jueves, 28 de agosto de 2014

Epistemología evolutiva: >

Personalmente coincido con los autores que sostienen que el conocimiento tiene lugar gracias a la intervención de los patrones biológicos evolutivos en interacción con un entorno que proporcione la percepción e interpretación de los hechos o fenómenos, resolviendo problemas o dificultades que aparecen en el entorno. Es necesario contar con un sistema biológico poseedor de unas estructuras cognitivas físico-psíquicas heredadas, dotadas para permitir a los sujetos adquirir conciencia respecto a los elementos externos que les rodean, ampliando a partir de la experiencias con objetos externos sus esquemas o representación del mundo en diferentes etapas o <<estadios>>.

Es decir, se precisa de una capacidad genética adaptativa que resulte ventajosa, beneficiosa, con el uso de estrategias que garanticen la supervivencia de los organismos vivos, un mecanismo de defensa frente a las amenazas que ofrezca el entorno y aprovechamiento de las fortalezas detectadas en el mismo, expresadas en la manifestación de respuestas, reflejos, reacciones ante estímulos, y que propicien la adquisición de datos útiles, provechosos procedentes del medio externo.

Y viceversa, sin la presencia de un entorno que posibilite el aprendizaje, descubrimiento, procesos de <<asimilación y acomodación>> en términos piagetianos, ajuste y reajuste, equilibrio y desequilibrio...entrada y salida de información, revisión, análisis, observación para dicho sistema no sería posible alumbrar conocimiento alguno. Luego el origen de todo conocimiento es la sumatoria de factores biológicos, genéticos, hereditarios evolutivos y ambientales, ubicados en la misma realidad natural, fuera de fricciones o violentas separaciones entre naturaleza (biológico, herencia, genes)-cultura (social, aprendido, adquirido). Apelar a una conciencia de un alma o espíritu ajeno al plano físico-material según los argumentos aducidos sería incoherente ¿no?

Las ideas, pensamientos, símbolos, ritos, ceremonias, tradiciones son una creación, proyección de la mente-cerebro, la mente-cerebro no puede vivir sin un cuerpo. Por tanto los signos, símbolos, valores culturales proceden de algo sustantivo, material, cerebral-corporal que les concede las condiciones para la organización de las costumbres, ritos, modos de vida. El sistema de creencias de un grupo étnico o varios es transmitido a otras generaciones. Pero dichos valores son producto de individuos con una mente-cuerpo que han evolucionado y que construyen, establecen normas sociales en instituciones, forman paradigmas o sistemas de conocimiento en función de prioridades, organizadas selectivamente, sus comportamientos básicos responden a satisfacer necesidades básicas de subsistencia, las cuales son compartidas por el conjunto de especies animales, entre los que se haya el ser humano.

Así al eliminar a la mente-cuerpo de la ecuación del conocimiento es imposible que haya saltos, procesos culturales, constituyendo la conformación de la biología evolutiva el motor de los históricos movimientos, hallazgos tecnológicos, intelectuales, condicionantes culturales que den pie a hitos, progresos, avances en el conocimiento .

 

lunes, 25 de agosto de 2014

El origen natural del ser humano: Crítica a las posiciones sociologistas

El ser humano no es solamente consecuencia de la cultura, historia antropocéntrica, adquisición de aprendizaje nuevo, constructo, tal que si se hablase en los individuos de <<tabulas rasas>> u <<hojas en blanco>>, con ausencia de información genética previa. Son frecuentes las afirmaciones aún hoy día acerca de la existencia de almas, mentes, espíritus, conciencias, vivencias, comprensiones ¡Ay filósofos como Platón, Descartes, Dilthey y su dualismo! entidades bajo forma de ideas que reinan en una realidad metafísica, no sensible, fuera de la sensibilidad y afectos de un cuerpo material. Much@s autor@s, especialmente dentro del campo de las ciencias sociales, por ejemplo la antropología cultural, son afines a las tesis que defienden que los acontecimientos históricos, el lenguaje, nuestros comportamientos, las propias emociones, el sistema orgánico... son fruto de tendencias meramente culturales. Sostienen el argumento de que lo cultural solo cabe que obedezca a la cultura respecto a sus orígenes, igual que lo histórico será hijo de la historia.

