domingo, 24 de noviembre de 2019

Adoraba de lleno nadar en tu azulado mar ocular. 
Allá, en lo hondo, donde nunca había promesas de monotonía. 
En la medianía de las vidriosas y salobres aguas, vertidoras de sinceras olas. 
Por catárticas corrientes. 
Comunicativas de insólita e indómita naturaleza.
Acuarelas de Turner, entre un sinfín de obras. 
Ideadas por magistral y húmeda ventana. 
Se espejaban pedazos míos.
Visualizados meramente en añoradas ensoñaciones. 
De un tiempo remoto.
Cuyo borroso nombre, es niñez.
J.B.B

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