sábado, 25 de enero de 2014

Quine tiene razón: Monismo naturalista ontológico y epistemológico

Personalmente, no entiendo el dualismo establecido, división efectuada por Dilthey hacia las ciencias naturales de un lado y las ciencias del espíritu, sociales, humanas del otro. Consideradas estas últimas como diferentes respecto a las ciencias naturales. No acierto a comprender porque no se integra el estudio y el análisis de lo objetivo, científico-natural en las denominadas  disciplinas humanas y sociales, cuando dichas disciplinas tienen su génesis en la dimensión física, luego natural. Es igual que  negar que la noche aparece como consecuencia de que el sol ha salido por el día, rompiendose de este modo la continuidad entre la mañana y la noche. Por esta razón, me parece incomprensible separar  las ciencias sociales de las empíricas, naturales . Así desde una lectura ontológica, con este dualismo olvidamos nuestra procedencia natural, que formamos un continuo natural con los demás seres vivos, con causas y fenómenos naturales, explicables.  De esta forma, nos creemos dioses, seres super naturales respecto al planeta y sus especies, con la idea de que pueden moldearlo según su interés, no importan los medios que sean necesarios para tal fin, sin tomar en consideración las secuelas de las acciones para la vida vegetal y animal donde nos incluimos <<como un modo más dentro del universo físico>> como decía el filósofo Spinoza . Los seres humanos, animales naturales racionales, estamos de paso por la Tierra. Ésta no nos pertenece, luego no debería existir propiedad sobre la naturaleza, en todo caso preservarla, respetarla, cuidarla de la misma forma en que desean los humanos preservar su existencia, con un <conatus>> spinozista. El deseo de no destrucción, siguiendo el propio movimiento del universo, para no colisionar con los demás cuerpos. Progresar, avanzar con la ciencia ¡Claro que si! Pero sin perder de vista el horizonte ético y ecológico, el equilibrio con el medio, mediante el uso de la razón científica, la episteme  natural como causa de si misma, actuando de forma adecuada con los demás, encontrando buenos motivos mediante elecciones racionales que conlleven adquirir conciencia del fin pretendido, con buenos medios para alcanzarlo, actuando  por el bien común, con alegría en las ideas y los afectos (mente y cuerpo como un bucle).

Desde el prisma epistemológoco o metodológico, la aplicación del método científico natural en las investigaciones sociales, sería perfectamente viable que existiese una sola rama del saber que constituye el monismo científico natural, aquella que conforma la forma básica de toda la materia: propia de las ciencias naturales, y dentro de ellas, conectadas, como un cordón umbilical, las ciencias de la naturaleza humana, sin dejar fuera el apelativo naturaleza, especie biológica. Cooperando dichas ciencias de la naturaleza humana con las ciencias naturales, teniendo en cuenta los resultados de las ciencias empíricas, su rigor y demostración para con las investigaciones que se realicen en el campo humano.

Con  la división tanto ontológica como metodológica es como si estiviesemos apartando a la fauna marina y fluvial de su medio. Nos alejámos así del conocimiento natural, la naturaleza física, cósmica referida al universo, sus leyes y su manera de conocer, donde en el modo humano aparece la extensión física como la de cualquier cuerpo existente al que se le añade el pensamiento y la racionalidad. Sin embargo al obviar el análisis científico, la mirada de la ciencia, se está impidiendo la sostenibilidad en el estudio de los hechos humanos vistos como no-naturales, de teorías comprobables, sólidas, visibles, remarcando el enfoque empírico, experimental. Willard Quine estaba en lo cierto, las ciencias sociales no pueden operar fuera de la realidad científica y empírica, más allá de las descripciones físicas, empíricas, biológicas, que indiquen un mayor grado de fiabilidad y válidez, refutación de hipótesis, falsación, verificación...  Se precisa pues de la naturalización de la epistemología y de la Filosofía a su vez situados en un plano analíco, de claridad en el lenguaje empleado, que propicie la comprensión de todas las personas que se acerquen a cualquier saber , posicionándose así en esta realidad, no en elementos metafísicos abstractos, imprecisos, interpretativos, teológicos superados ya.

