domingo, 28 de agosto de 2022

Del miedo a las emociones

 El día que seamos sinceros con nuestros sentimientos, aunque no los comprendamos del todo, habremos evolucionado algo como especie. Tanta hipocresía en el día a día, fingiendo para agradar y engañándonos con objeto de lucir estar fabricados de acero o diamante. Queremos ser más que humanos al ansiar superar la fragilidad-vulnerabilidad. Anhelamos trascender y no somos capaces siquiera de ser honestos con lo que sentimos y padecemos ¿no será que lo que llamamos mal, infligir un daño a propósito a otras personas está originado por un constante mentirse, fingir bienestar, pese a estar rotos por dentro y movernos por un miedo que maquillamos con la rabia y el odio en forma de curva alegre? 

viernes, 26 de agosto de 2022

Del anticonceptualismo del siglo XXI

El mundo se ha tornado anti-conceptual, movido prácticamente en exclusiva por intuiciones y pulsiones. Por eso como dijo Kant el mundo camina ciego, porque las intuiciones sin conceptos no ven hacia donde se dirigen. En el pasado se pecaba de conceptualismo. Hoy dicho mundo-sociedades, sistema de creencias global se ha rebelado violentamente y ha proclamado la decadencia como rabia acumulada contra toda suerte de categoría y sentido. El mundo se odia a sí mismo. Se ha vuelto incapaz de amar porque no se puede reconciliar con el concepto, con un propósito. Ni siquiera aquel que naciera del individuo. Los individuos ya no se ven capaces de conferir un significado. En cambio, han dejado que el no significado, la nada dirija sus caminos. El mundo contemporáneo, compuesto por sus individuos, funciona o se comporta como un zombie. 

martes, 23 de agosto de 2022

De lo llamativo y su superficialidad

Donde exista pomposidad muy probablemente habrá banalidad. Lo que suele llamar la atención se caracteriza por un mero efecto visual, una película  hartamente colorida o un sonido rimbombante. Cuando cesa dicho fogonazo, queda en el vacío la nimiedad en su contenido yaciente desde el inicio. Lo trascendente se pasea sigilosamente y su estela no caduca por eso mismo, por su tendencia al anonimato. Lo desapercibido acostumbra a poseer más intensidad, fuerza y valor que el ruido y arcoíris más estridentes.  

sábado, 20 de agosto de 2022

De los narcisistas

 Resulta curioso que cuanto más narcisista es el individuo, más atención busca fuera de sí. Está más centrado en lo que los demás opinarán que de su propia visión. El narcisista se detesta a sí mismo y debido a esto urge de pedir la constante aprobación ajena mediante halagos sobre su asqueada persona. Pero el narcisista no centra su foco en su interior para su alivio. No. Como dijo Joyce, "el placer se convierte en placer por la indiferencia". El narcisista no siente indiferencia y no saborea apenas ninguna experiencia. La indiferencia conlleva despreocupación, ausencia de un culto al espejo, en dirección al cristal o cristalino ocular de los demás, pero no porque se amen. Él-ella no se aman. Piden que les amen desesperadamente. Dan lástima. Quieren representarse como leones y no son más que gatos atemorizados. 

Escribir deprisa. Abrir inconsciente

Original, orinal. Siempre se orina cuanto más líquido se bebe. Hay que leer para hacer de las aguas ajenas ideas de uno sin plagiar. Plagiar, plegar, pegar. No pegar. Duele mucho la no autoría. Las rías van a morir al mar. En Marte se ha hallado agua. Aguajes quedan cuando se vierte lejía sobre el suelo. Se estropea la superficie y también hay un estropicio del valor de la obra. Obra, Carmen, tragedia. Trago a trago fenece algo imitado. Algas, las algas acaban con el resto de vida marina. Mar, el mar es el morir, amor al 0. Redondo. Sol y luna se reflejan en el mar. El creador se proyecta. Proyección, filmación. Cine. El cine se ha ido a la mierda porque se ha asesinado al astro. Luz, Lumiere. Ay si Lumiere levantase la cabeza. Eza con z. Hablar andaluz, anda-luz, no te pierdas, ideas, i-dea, deus, Dios. Dios ha muerto. Reto, torre. En soledad queda el artista, arista, ristra. Tengo hambre, un enjambre, alambre, brea, rea, ea ea. Ánimo. A, ante, te. Un té. Él té apaga el hambre. 

