruce de las miradas en la calle. Rememorando al filósofo holandés Baruch Spinoza: "La actividad más importante que un ser humano puede lograr, es aprender para entender, porque entender es ser libre".

J.B.B

lunes, 12 de agosto de 2019

OBJECIONES AL RELATIVISMO CULTURAL. LA PROPUESTA PLURALISTA EN ANTROPOLOGÍA

Personalmente, estoy en desacuerdo con la corriente antropológica del "relativismo cultural/culturalismo", en lo tocante a comprender e interpretar "neutralmente" a las demás culturas (desde sus propias creencias, valores, prácticas, hábitos).

En otras palabras, interactuar o establecer cualquier contacto inter e intra-cultural con ausencia de juicio en el miembro no nativo. La cultura y sus subproductos son tomados como marcador primario de la realidad humana, único marco de comprensión-estándares cultuales- del ser humano, desatendiéndose otros y negándose cualquier clase de absolutismo ético y moral.

Yo sí mantengo que por ejemplo el asesinato-sacrificios, violación sexual, mutilación de clítoris y robo son incorrectos/reprobables en términos morales, independientemente del contexto lingüístico- cultural/étnico, desde el que se enuncie la frase.

No obstante, sí concuerdo con el relativismo cultural en que tienen lugar diferentes racionalidades (esquemas, valores y cuerpo de creencias en el globo, mas lo anterior no implica que deba aceptarlas/compartirlas todas ellas por el mero hecho de realizarse dichos hábitos empíricamente, manifestarse en la práctica antropológica.

Es decir. Si bien me muestro partidario de la diversidad cultural, pues constituye un fenómeno real. Empero, creo que deben existir una serie de normas, principios y reglas comunes al género humano por encima de las particularidades geográficas, lo que no significa desprestigiar o repudiar las costumbres y creencias de otras culturas con base en que resulten ajenas a las nuestras, siempre claro está con la condición de no se vulnere el sistema normativo-axiológico consensuado propuesto con anterioridad.

En absoluto se deriva de esto que la cultura receptora resulte superior cualitativamente frente la emisora (perspectiva ETIC-del investigador frente a la EMIC- la perspetiva de la cultura nativa estudiada, o con la que nos comuniquemos).

Lo mostrado en este texto entraña la diferencia entre el pluralismo y el relativismo. Mi posicionamiento en este asunto de cariz antropológica, es pluralista: "Todo cabe, pero no todo vale".

J.B.B

sábado, 27 de julio de 2019

CRÍTICA A LOS VALORES DEL ROMANTICISMO: LA FALSA CONCIENCIA DE INSIGNIFICANCIA DEL SUJETO ANTE LA NATURALEZA OMNIPOTENTE PARA MIMETIZARSE CON ELLA. EL SUEÑO DE QUERER SER DIOS-EL CREADOR.

Si un olvidado árbol cualquiera del área urbana estuviese habilitado con la voluntad ¿no querría éste escapar hacia las límpidas montañas y zafarse del estado de enfermedad, que padecen su copa de demacrados tonos ocres, tronco torcido, ramaje reseco y raíces pútridas? ¿aceptaría de buen grado o mejor dicho, se regodearía en su decadencia?

Y yo nos pregunto a seres dotados de una voluntad (mínima aunque sea) ¿por qué permitir que la miseria existencial consuma nuestro ser? ¿en qué recae el logro de celebrar u honorificar la bajeza de nuestra humana condición?

La mencionada declaración, tan frecuente en los dominios literarios, filosóficos y artísticos. Allí donde soplan vientos románticos, con reminiscencias de las pinceladas del alemán Caspar David Friedrich, plasmando la absoluta insignificancia del homo sapiens ante la sublime naturaleza, etc.

Paradójicamente, en el sacralizado Romanticismo (movimiento artístico y cultural de espíritu anti-ilustrado y enemigo acérrimo de la razón; exaltación de los sentimientos) después se reivindican la libertad y el individualismo buscando emular la naturaleza indómita, tras primero haber desintegrado o desmembrado a la forma (imagen o representación) humana; aniquilamiento de la idea digna de "humano", interpretada a partir de entonces como "noción metafísica", y confinada en las dimensiones de los insectos y organismos microscópicos con tintes kafkianos. Queda inscrita  una máxima en el imaginario colectivo:

—Te despojo de tu dignidad (te bautizo como mísero) y concedo la ilimitada libertad de pisar, y al tiempo ser aplastado cual nauseabunda y sucia cucaracha, mas seré yo, la inadvertible hormiga u otro animal minúsculo al igual que tú, quién asechará y devorará, después de advertir que te hallas en estado moribundo o herido. A sabiendas de que seré escachurrado por un pie, o bien arrancadas mis alas de mosca infecta en un momento futuro.