Sin naturalización del conocimiento resulta imposible añadir rigor y solidez a este, aunque cualquier teoría científica desde la óptica naturalista reconoce que puede equivocarse, obtener nuevas conclusiones si se demuestra que lo previo estaba errado,  y por tanto rectificar <<con ciencia desde la ciencia>> en palabras del propio Quine, no imponen verdades absolutas como muchos sociologistas y culturalistas no naturistas afirman. A diferencia del absolutismo propio del positivismo lógico o neopositivismo con pretensiones de tautologías únicas e irrefutables. Ahora estamos situados dentro el barco, sin bajarnos de él. En última instancia, hay que matizar la no inclusión de la tesis del reemplazo quineana en lo que a mi pensamiento de la propuesta natralista se
refiere. Concibo unidas la Filosofía y la ciencia, pero con colaboración de las ramas de la filosofía
y las ciencias naturales. No comparto la sustitución de la filosofía por la psicología o cualquier ciencia. Pero como ya he comentado, si tomar en consideración lo que la ciencia tiene que decir, los adelantos a los que puede llegar, abriendo puertas, retornando a la Modernidad, pues queda claro que la posmodernidad es un proyecto fracasado. Prescindir de la ciencia es semejante al parón de nuestra evolución, allanar el camino para desvelar grandes interrogantes sobre el principio y fin del universo. Si eso no responde a las cuestiones filosóficas ¿Qué las responde?


miércoles, 22 de enero de 2014

¿Por qué soy moderno y defiendo la continuidad de la modernidad?

Yo en filosofía me considero moderno. Mis razones son que en el siglo XVIII, tras la revolución científica del siglo anterior, había una visión de progreso de la humanidad, un rumbo positivo, la creencia de que era posible lograr alcanzar con la razón una democracia, igualdad, libertad para todas las personas, unos valores éticos y pedagógicos- educativos universales bien construidos, en base a un proyecto científico y pedagógico ilustrado, de la luz del conocimiento para alumbrar cualquier senda. Se pretendía una justicia universal y unos valores de solidaridad, de respeto e integridad, con un discurso sólido científico. Se encontraba el uso de la razón como herramienta para el análisis de los juicios, reflexionando con argumentos bien sostenidos. Sin ellos, resulta imposible lograr avanzar, progresar como especie natural que somos. Ahora estamos cada vez más alejados de aquellos valores científicos, destacándose los egoísmos, individualismo y consumismo. Hemos dejado atrás la experiencia experimental que pueden aportar las ciencias naturales, el conocimiento científico para con toda la red y edificio del conocimiento: educación, el arte, la filosofía, el lenguaje, economía con sistemas alternativos al capitalismo, pero bien definidos y estudiados.

Si caemos en el relativismo que tanto se defiende, se difumina todo como una pintura donde se mezclan tantos colores que ya no sabemos ni cuál es cuál, volviéndose de un color gris cercano al negro. Esto está demostrado según la física del color, que cualquier color mezclado en exceso lleva al negro. Entonces se convierte el conocimiento en algo amorfo, sin forma y sentido alguno. No hay una referencia o guía para actuar, diferenciar algo bueno y deseable para el bien común de algo malo como los pensamientos neo-nazis, racistas, xenófobos, homófobos... Sin fundamentos objetivos. Lo que aparecen son interpretaciones, opiniones sin demostración o prueba alguna de aquello que exponen. Además éticamente si cada cuál actúa como le venga en gana, tomando al resto como medio para lograr sus fines, en lugar de verlos como fines en si mismos se acaban incluyendo toda clase de pensamientos, actitudes que van contra cualquier principio ético básico de convivencia, respeto, solidaridad, justicia, dignidad, diálogo... La solidaridad es otro importante valor para practicar, algo que hay en todas especies naturales animales, que además son sociales como demostró Aristóteles al igual que nosotr@s. Así pues, nos necesitamos para sobrevivir, cooperar, somos dependientes unos de otr@s, conectados en un gran ecosistema que es el planeta tierra.