viernes, 19 de agosto de 2022

De lo breve y eterno armónicos

 ¿Y no es cierto que aunque algo desaparezca permanece en la oscuridad de lo que fuera antes de ser? ¿acaso no hay eternidad en lo efímero? Desde luego, y brevedad en la eternidad, porque lo eterno también se percibiría como breve para la eternidad, la brevedad de la no vida que da paso a la vida y forma un continuo con aquella. Tantas almas en la no vida y en un más allá qué tal vez sea un eterno retorno o circularidad. El círculo inicial se topa con el comienzo. El círculo, la forma más perfecta para los griegos y romanos. El círculo: eternidad y brevedad. El círculo un morir y ser eterno. La agonía de no acabar el camino. Angustia del conflicto. Temor ante la certidumbre de lo incierto. 

Del colorido plumaje del pavo real

Ya me he repetido bastante en esto, pero viendo el mundo de las redes sociales, se hace pertinente resaltar la inseguridad y hueco interno de gran parte de la sociedad. Aquel o aquella que abre su cola de pavo real se humilla de ego. El ego casi siempre se avergüenza más que engrandece Quien se sabe talentoso o apto, no siente impulso de exhibir su plumaje, en tanto que ya está seguro de su belleza. Todo lo que es inseguro se exacerba. Todo lo que necesita destacar es porque se percibe pequeño e incapaz. Siempre a la contra de la apariencia de virtud o gloria, o más acertadamente, en la misma dirección de la desnudez que la falsa imagen muestra ¿hacia dónde nos dirigimos? A la carroña. 

jueves, 18 de agosto de 2022

De la madurez

 Creo que uno de los rasgos de madurar consiste en aceptar el caos que habita en nosotros y tampoco permitir que dicho caos se lleve por delante a las personas que significan mucho para nosotros. Madurar es conocerse un poco más, lo suficiente para advertir la fuerza del abismo que somos y responsabilizarnos de sus efectos. Esa es la libertad de la madurez. Por eso en mi opinión la madurez supone la línea opuesta al narcisismo infantil o mejor dicho, reconciliar el narcisismo con el altruismo. La madurez trae consigo la disolución de las dicotomías y divisar el mundo con menos prejuicios, junto con admitir la ambigüedad en prácticamente todo-nada como partes de la misma esencia-existencia. 

De atrevernos a amar

Tantas personas tienen miedo a amar porque temen sufrir con ello, pero si amar es sufrir, mejor amar y sufrir que no amar y no ser humano, pues el sufrimiento es una condición de que alguien nos ha importado y su pérdida supone una pequeña muerte, un duelo. Nada permanece. Ese realismo debería de incitarnos a amar y aceptar el posible final. Abramos nuestros sentimientos a quien amamos. El coraje del amor es lo único relevante. Para amar se precisa de valentía, y aceptar lo inevitable del azaroso o bien destinado porvenir. Nadie está a salvo de sufrir, pero mientras se ama que haya un curativo olvido del tiempo, y centremos todas nuestras energías en vivir experiencias plenas con quien amamos.

miércoles, 17 de agosto de 2022

Del sufrimiento de las categorías

La belleza es perfectamente consciente de que ella es belleza y teme que la juzguen y valoren por ser eso mismo, belleza, nada más que belleza. Qué sentimiento de desazón la soledad de una cualidad, por mucho que otros aseveren elogiarla por su divina hermosura y la cubran de halagos de otros tintes que bañen su persona. Pese a todo, ella misma duda de ser algo más para los demás que simple belleza ¿y no comportará más rasgos no relatados la belleza? ¿quién determinó que los fértiles campos de la belleza deberían acotarse a la rígida categoría de belleza? Y mejor dicho aún ¿qué espíritus osados catalogaron y maldijeron su autoestima como belleza?  