Pese a autoconcebirse como un insecto, obra con los demás empleando el ego característico de los dioses; naturaleza incontrolable; henchida de libertinaje. El hombre común se asquea de sí mismo y aspira al ideal de lo sublime (superhombre).

En la subrayada idea de infravaloración, se percibe el elevado tufo a falsa modestia, la cual esconde a la perfección el rostro de la vanidad que encierra; el sueño de elevarse y ser mejor, con objeto de tomar las riendas. Tiene lugar la materialización de la pretensión por transformarse el individuo en una todopoderosa, temida y destructiva naturaleza. En este punto se dibuja la confusión romántica entre libertad y la acracia (falta entera de gobierno u orden).

De este modo, ante la afirmación de la bajeza globalmente y ubicados los humanos en el plano de los gusanos, e incluso el reino de los microorganismos, no importuna o genera mala conciencia obrar con mayor bajeza todavía. La bajeza queda permitida/tolerada (normalización) y la virtud es juzgada de altanera. Es decir, que difícilmente cabe establecer una distinción, comparación o réplica hacia las categorías de bajeza. La bajeza ya se ontologizó como propiedad naturiforme de la existencia.

La vida es leída con calificativos de mustia, asquerosa y oxidada, en tanto que se tienen puestos los ojos en una utopía localizada en la mente; la personificación en la sobrecogedora naturaleza, quien no rinde cuentas a nadie y obra fuera de márgenes, superando en poder al propio Creador asesinado (vieja moral repudiada), desdeñando el no cumplimento de la misma.

La utopía ha pasado a ser una lente distorsionada y fragmentada de la realidad existencial, proyectando una mirada distópica sobre toda ella, poco menos que maldita e infernal. Rememoriando la cita shakespeariana pre-rromántica: "El infierno está vacío y todos los demonios están aquí". Se relata de qué manera el individuo se deshumanizó con vistas a divinizarse y exculparse metafísicamente posteriormente (se encuentra más allá del bien y el mal) ¿será éste un propósito bien ensayado y mantenido a buen recaudo por parte de los protagonistas del Romanticismo y sus herederos?

La vida merece una bella, justa y bondadosa muerte (los conceptos alusivos a la conservación, compasión y preocupación son tomados como pensamientos superados (ama a tu prójimo-mandamientos a evitar) y discriminados como poesía; ahí podemos verter lágrimas por el curso del mundo), como el destino de aquel pobre árbol asentado en la avenida, contemplando impotente como se degenera hasta desaparecer. Al divisarlo, los paseantes exclamarán:

—Para eso nació. Por fin dejará de sufrir.

J.B.B

viernes, 19 de julio de 2019

MICRORRELATO


La katana de Yoshi San se tiñó de un incendiario y refulgente color rubí, un anuncio del crepúsculo de su alma...Lo último que divisó su retina antes de alcanzar la budeidad y tras cerrar los ojos, cual suave velo tapando su ser, fue su vetusto abdomen fundido con la espada. El frío metal entró en la endeble y arrugada carne. Había recobrado el honor, y su estoico camino al fin desembocó en la paz de una larga vida ejercitada. Yoshi abrazó el poético momento y se entregó de lleno a la iluminación, a las puertas de la serenidad eterna. Abandonando el mundo, un último haiku recitado:

Cae suave
Pesada piedra
El pájaro mudo

La paz
Del ruido hueco

Últimos pétalos 
Los más bellos de todos 

J.B.B

martes, 25 de junio de 2019

POSMODERNIDAD Y NIHILISMO

En el plano cotidiano, oímos constantemente hablar de la noción de "posmodernidad" ¿pero qué es realmente o cuáles son sus rasgos? ¿cómo es su relación con el nihilismo?

En primer lugar, la posmodernidad es un replanteamiento de la modernidad, una crítica a sus postulados y jerarquías coloniales, económicas e ideológicas. No obstante, al repensarla comete a mi entender el fallo de borrar cualquier línea divisoria o trazar límites, unas nociones orientadoras primarias (llámese principios) frente a la zambullida en una zona de conflicto bélico y estar a merced de las bombas y desprotegidos de los extremismos.

Resulta comprensible entonces referirse a la sociedad del riesgo, el peligro inminente, el fracaso del diálogo político, un poder en la sombra, que para colmo se nos presenta como no vigilante o represor ni normativo en términos foucaultianos-La norma nos atraviesa y llevamos un policía interior que nos coarta-, sino una suerte de condición necesaria con objeto de estar integrados en el sistema.

