¿Qué es el amor, sino un inevitable sufrimiento una vez extinguida la llama? Se tendría que saber que nada perdura, ni siquiera los sentimientos. El frío e indiferente tiempo los apaga y nos devuelve al vacío real, a la soledad, nuestro estado natural, gritando en medio del abismo llamado ninguna parte, clamando por un significado harto extraviado, al que un nuevo intento, como el ludópata desdichado echa su suerte y lanza la moneda al destino, donde quizá en esta ocasión salga la combinación ganadora y la riqueza inmaterial desafiante del efímero elixir químico se manifieste y haga de la inmortalidad el nombre de la persona amada y la estancia con ella sobre el ingrávido lecho que contemplará el fin de todo y se burlará, inclusive, de la astuta muerte.
Jorge Beautell Bento
06/02/2022