Jorge Beautell Bento

18/08/2022

lunes, 15 de agosto de 2022

De las inteligencias

La inteligencia, pese a que se divida en varias dimensiones, se caracteriza por dudar de sí misma a cada minuto ¿y no es esta la razón de que no sea arrogante quien verdaderamente es inteligente? El pobre arrogante anhela ser más de lo que es y por eso tiene tanta fe en sí mismo, porque necesita desesperadamente creer para auto convencerse de su no debilidad, como el creyente de una religión acude a un ser superior para que le salve de sí mismo, de sus pecados. El soberbio escapa de sí y presume de algo que no es. La soberbia no es más que una máscara como ya han observado tantos psicólogos y especialistas, mientras que la sencillez es la belleza de la sinceridad con uno mismo.  

Del carácter subterráneo de la literatura

 He constatado que lo que uno escribe supera con creces a lo que uno quería exponer textualmente en un principio. Ese es el poder de la literatura. Las palabras abarcan más allá de los sentidos del autor/a. El lenguaje es algo abisal, lo negado y hasta degradado, llano, bajo, sucio, insignificante, dado que lo que se evalúa como poca cosa obedece a que pasa desapercibido al ojo, ya sea por su cotidianidad o bien que provoca asco. A menudo lo que se desprecia o minusvalora se desea en secreto. He ahí tal vez la simiente de las complejas relaciones sentimentales humanas.  

Gracias a este rasgo de rechazo y su posterior ocultamiento, alcanza lo elevado y supra-sensible, porque los objetos enterrados a más metros de profundidad se eyectan con mayor fuerza, un efecto muelle o resorte, ídem con los yacimientos de petróleo, y constan de más valor. Lo que reposa sobre la superficie apenas se eleva ni causa asombro. Lo sublime emerge de lo que yace en lo nimio, temido  y negativo para la gente, al igual que las invisibles materia y energía oscuras que ocupan la mayor parte del universo. A modo de analogía, el escritor consigue visibilizar la energía y materia oscura de los sentimientos humanos. "Lo esencial es invisible a los ojos", como rezaba "El Principito". 

De los falsos conceptos opuestos

¿Qué define al tiempo y la vida? El escritor [y para mí un filósofo] Thomas Mann lo expresa muy bien: El cambio, la transformación ¿pero a su vez no es la permanencia para que siga siendo algo en relación con lo que fuera ya? ¿y cómo sería la vida si no hubiese algo de fijeza?¿y quiénes somos? ¿acaso no somos hijos/as de las experiencias? ¿cómo existir sin la estela que dejamos atrás y nos ha forjado?Parmenides -quietud-y Heráclito [cambio] no transitan por senderos diferentes. El nihilismo existencial [categoría o sentido construido] se equivoca como lo hace el esencialismo [la cualidad natural y sentido implícito para que una cosa sea]. Ambos afirman que hay un concepto prevaleciente, pero no lo estimo así. Ambigüedad. No hay paradoja. La tensión es pura apariencia.  

De la felicidad y los sueños

La felicidad está tejida de la misma materia que los sueños. Por eso cuando aparece el sentimiento, al rato cuando llevamos largo tiempo con él, no sabemos bien si estamos durmiendo o es algo real y tememos despertar de tan agradable estancia onírica. De ahí que la vida no sea sueño, porque lo que se podría llamar como feliz alberga escasos instantes. El placer se queda en un vago relámpago comparado con la felicidad en intensidad, y en lo atañente a la percepción de su duración, la segunda siempre se valora eterna y efímera al tiempo en el beso de la contradicción, justo en ese océano ilógico donde imitando al oleaje se forma la felicidad ¿y cuando han gozado de lógica los sueños? 

Desarrollando lo precedente algo más tenemos que la vida de por sí es ilógica, lo que la asemejaría al sueño. No obstante, frente la felicidad, la vida exige unos patrones, darle un sentido y estar pendientes de. Al cerrar los ojos uno se abandona al inconsciente ¿y quién anda todo los días en semejante estado? Que se sepa los sonámbulos y los que se hallan bajo los efectos de algún estupefaciente. El resto no puede permitirse el dulce olvido o ausencia, salvo en el ocio. En el ocio se intenta alcanzar ese estado onírico, pero tampoco consiente el tiempo libre la desconexión, y el placer fulmina cualquier destello de felicidad. La felicidad precisa sortear la frontera de lo inmediato.