Todo replanteamiento a mi juicio debería saber cómo mantener elementos previos salvables/rescatables (este ha sido el error de los sistemas educativos en gran cantidad de países). No cabe un barrido completo del sistema anterior, fuera de un análisis reflexivo y colocar nuevas piedras arrancando de alguna pieza servible, reutilizable ¿por qué no asentar un trasfondo ecológico en este punto, la conciencia de replantar, volver a utilizar y no incinerar, trasladada a múltiples esferas de la sociedad? Peor todavía, hay un salto a una incertidumbre enfermiza, un "pensamiento débil" y voluble por entero.

Una deriva posmoderna más adecuada, hubiera sido esa "ecologización descrita" y estudio serio de la razón ¿por qué abocarla a la instrumentalización-El fin justifica los medios- nuevamente después de Auschwitz, el Gulag y demás símbolos de la barbarie, que puede alcanzar mediante la lógica de la muerte y la técnica no autocrítica?

Mediante la supresión de la razón y el gobierno libre de las emociones en un primer género de potencia-pasivos ante el objeto- el juicio estará en manos del arrebato, el populismo y la persuasión tan abundantes. El emotivismo ha sabido bien como herir de gravedad a la "prudencia racional", tornando lo irracional como deseable y anunciador de una libertad de "emocionarse con lo establecido para ejecutar tal respuesta", que lejos de emancipar, ata y encadena al individuo al cable de los medios culturales de opresión o ideologización, un esclavo feliz de la industria cultural.

La posmodernidad ha desembocado en una sociedad banal, simbolizada con la idea del escaparate (las modas, la imitación de las tendencias para integrarse en la ideología predominante y exclusión o marginación al rechazar sus postulados) -gusto por exhibir una transparencia falaz, garante del control y alieanación de variada índole y celebradora de la muerte de la utopía. Enterrado queda el atisbo de esperanza.

Lo denominado como posmoderno abraza el nihilismo (negación de todos los principios y valores, el reducto a la nada, despojándola hasta de su función creadora. Contemple indiferentemente el jardín secarse y no solo el jardín, las masas de muertos aparecidas en imágenes compartidas y expuestas en los informativos televisivos) y conduce a todas las cosas a su finitud. Rememoria de las palabras de Wilde en el magnífico "Retrato de Dorian Gray"-"El hombre conoce el precio de todo y el valor de nada", a la entropía cosmológica y el desgaste biológico. Ilustremos como ejemplo una destrucción celular absoluta y no regenerativa.

Se totaliza el concepto de "descomposición", componiéndose poesías acerca de la porquería que entraña ser humano y su miseria de existencia hueca, vagabundeando sin ningún propósito a la puertas el suicidio, o bien recibiendo el inevitable beso del "ángel exterminador", prolongando en demasía su más que posible muerte.

De lo anterior, obtenemos el que no resulta sorprendente que hasta a la moral le aguarde un destino oscuro. Hay un sucumbir. Se prescinde de la lucha por la preservación. Hay ruinas y despojos de un tiempo atrás maldito, aunque sin pretensión de reconstrucción. El humano se ha rendido y se despreocupa porque el propio mundo en el que habita y es-está arrojado (Dasein heideggeriano) arda en cenizas ¿No advertimos una sacralización del egoísmo en su fase más depredadora?

La sentencia final podría ser la siguiente: La vida ha muerto, el individuo la ha matado y ni siquiera se preocupa por colmarla de un sentido, que le permita soportar dormir y despertarse inhalando aire. Optó por un melancólico sueño de fenecer durante el breve periodo de la conciencia.

