lunes, 15 de mayo de 2017

ONTOLOGÍA DEL REALITY SHOW, LA FICCIÓN MÁS ALLÁ DE LA TELEVISIÓN: EL DISCURSO SENSIBLERO EN LA REALIDAD COTIDIANA.


El sentimentalismo, que marca la esencia de los reality shows televisivos, se ha extendido a los demás espacios cotidianos, tales como las ceremonias del funeral religioso.  En este contexto sacro, cada vez con mayor frecuencia el sacerdote hace uso de un lenguaje completamente sentimentaloide, que alienta a que los familiares y demás asistentes al acto lloren como magdalenas. 

Parte de esta estrategia emotivista, propia del mundo de la publicidad y el marketing, consiste en recordar cuales fueron las últimas palabras que pronunció el fallecido, con objeto de acrecentar más el dolor por la pérdida en sus seres más allegados. 

También se procede a la lectura de escritos por parte de la familia, panegíricos, que elogian la memoria de la persona y sus grandes cualidades en medio de clinexs, mocos y pupilas empañadas, con diminutos ríos de sal descendiendo de los glóbulos oculares. 

Dicha congoja se contagia a los oyentes, al tiempo que suena de fondo la canción preferida del difunto, como final apoteósico de la función melodramática organizada por las autoridades eclesiásticas, digna del Hamlet más shakesperiano.