El placer es el mayor rival de lo que se podría denominar felicidad. El placer remite siempre al ego y la felicidad es el némesis de la posesión, del control-dominio, el apego sobre el objeto. No, en la felicidad no hay distinción entre el objeto y el sujeto. Yo por lo menos la identifico con un estado estético, una experiencia estética en lo tocante a los sentimientos que embargan al que la crea-vive y aquella supresión de la voluntad [ese querer egoísta] ya narrada por Schopenhauer. Así es, la felicidad es una finalidad sin fin, carente de utilidad como el arte y quizá por ese motivo es felicidad y es un estado hartamente raro ¿se puede ser feliz en un mundo tan instrumental y maquinal? 

domingo, 14 de agosto de 2022

De la digitalización y el aumento del individualismo

 He sopesado bastante la idea, bastante evidente, de que cuanto más logra la persona esperar a la gratificación/recompensa, más probabilidades habrá de que obre en consideración con otros, lo que viene a significar que su código ético-moral es menos individualista y por lo tanto tiene en cuenta las necesidades ajenas. Con el auge de las redes sociales y la digitalización, observamos cómo conforme pasan los años nos volvemos menos capaces de retardar esta recompensa, los likes, contestaciones al WhatsApp, chutes de dopamina...Como acertadamente mencionó la psiquiatra Marián Rojas, la zona cerebral de la corteza pre-frontal responsable de deliberar y esperar a recibir placer se ve afectada. En consecuencia nos topamos crecientemente con sociedades cuyos miembros se comportan como niños y niñas caprichosos que no se hacen cargo ni se aperciben como responsables de sus elecciones o actos. A mi juicio, he ahí la relación con el narcisismo, propio de la etapa infantil, acusado durante las últimas décadas, especialmente desde que tuviera lugar el salto tecnológico a finales de los años 90. 

jueves, 11 de agosto de 2022

De la metáfora del verano

 Definitivamente, el achicharrante verano es como la calma chicha para los marineros. Un estado terrible de ausencia de viento y lluvia donde caer en la angustia y desesperación ante la nada que se alza ante ellos es de una sencillez aterrante. La cordura pende de un fino hilo y el indiferente calor adopta la forma de un afilado cuchillo en dichos días caldeados. El verano representa el sinsentido de los sinsentidos de esta fútil existencia. El símil entre el estar a la deriva sin avanzar y la eternidad de la muerte. 

martes, 9 de agosto de 2022

De la contradicción del hedonismo

 Si el hedonista no se obsesionase tanto por extraer todo el polen a la existencia no estaría dando muestras de su inmenso pavor a la muerte ¿para qué tanta ansia por los placeres, si tras la hora final será igual haberlos degustado con tremendo vértigo que de forma más mesurada? ¿y acaso se saborea algo con premura? ¿en qué dista ya una sensación extática de otra? El orgasmo deja de ser un analgésico cuando no hay un minuto de descanso para recibir con alegría una futura descarga. Dopamina indopaminada por su saciedad. Todo se deteriora en alto grado con mucha más rapidez que lo de bajo nivel. La pleamar anega las orillas de la playa y la alta tensión barre de un plomazo la salud. 

De los errores de fundamentar la moral en la razón

 A mi juicio, uno de los fallos de conferir el peso de la moralidad a la razón consiste en desatender el plano de los sentimientos. Si se conservan rencor, codicia, odio u envidia en los sótanos o elementos sustentantes del edificio, los sostenidos están seriamente amenazados, pese al hormigón y demás materiales que lo recubran. He ahí, según mi ojo, el por qué del descalabro de la ética kantiana. Schopenhauer estuvo más fino en este punto y al desinterés racional de Kant, le asignó la compasión como fundamento de la moral anti-egoísta. Advertir el dolor del otro y preocuparse por eliminar su sufrimiento, pero nuevamente la compasión urge de sentimientos honrados... ¿y un corazón noble nace o se hace? 

lunes, 8 de agosto de 2022

De la génesis de las personas profundas

 La profundidad es cómo la perla de una ostra. Generalmente es un tesoro hallarla. A la mayoría de personas la hondura les es extraña porque exige una elevación de los sentimientos para experimentar verdadera fascinación o asombro por lo oculto en todas las cosas, pues estoy casi convencido de que lo que se atribuye a las personas profundas es a observar, oír, olfatear y saborear lo que a los sentidos  se les escapa. Es un poder de la intuición. En efecto, se trata de una especie de inspiración que incita a hundirse en los agujeros negros de la existencia, allí donde la luz no logra atravesar nada y palpar la belleza de su misterio. Esto nos transporta al preguntar trascendente. 