En mi opinión, incurren en un error, puesto que lo que denominan <<cultural>> (sin fracturas ontológicas que nos separen del resto de especies, organismos) no es más que una continuación, resultado de lo natural, físico-material y biológico. Es obvio que sin un lienzo o superficie X sobre la que pintar no puede reproducirse pintura alguna. Luego sin la naturaleza en la que han mutado/ variado, evolucionado las especies vivas, entre las que está el ser humano, resultaría imposible el acceso, entrada de la apreciada <<construcción cultural>> en el hipotético caso de carecer de un cerebro, un aparato físico-psíquico cognitivo que propicie la creación de un sistema de creencias, tradiciones, intereses, hábitos, producción de herramientas, ceremonias, celebraciones, rituales, composición de símbolos, signos, etc. Además las emociones son respuestas psico-fisiológicas ¿De qué manera podría enseñárse-aprender algo definido como externo según ellos, pero que en cambio es inherente a nuestra fisiología-psicología y que están ahí desde que nacemos, pertenecientes al legado evolutivo?

Subrayar que los comportamientos de respuesta, de interacción, mostrando ventajas evolutivas, a efectos de la resolución de problemas que presente el medio (no importa a que motivos se deba) no son exclusivos del ser humano, sino que también se observan en otras especies animales. Incluso investigaciones realizadas recientemente arrojan pruebas de que ciertas familias de primates, nuestros primos lejanos, son capaces de manipular utensilios, utilizando artilugios como palos de madera para destruir los termiteros que divisan y alimentarse. O que decir de las aves marinas, que toman con su pico moluscos que lanzan contra las piedras con el propósito de romper la capa externa de estos y acceder al alimento que yace en su interior. L@s human@s somos animales, a pesar de las reticencias de ciertas posturas anti naturalistas, historicistas/culturalistas/sociologicistas.

En base a estas razones aducidas, considero que es bastante probable que se conserven en la especie humana comportamientos, hábitos y modos de relación/organización básicos, mecanismos de supervivencia adaptativos, satisfacción de prioridades/necesidades ante las exigencias que demande el entorno, estrategias evolutivas, que como se ha comentado son observadas en otras especies de animales no humanos. El conjunto de especies es derivado de antepasados comunes, formas de vida previas, un tronco originario que tiene sus raíces en un proceso evolutivo de selección natural. Una prematura conclusión parece oponerse al culturalismo antropocéntrico de majestuosidad y supremacía humanas, e indicar que:

-Si el hombre y la mujer son antes que cualquier cosa un sistema biológico vivo: naturaleza, forman parte de esta. Entonces los principios, orígenes no podrían ser jamás culturales ¿por qué? Por la sencilla razón de que es la naturaleza la que ha seleccionado (en relación con el ambiente y su adaptación) para que tengan lugar variaciones/mutaciones/evolución en las especies vegetales, animales y animales humanos (el ser humano), que les garantice una subsistencia y no perecimiento/extinción.

-Puesto que la evolución ha sido biológico-física, mediante causas naturales, la causa de existencia del animal humano y sus componentes característicos: las reacciones, comportamientos y costumbres primarias, reacciones instintivas (no hablo de inferioridad ni superioridad) tendrían que serlo también. En una serie numérica matemática hay una sucesión, continuación del cálculo anterior.