Estas son las razones por las que me considero moderno. Puede que haya gente que no esté de acuerdo con mi postura, pero es así como pienso, desde un enfoque analítco, naturalista y monista de la Filosofía. 

sábado, 18 de enero de 2014

 "Del naturalismo filosófico a la pedagogía": "En busca de la ciencia para llevar a la práctica los métodos en educación". 

Aunque pueden discrepar conmigo y no posicionarse a favor de mi opinión, lo cual respeto por supuesto.

Me parece que resulta necesaria una Pedagogía, educación presentada desde un enfoque filosófico más analítico, anglosajón, práctico, investigador, científico, pragmático... Tal vez exista un fallo de raíz en la Pedagogía, que explique su falta de aplicación, de visualizarse sus aportes novedosos y alternativos en algún contexto educativo como la escuela, institutos y universidades.

Una posible razón, podríamos hallarla en que hasta ahora la Pedagogía solo ha bebido de fuentes filosóficas (autores y enfoques) continentales, posmodernas en su base (europeas, alemanas y francesas en especial cercanas a la literatura, metafísica, interpretación, arte).

Se desprestigia a la ciencia, la relación del alumnado y profesor@s con la naturaleza material, y su labor (de la ciencia) para con la función y metodología didáctica (referida a la enseñanza-aprendizaje), considerando poco menos que autoritaria su aplicación, jerárquica, pasiva en el niñ@, imponiendo un conocimiento técnico que impide que de se desarrollen los valores, la participación activa. No se le concede ni una sola oportunidad. La ciencia puede ser crítica e invitar a l@s niñ@s, jóvenes y mayores a pensar, reflexionar, cuestionarse las cosas, cooperar, aprender investigando, explorando junt@s.

Así, relegando a la ciencia fuera de lo deseable educativamente hablando, eliminando su rigor, demostraciones y carácter práctico, al final se suelen quedar en la mera teoría, construyen castillos en el aire, enfoques que no llegan a tocar el suelo. Sin demostración, experimentación, llevarla a un terreno práctico, que permitan el aterrizaje de esas teorías.

Por ejemplo, el filósofo griego Aristóteles, pensaba que la teoría científica, el conocimiento natural (episteme) estaba ligado profundamente a la educación ética, el saber práctico que permitía actuar bien, con justicia, razonando, reflexionando para que nuestros intereses no resulten egoístas, con prudencia (phronesis), justicia.

¿Por que alejar entonces ese mundo natural científico al de la educación, el mundo social, de las normas, derechos y valores? Así mismo, tampoco el plano subjetivo, el referente a las emociones y sentimientos se olvida en la ciencia. Estas son esenciales para comprender porque actuamos de una manera o de otra, que motiva a que poseamos unas creencias determinadas, interiorizadas, que nos influyen en las acciones que realizamos. Según los estudios llevados a cabo en neurología, para el cerebro es positivo lo que llega como resultado de emociones agradables, logrando mayor longevidad incluso, y negativo de pensamientos que conlleven odio, rabia, venganza hacia los demás.

Teniendo en cuenta esto, por parte de la ciencia se deberá pretender alentar, potenciar la solidaridad, felicidad, alegría, empatía. Traslademos estos pilares cientifcos naturales, sociales y subjetivos, unidos,entrelazados a la dimensión educativa, que participa también de los principios y leyes de la naturaleza, con un movimiento, la potencia para mejorar lo que somos en acto, logrando a su vez una mayor potencia de nuestra acción.

Otro ejemplo de buen modelo pedagógico, educativo por parte de la ciencia, reside en el gran astrónomo Carl Sagan y sus espléndidas lecciones, claras y sencillas, sobre el cosmos, el vasto universo en el que nos encontramos. Planteando preguntas, provocando que l@s pequeñ@s que le escuchen se pregunten ahora también por el orígen de las galaxias,  con interesantes incógnitas que ahora resuenan en sus cabezas gracias al por qué que generaron las explicaciones científicas anteriores.


 "Del naturalismo filosófico a la pedagogía": "En busca de la ciencia para llevar a la práctica los métodos en educación".

viernes, 17 de enero de 2014

La otra cara de la pedagogía: En busca de la ciencia para llevar a la práctica los métodos pedagógicos.