De nuestra costumbre a no saber bien qué queremos

Los seres humanos tendemos a caracterizarnos por no saber bien lo que queremos. De esta manera cuando se nos aparece podemos desecharlo para más tarde arrepentirnos pero el quid de la cuestión es ¿por qué sucede esto? A mi juicio y apoyándome en la perspectiva budista del filósofo Arthur Schopenhuer, porque estamos atrapados en millares de deseos, apegos hacia diferentes objetos. Uno suple al anterior y debido a esto no sabemos detenernos en uno concreto y valorar nuestro aprecio real o falta de interés por él ¿quien podría averiguar cuál es el espejo principal en una sala gigante de espejos? Análogamente acontece con nuestro querer. A menor número de elecciones, de aspiraciones más fácil resultará saber bien que nos atrae, su causa y la asociación con lo afín. 

La vida en absoluto es sueño.

Los días alegres se nos antojan sueños, dulces delirios nocturnos. Estos días suelen ser escasos, por eso a mi entender la vida no es sueño en absoluto, en tanto que el dolor acostumbra a ser la sensación que nos cubre y de la que huimos a todas horas. La vida es símilar al caramelo de limón, ácida y con diminutos toques dulces. Este pequeño dulzor comprende el sueño que tratamos de capturar. Queremos soñar, necesitamos soñar y escapar del vivir. En el fondo ansiamos lo metafísico, lo ajeno al dolor en un océano de calma y plenitud, casi como una meditación, un detenerse. A la contra, la vida anula este sueño. Es lo físico, lo real, el dolor. La muerte inacabada es nuestro sueño metafísico. 

Pero lo contradictorio es que la gente liga lo físico con el placer y estiman que ese placer no traerá malestar y se encaminan a una vorágine de placer infinito que les acaba por consumir y engullir como si fuesen espectros danzando por un cementerio, donde ya ni les satisfacen siquiera los estímulos, como los piratas malditos de la primera cinta de Piratas del Caribe. 

domingo, 7 de agosto de 2022

De escribir con el corazón

 Casi siempre las palabras que uno se dispone a escribir están en la cabeza ya, y es el corazón quien las empuja finalmente a salir. Por eso a lo mejor quien no escribe con corazón, sentimiento o dicho de otro modo, con sangre y pasión, no logra llenar ni siquiera un párrafo. 

De la meditación interior

He visualizado mi metáfora de la existencia: Abrir la llave de la ducha y de improviso caer de golpe el agua glacial, en su desnudez y sentir un escalofrío. Las ocupaciones, el estar en una actividad es la manera de tornar tibio el fluido y lentamente irlo girando al calor, pero en cuanto cesamos la actividad retornamos al agua helada ¿pero qué sucede cuando estamos un buen rato bajo el torrente? Ya no nos resulta tan fría. Esta es la meditación-contemplación cuando uno simplemente está escuchando la existencia y no requiere tanto de distracciones externas o dedicaciones fuera de sí. Pocos consiguen estar en calma en la gélida desnudez, dentro de su paz, imperturbables, y quizá felices.  

Jorge Beautell Bento [Todos los posts responden a mi autoría] 

07/08/2022


De la amoralidad de la naturaleza humana y toda existencia

La naturaleza humana no es buena ni mala, es amoral. Son las sociedades y sus individuos los que califican valores con cualidades positivas o negativas, pero la ambición no tiene una esencia malvada ni tampoco la compasión es sustancialmente buena. La ambición puede adquirir un significado positivo si conseguimos metas realistas y nos empuja hacia una plenitud no demasiado extremista en sus expectativas, mientras que la compasión puede provocar que seamos engañados y empleados para los más pérfidos planes. Nada es en sí mismo, sino como se interpreta. Lo mismo resta decir para esta existencia, que se asemeja al agua fría ¿es mala por generar una sensación de frío? No. No es nada en sí misma, sino como la conceptualizamos o categorizamos. Es la interpretación la que confiere una forma valorativa o de sentido a las cosas. 

