domingo, 4 de noviembre de 2018

LA INVALIDEZ PRÁCTICA Y OLIGARQUÍA DEL RELATIVISMO: DESMONTANDO EL MITO DE LA APARENTE PLURALIDAD.


El relativismo transforma las verdades evidentes en relatos construidos o posverdades, tal que si pudieran tener lugar infinitud de perspectivas o lecturas respecto de un fenómeno claramente obvio, otorgándoles el mismo grado de validez, si bien la discusión, análisis y revisión es necesaria aunque de forma colectiva, consultada y no individualista como pretende esta corriente.

De este modo, el relativismo procede a inventarse centenares de interpretaciones para alterar violentamente su realidad, con objeto de que contradictoriamente esta encaje con una única ideología concreta, aquella que ansía triunfar en solitario: El absolutismo relativista, resultado de la permisividad extrema-lo opuesto a su discurso abierto- y hasta yo calificaría de solipsista (solo existe el sujeto-Yo- el exterior y las otras mentes-cuerpos son producto completo de sus representaciones. Dicho de otro modo, el mundo de afuera es obra suya).

El peligro de esto anterior, es que mediante golpe de opiniones (falacias ad nauseam- A afirma B.
B se repite constantes veces en la conversación/discurso.
Por lo tanto, B termina volviéndose verdadero.) generar ruido- y manipulación mediática.

Finalmente, lo ridículo e indefendible termina por ser entendido siempre como la foucaultiana contra-norma adecuada o correcta y portavoz de la crítica (no importa lo que se quiera apoyar o poner en práctica), mientras que lo básicamente justo, lógico y coherente de manera acordada y compartida o bien que busca un beneficio común-conatus colectivo, es tildado de "orden jerárquico" o "unilateral".

En términos políticos por ejemplo. En este ámbito, lo antidemocrático se reivindica como un representante de supuestos derechos democráticos, que casualmente operan en contra de la mayoría, anulan a la par que demonizan las voces opuestas e imponen su voluntad a cualquier precio.

La libertad de unos pocos esgrimiendo su verdad plenamente subjetiva, sin importar los medios empleados, coartando la libertad ajena. Para colmo, acusan a quienes no piensan cómo ellos de privarles de la libertad de hacer lo que les venga en gana sin consecuencias de ningún tipo. ¡¡¡Ah!!! Pero vaya usted a realizar la misma acción y le culparán de un sinfín de causas injustificadas, las mismas que ellos llevan a cabo, pero que protegen a modo de mandato divino, investidos de autoridad mesiánica para salvarse solamente ellos, fingiendo que se preocupan por los ciudadanos que les respaldan.

Por el contrario, lo "democrático" es criticado por resultar un cortapisas del ansiado "todo vale". Ya no existe criterio, un mínimo racional del que arrancar. Todo se coloca en tela de juicio y convierte en una marea de sensibilidades enfrentadas u ofendidas, con deseos de alzarse soberanísticamente, apelando a su verdad literaria y sofísticamente (referente al discurso-oratoria) bella.

¡¡¡Qué apropiada resulta esta paráfrasis de Baumann sobre este asunto!!! : "Lo líquido, correoso e inconsistente en su estructura desea pasar por sólido y fundamentado".

J.B.B

viernes, 2 de noviembre de 2018

EL REALISMO ONTOLÓGICO MODERADO

EL REALISMO ONTOLÓGICO MODERADO

Si el lenguaje construye la realidad: ¿acaso un caballo deja de tener cuatro patas, relinchar y trotar por decir que posee 8, ladra y vuela? ¿La lluvia pasa a ser sólida porque yo afirme que son piedras arrojadas por un Dios? Si hay una erupción volcánica, se interrumpe el fenómeno debido a que se señala que se trata de un lago?

La respuesta es no, y es porque el lenguaje adecua la realidad a nosotros los animales humanos, con objeto de entenderla e interpretarla y producir cultura- tradiciones, arte, herramientas, sistemas de pensamiento y organización social. A pesar de esto, dicha realidad en su forma esencial, previamente descrita, es exactamente la misma para un ser humano que una ameba (vida en sus elementos básicos, insertos en un entorno físico, que les afecta).

Posiblemente, el error en esta cuestión consista en confundir construcción del desarrollo cultural-invención y transformación de la realidad social e histórico de los individuos-, con la absoluta alteración de los atributos de la realidad física, no causada/creada a manos del ser humano.