Aunque pueden discrepar conmigo y no posicionarse a favor de mi opinión, lo cual respeto por supuesto.

Me parece que es necesaria una Pedagogía, una educación desde un enfoque filosófico más analítico, anglosajón, práctico, investigador, científico, pragmático... Tal vez el fallo de la Pedagogía, de su falta de aplicación, de visualizarse sus aportes novedosos y alternativos en algun contexto educativo como la escuela, institutos, universidades.

Una posible razón podríamos hallarla en que hasta ahora la Pedagogía solo ha bebido de fuentes filosóficas (autores y enfoques) continentales, posmodernas en su base (europeas, alemanas y francesas en especial cercanas a la literatura, metafísica, interpretación, arte). Se desprestigia a la ciencia y su labor para con la función didáctica, considerandola poco menos que autoritaria, jerárquica, pasiva en el niñ@, imponiendo un conocimiento técnico que impide que de se desarrollen los valores, la participación activa. No se le concede ni una sola oportunidad. La ciencia puede ser crítica e invitar a l@s niñ@s a pensar, reflexionar, cuestionarse las cosas, cooperar, aprender investigando, explorando junt@s. Así, relegando a la ciencia se suelen quedar en la mera teoría, construyen castillos en el aire, enfoques que no llegan a tocar el suelo. Sin demostración, experimentación, llevarla a un terreno práctico, que permitan el aterrizaje de esas teorías.) 

viernes, 3 de enero de 2014

¿Por qué la superstición? Razones para ser escéptico parcial

Esos supuestos fantasmas de rostros humanos, aun cuando su cuerpo material ya no está... Espíritus, embrujos, energías del más allá, contactos con alienígenas humanoides que casualmente tienen morfología similar a la nuestra (caminan rectos, tienen brazos, nariz, ojos) cuando en el caso de existir vida, lo más probable es que fuera totalmente ajena a las características que poseemos, al darse unas condiciones diferentes...

Todas estas creencias sobrenaturales suscitan ansiedad, agobio, miedo, incluso angustia en la población. Nada de felicidad, satisfacción o bienestar, tranquilidad, paz en su mente. Aludiendo a que donde existe la fuerza del bien, se encuentra en el otro extremo la del mal, y hay que curarse, protegerse, defenderse de este

¿Que necesidad hay de vivir así, con esa sensación de temor, constante, precaución, inseguridad, nervios, malestar?

La razón de generar esas creencias en mi opinión, que no tiene que ser la correcta, radica en que así se mantiene controlada a la gente, temerosa, sumisa, evitando que sea crítica, reflexiva y se cuestione las cosas, buscar otros motivos, razones que expliquen hechos. Así por ejemplo, actuó la Iglesia en el siglo XI, infundiendo el miedo de que iba a ser el fin del mundo, y que la presencia del maligno acechaba en la tierra.

Muchos siglos ha habido de oscuridad por culpa de la superstición. Por eso personalmente pienso que la duda es la virtud del/la escéptic@ parcial, pues no se puede dudar de todo, para llegar a encontrar nuestras propias respuestas...

jueves, 2 de enero de 2014

En defensa del naturalismo ético ¿ Es posible el deber ser fundamentado en el ser?

En cuanto a la ética. En mi opinión y podiendo estar equivocado. Creo que no se pueden separar, dejar de ir juntos el ser (sentido ontológico-lo que hay) y el deber ser (deontológico, normas)

Lo que es es lo que es. Lo que debe ser necesita conllevar un aumento de la potencia de lo que es en un sentido positivo. Es decir, mejorar respecto a lo que es en caso de ser perjudicial para el ser humano como el egoísmo, la competitividad, enfrentamiento, buscando y encontrando otras razones naturales, para actuar bien por nuestro futuro como especie natural. Por ejemplo imitar a las otras especies y practicar la generosidad, solidaridad, comunicación... Capacidades naturales que se manifiesten en el deber ser, y que resultan necesarias, básicas para nuestra supervivencia.