sábado, 6 de agosto de 2022

Del arte y el auto conocimiento

He llegado a la conclusión de que el arte es el único ámbito auténtico donde nos conocemos a nosotros mismos ¿por qué? Porque el arte es un monólogo interior donde, nos guste o no, brotan hacia el exterior los secretos y temores que guardábamos bajo llave. En el arte uno contempla al ángel o el demonio que uno es y no es plato de buen gusto. Así, el arte está unido a la soledad, la introspección. Sumado al apartamiento del mundo, la realización de una actividad personal artística nos pone en contacto con las tinieblas y las luces de la identidad. Cuanto más nos apasione dicho acto, mayor será el auto conocimiento, pues los cielos e infiernos del yo se abren con la pasión en estado de aislamiento. 

¿Y quién soy yo? Lo averiguo cuando toco un instrumento, pinto o compongo un poema. Si el estilo es más melancólico o alegre, mayor inclinación a lo simbólico o a lo directo, concreto o abstracto. Temáticas recurrentes al expresarse artísticamente que son las tormentas que todavía truenan en la bóveda interna ¿Maldito o bendecido? Más diría que la mayoría de artistas se desplazan hacia la maldición o el castigo, al modo del rebelde Prometeo devorado su hígado por un águila o Lucifer, el prototipo de ángel caído, expulsado del reino de los cielos. Inadaptación, el Salón de los Rechazados del pintor Gustavo Courbet. El que se adentra en las sombras anda tras su oscuridad... 

Rara vez quien se aventura por ese pasaje, cruzando una Laguna Estigia del Hades, el mundo de los muertos, espera hallar un paisaje bucólico o idílico. Es valentía la de quien se adentra en la espesura o niebla de uno mismo y aguarda nada menos que el lado más poco grato de sí, aquellas figuras que nos despiertan en mitad de la madrugada en un baño de sudor. Ese es el precio del autoconocerse. Quien espere alzarse ante un Edén perdido y alejado del sufrimiento humano, mejor que dé marcha atrás ¿y no resulta contradictorio que esta sucesión de angustias las produzca la pasión? Pues sí, pero es que las contradicciones son las que hacen la vida y como es sabido, a la luz le precedió la sombra. 

De todo lo dicho se extrae que el arte nos coloca ante la temida muerte. En efecto, quien hace arte se aleja del plano cotidiano y se encara con lo negativo, pero  al tiempo es terapéutico porque el arte conlleva una liberación de la carga de la existencia y al unísono angustia toparse con quien uno más allá de su personaje social o representación ante la gente. En el arte difícilmente uno puede fingir, salvo el teatro, pero díganme si no se siente sincera una interpretación de Hamlet con calavera en mano mientras recita su famoso soliloquio -¿Ser o no ser? He ahí la cuestión. El arte resuelve ese dilema mostrándonos el ser en toda su forma. En el arte no existimos para sí ser por fin.

Y nómbrenme un artista que no haya sufrido y en consecuencia no se haya conocido a sí mismo. Y atrevámonos a decirles a los artistas que no sienten felicidad con su arte y nos mandarán al infierno, el cual conocen bastante bien. Uno está feliz con su demonio cuando se ha habituado a las llamas de su infierno. 



De la dedicación a la genialidad

 « Si la gente supiera lo duro que tuve que trabajar para ganar mi maestría, no parecería todo tan maravilloso. » 


Michelangello Buonarroti 

¿De qué sirve un talento o genialidad si no se practica o desarrolla? De nada. Por mucho que se albergue un potencial o varios, aquel debe cultivarlos como el agricultor que busca una buena tierra y que allí se den las mejores verduras y frutas. De lo contrario, será cómo dejar morir una bellísima puesta de sol. La vida es breve y es un claro desperdicio no dedicarse de lleno a algo que se ama y encima se nos da bien. Es más, yo pienso que es una obligación casi moral la del talentoso, y más aún la del genio, la de procurar levantar obras que le sobrevivan.