-Teniendo presente la influencia de los factores genéticos de índole evolutiva, en las diferentes poblaciones de individuos, se debería al menos mantener parte de los elementos en la información sucesoria, que dependiendo a la par de los influjos del ambiente, las condiciones del entorno en el que se han movido y se han amoldado, se transmitan por herencia rasgos, características, impulsos biológicos, patrones de conducta, destrezas a las siguientes generaciones.

sábado, 23 de agosto de 2014

Pedagogía de la acción-intencional o pedagogía experimental-práctica: Pragmática educativa

Personalmente creo que es necesario desarrollar una <<pedagogía (educación) de la <<acción práctica>>, aplicable a la realidad mundana, para transformarla, modificar los elementos asimétricos-desigualitarios, opresivos, coercitivos, acríticos... que aparezcan en la educación. Tantos proyectos de gran escala se han formulado y ahí se han quedado en el tintero muertos de risa. La realidad es que la educación lleva un rumbo terrible, al menos en España, con un retroceso del pensamiento crítico, perdida de derechos con la pretendida reforma de la LOMCE del gobierno.


Existen en las páginas del recorrido pedagógico hasta la fecha, en la historia de las teorías educativas, centenares de reflexiones, preciosas y prometedoras propuestas, que terminaron sus días como ideales de futuros lejanos respecto a punto de referencia visible, una superficie desde la que lograr divisarlos. Es usual toparse con la lectura de autor@s que anunciaban nuevos amaneceres, asegurando un mañana mejor, pero que aun yacen ocultos en la oscura noche abstracta del discurso teorético (teórica). Todos ellos tenían por bandera una utopía a la que dirigirse, pero esta nunca se completó, por el altísimo grado de exigencia, expectación generada o ansiada, jamás aterrizaron, al perder contacto con la tierra, perdidos en un cielo sin orientación que les guiase.



En mi opinión, hace falta experimentación manifiesta por parte de los alumn@s en cuanto a su proceso de aprendizaje, y la percepción de que este no es ajeno a un cuerpo celeste, el planeta tierra. L@s alumn@s deberían ser participantes activos que inter-actuen, se relacionen con lo que les rodea, investiguen descubran. Considero que es muy importante despertar su curiosidad, potenciar la imaginación, con una enseñanza-aprendizaje de conocimientos, aptitudes y valores ubicados en objetivos observables, analizables, tangibles para alcanzar su desempeño, un suelo físico-real, no un contexto metafísico idealizado que no se ajuste a las circunstancias particulares. Luego, es crucial atender a los problemas y conflictos políticos, económicos, sociales, etc del ambiente en el que se insertan las instituciones educativas, sin desvincular con ello a los alumn@s del medio en que viven, semejante al cordón umbilical de una madre con el embrión, impidiendo que se separe a la escuela u otro ámbito del ambiente en el que está inserto y la vida vegetal y animal humana y no humana que habita en él.



De este modo, l@s educandos se reconocen/identifican como seres vivos, igual que el resto de habitantes de un ecosistema, con interés en que conozcan sus potencialidades, con criterio, voz y el auge de actitudes que propicien una contestación, respuesta ante las injusticias o aspectos desfavorables a cualquiera de los miembros de ese entorno del que forman parte. Esto permitiría a l@s niñ@s conocer, estudiar y analizar las debilidades y fortalezas del entorno, fomentando el <<realismo>>, conscientes de las dificultades o problemáticas sin arrebatarles el <<idealismo>> (pero naturalizada, la capacidad de imaginar objetos del mundo y sumar alguna característica no implícita en este, por tanto se previene lo platónico, evitar decaer en la confusa metafísica que conduce a la parálisis de la acción, a algo abstruso, que sitúa a los sujetos en otro plano de la realidad, fracturándose la continuidad natural, así como el mismo proceso epistemológico) la fantasía, no dejando de soñar ( eso sí teniendo los pies en el suelo), ni tampoco eliminar los deseos colectivos, bienes comunes grupales de aspirar a un mundo mejor incidiendo en el fin del antropocentrismo u ocupación del ser humano en un estatus elevado respecto a la realidad natural circundante, formando parte de esta como organismo vivo).



