domingo, 1 de septiembre de 2019

UN RELATO



Se había prometido a sí mismo, no volver a colocar determinadas palabras en su muro:

Absurdo, vacío, sinsentido, abismo, tedio, náusea, asco, insignificante, nada, irrisorio, caos, ausencia, confusión, incertidumbre, patético, miseria, etc y la noción de existencia en los parámetros conceptuales anteriores.

Un servidor manifestaba que estaba hasta los cojones del organismo filosófico llamado existencialismo y sus réplicas—Ante su propagación, temblaría el propio ex-agente Smith, quien se copiaba a sí mismo y con sus clones pretendía controlar todo Matrix en la célebre saga de las hermanas Wachowski.

-Mires por donde mires, da la impresión de que nada más que respira este pensamiento acaparador, cual araña alíen (abraza-caras) abalanzándose inconscientemente a los desprotegidos cerebros de los usuarios, e incubando a los miembros de la amenazadora especie en los señalados huéspedes.

Lo que en su momento emergió como una respuesta a la pérdida del sentido—su mundo devastado en un momento histórico, se ha tornado en el "sentido más unívoco", que el más esclavista de los determinismos.

Dicho de otro modo. Hablamos de la edificación, bien enmascarada, del pensamiento único ¿sabe a qué aludo? Una puta bomba nuclear de ondas expansivas inimaginables. Un virus letal, un simbionte a lo Venom, que penetra en la piel y vuelve a los cuerpos filosóficos y de otra estirpe en zombies aulladores, profiriendo con su voz de ultratumba: "la vida no tiene sentido", "la existencia precede a la esencia, el hombre está condenado a ser libre", hay que aprender a vivir con el absurdo"...

En efecto. Le hablo de auténticos "devoradores" de los todavía cerebros no existencialistas. Dan por sentado que su caminar es crítico y ni siquiera saben para donde coño están andando, hacia ninguna parte. Te hincan el diente, contagian de su "despropósito" y obligan a que también tú te unas a dicha triste comparsa perdida, porque hizo del extravío una tautología. Armó sin quererlo, en su batalla por la libertad, una dictadura opuesta a la autonomía del sujeto pensante.

¿Me va a decir usted que no piensa como ese adoctrinante ejército de walking deads y siervos larvales (portadores de larvas) de Schopenhauer, Kierkegaard, Nietzsche, Heidegger, Sartre, Camus o Cioran?

-Permítame decirle, que es usted más iluso de lo que me pareció en un principio.

J.B.B

No hay comentarios:

Publicar un comentario