J.B.B

miércoles, 5 de junio de 2019

CARTA A LOS POSMODERNOS

Carta a los posmodernos: 
Para que un razonamiento tenga validez, este debe ser absoluto. Si su validez es relativa no puede fundamentarse en nada (es vácuo), en tanto que otros argumentos y lenguajes opuestos a la proposición afirmada albergarán la validez absoluta, que se pretende refutar al negarse toda validez (esto comprende ya un absoluto). La medición cualitativa resultaría imposible y entraña un absurdo lógico. Cualquier elemento estaría inserto a modo de aceptación/permisividad, inclusive aquellos que atentan contra los argumentos esgrimidos. 
Muy distinto es referirse a una validez (contingencia) en un contexto concreto y definida por el mismo (pragmática), pero in situ no deja de contener un carácter absoluto para inferirse una posición a favor o en contra del enunciado expuesto/manifestado. 
Si carece de totalidad, no hay cabida siquiera para el reino de la posibilidad. Algo posible debe partir de un enunciado afirmativo o bien negativo resuelto y no una A y no A (contradicción)
Ilustremos lo anterior con los siguientes ejemplos:
¿puede ser posible que un sujeto sea presidente de un país y no lo sea al unísono? 
¿Es posible apoyar y condenar el procés de autodeterminación catalán? 
¿es plausible que se mantenga la justificación del aborto (con ausencia de excepciones) y en las siguientes líneas se lo desapruebe completamente? 
¿Cómo respaldar los derechos humanos, que me esmero en hacer notar, si concibo que es lícito que se lapide a las mujeres acusadas de infidelidad en los países musulmanes, alegando que hay respetar las costumbres de ese país con un tono progresista del nivel Pilatos (me lavo las manos con lo que pase y en consecuencia no debo juzgarlo) 
Aquí es donde la falacia de la ambigüedad se da de bruces con la realidad del lenguaje. 
Hasta las antinomias (ideas contrarias que no pueden probarse empíricamente, tales como el principio del universo a manos de un Dios frente al Big Bang) de la razón pura requieren de absolutos. La libertad es pensada en la ética y negada en la causalidad de las leyes naturales alusivas al conocimiento. Pero si atendemos bien, en sí el espacio delimitado la libertad en la ética (razón práctica) no puede mutilarse si se ha predispuesto como condición de posibilidad de acción -autonomía. De acuerdo con Kant, no vale decir "Es relativo ser libre en una situación concreta y determinado en el resto de circunstancias y viceversa". 
Tampoco el Übermensch (superhombre) nietzcheano se entregaría a renovar sus valores y volverlos a retomar seguidamente, aduciendo que es relativo lo que se entienda por transvaloración, cometiendo con ello un homocidio contra sus propias convicciones. El absoluto es condición sine qua non (necesario) de la validez. 
Voy más allá: 
La negación perpetúa en la compleja estética de Theodor Adorno no deja de responder a una resistencia equiparable a validez absoluta ¿cómo podría el pobre Adorno contentarse con reivindicar el sufrimiento en el arte y la conciencia de la barbarie en la estética de lo feo (lo negro), publicitando discursos favorecedores de la industria cultural, alentando al empleo de colores alegres y la promesa de felicidad, junto a la traición a su estilo hermenéutico, pasándose al bando analítico, la claridad tan repudiada por él? 
A propósito de la estética ¡¡¡No señores!!! En el arte tampoco tiene plaza la contradicción. A la hora de jugar con que algo sea y no sea (caso de la pintura de Magritte-"Cesi n‘ est pas une pipe"), estamos en realidad negándolo, en tanto que el no ser cobra más fuerza/preponderancia que el ser. El arte de tendencia nihilista se regodea en su gusto por la ficción de la nadería, la antítesis para acometer una embestida a la realidad (renuncia a la adaptación). No obstante, por mucho que nos esforcemos en omitir el mundo, estamos en un absoluto, en la omisión. Es inimaginable una sociedad, universo y sociedad coexistiendo en el mismo punto que su ser negativo. Lo lamento. 
En cuanto la incertidumbre, lo inesperado, nada tiene que ver con este asunto, debido a que todavía no ha acontecido y la posibilidad de ser no está definida. De esto en cambio no derivamos que no haya un futuro absoluto (ocurrirá un fenómeno u otro), puesto que cuando tenga lugar se materializará con objeto de esculpir su existencia. 
Pongo término a este escrito trayendo el pensamiento del filósofo alemán y discípulo de Heidegger, Häns Georg Gadamer. La reinterpretación constante no conlleva la pérdida del absoluto momentáneo. En este momento, interpreto desde mi horizonte histórico (círculo hermenéutico) que el texto leído me genera unas ideas. A pesar de que estas se transformen con una nueva lectura, en este momento, es la validez del absoluto el que permite vehicularlas e inteligibilizarlas mediante el lenguaje. El diálogo o debate con el otro, a su vez debe ser absoluto en lo respectivo a sus premisas. De lo contrario ¿qué visiones se van a confrontar o cuestionar? 
"Yo opino que tanto tú como yo estamos en la razón y el concepto u objeto hablado y tratado será siempre relativo, sin validez absoluta". Con base en esto, todos los seres humanos deberíamos poner en práctica este imperativo: 
Consentir plácidamente ante un discurso, no importan las circunstancias ni el carácter del contenido. Finalizo con un interrogante ¿En que nos separa esta armonía buenrollista de una dictadura y evita un abocamiento a la barbarie? 
J.B.B