Es bastante frecuente en el plano educativo, además de otros ámbitos, la predominancia de las denominadas<<construcción de castillos en el aire>>, idílicas teorías inconclusas, las cuales luego no terminan nunca de desarrollarse o apoyarse. Las teorías educativas que no se asienten en lo empírico, con una teoría-práxis, proyectos curriculares adecuados a las necesidades individuales-colectivas, etnias, lenguas, inmigrantes, niñ@s con alguna discapacidad o sobre-dotación, concienciada con los conflictos, amenazas que afecten medio y sus integrantes, la vida en general...Dichas teorías que prescinden de práctica resultan inútiles para un verdadero cambio.



Es decir, contemos con una educación ligada a las leyes gravitatorias terrestres (*Ojo, no estoy hablando de limitaciones ni opresiones entendidas como si los estudiantes estuviesen sujetos a la absoluta obediencia de las concepciones y directrices de l@s docentes, carentes de juicios propios o discrepancia en los puntos de vista), desde donde se proyecte la metodología, herramientas, procesos de aprendizaje, experiencias educativas, relaciones afectivas. Un punto de arranque que propicie la velocidad, una inercia para la fuerza, una <<acción>> que de como resultado una reacción. Tal que si mencionásemos un cohete o lanzadera espacial que desde la pista comienza <<el despegue hacia las estrellas>

Epistemología evolucionista


Personalmente coincido con los autores que sostienen que el conocimiento tiene lugar gracias a la intervención de los patrones biológicos evolutivos en interacción con un entorno que proporcione la percepción e interpretación de los hechos o fenómenos, resolviendo problemas o dificultades que aparecen en el entorno. Es necesario contar con un sistema biológico poseedor de unas estructuras cognitivas físico-psíquicas heredadas, dotadas para permitir a los sujetos adquirir conciencia respecto a los elementos externos que les rodean, ampliando a partir de la experiencias con objetos externos sus esquemas o representación del mundo en diferentes etapas o <<estadios>>. 

Es decir, se precisa de una capacidad genética adaptativa que resulte ventajosa, beneficiosa, con el uso de estrategias que garanticen la supervivencia de los organismos vivos, un mecanismo de defensa frente a las amenazas que ofrezca el entorno y aprovechamiento de las fortalezas detectadas en el mismo, expresadas en la manifestación de respuestas, reflejos, reacciones ante estímulos, y que propicien la adquisición de datos útiles, provechosos procedentes del medio externo.

Y viceversa, sin la presencia de un entorno que posibilite el aprendizaje, descubrimiento, procesos de <<asimilación y acomodación>> en términos piagetianos, ajuste y reajuste, equilibrio y desequilibrio...entrada y salida de información, revisión, análisis, observación para dicho sistema no sería posible alumbrar conocimiento alguno. Luego el origen de todo conocimiento es la sumatoria de factores biológicos, genéticos, hereditarios evolutivos y ambientales, ubicados en la misma realidad natural, fuera de fricciones o violentas separaciones entre naturaleza (biológico, herencia, genes)-cultura (social, aprendido, adquirido). Apelar a una conciencia de un alma o espíritu ajeno al plano físico-material según los argumentos aducidos sería incoherente ¿no? 

Las ideas, pensamientos, símbolos, ritos, ceremonias, tradiciones son una creación, proyección de la mente-cerebro, la mente-cerebro no puede vivir sin un cuerpo. Por tanto los signos, símbolos, valores culturales proceden de algo sustantivo, material, cerebral-corporal que les concede las condiciones para la organización de las costumbres, ritos, modos de vida. El sistema de creencias de un grupo étnico es transmitido a otras generaciones. Pero dichos valores son producto de individuos con una mente-cuerpo que han evolucionado y que construyen, establecen normas sociales en instituciones, forman paradigmas o sistemas de conocimiento en función de prioridades, organizadas selectivamente, sus comportamientos básicos responden a satisfacer necesidades básicas de subsistencia, las cuales son compartidas por el conjunto de especies animales, entre los que se haya el ser humano. Así al eliminar a la mente-cuerpo de la ecuación del conocimiento, es imposible que haya saltos, procesos culturales, constituyendo la conformación de la <<biología evolutiva>> el motor de los históricos movimientos, hallazgos tecnológicos, intelectuales, condicionantes culturales que den pie a hitos, progresos, avances en el conocimiento . 

domingo, 3 de agosto de 2014

Soy humano, pero primero soy animal, un mono... La potencialidad del ser animal que permite el ser humano. La evolución como reflexión sobre la especie humana

¿Y que tiene de malo considerarnos animales, primates o monos? En mi opinión si dejamos fuera la arrogancia propia de la creencia en la supremacía (superioridad), sometimiento de los seres humanos al mundo y los demás seres que lo habitan. Si en su lugar humildemente reducimos la falsa grandeza de la imagen narcisista del ser humano, a la realidad animal, básica y originaria de la que es producto o resultado, reflejada en la historia de la evolución de nuestra especie, sin excelencias ni idolatría hacia sí mismo, alejados del pensamiento de que somos poco menos que dioses, inmortales que caminan entre inferiores insectos, tal como se ha concebido a sí el ser humano hasta la fecha.

Entonces al fijar nuestros ojos en la historia evolutiva, nos despojamos de alardes, halagos y soberbias, nos percatamos que no poseemos aspectos diferenciadores o sobrenaturales que nos distingan de las demás especies, estamos conectados, formamos un continuo natural con ellas. En el pasado primero hemos sido peces, más tarde anfibios, pasando a ser reptiles que luego salieron del agua y se convirtieron en mamíferos terrestres que comenzaron a caminar a cuatro patas... Hasta que aparecieron los primeros primates, que tras largos siglos de cambios, variaciones, lograron ponerse en pie, caminar bípedos, erguidos. Y finalmente a raíz de ellos, apareció el ser humano, el homo sapiens sapiens tal como lo conocemos hoy. Por tal razón, tiene más sentido para mí considerarme un mono, para lograr dejar fuera cualquier sentimiento de superioridad, poder de dominación, violencia, destrucción hacia la Naturaleza que me rodea y que me constituye biológicamente, inmanentemente (materialmente).

Me considero como tal, un mono,goríla,chimpancé,orangután,mico, babuino... Identificándome de este modo como especie, buscando la comprensión, relación equitativa con el resto de seres vivos que son como yo, porque ello me permite conocerme mejor partiendo desde lo que he sido y aún permanece en mí, sobre lo que hay en mí y forma parte de mí, también en ellos (los primates) así como en el resto de especies, lo físico, lo psíquico-afectivo (instintos y emociones) y natural, también lo social como las relaciones, organización entre los diferentes miembros, grupos, clanes, manadas... para así poder ver desde eso que existe ya materialmente los cambios que han tenido lugar durante el largo proceso evolutivo previo, y que proseguirá su curso en el futuro.

Otra lectura del darwinismo. La tesis naturalista de supervivencia colectiva

Tras la lectura de algunos capítulos destacados de la obra de Darwin <<El Origen de las Especies>>  fortalezco mi posición naturalista en filosofía,  ahora regada con una defensa del darwinismo y el evolucionismo, partidario de un naturalismo biológico o intereses en la historia natural . 

A mi parecer se puede hacer mucho por el planeta Tierra, los ecosistemas y los seres vivos que los habitamos gracias a la teoría evolucionista de Charles Darwin, aunque planteadas sus bases naturalistas previamente por el filósofo Aristóteles al estudiar y clasificar las distintas especies vegetales y animales, advirtiendo el origen natural de las mismas. Aunque personalmente no estoy de acuerdo en lo referido al egoísmo o la competitividad entre los individuos mediante una lucha por la vida aplicado a los seres humanos que tampoco apoya Darwin sino otros autores darwinistas como Herbert Spencer, pues estos valores como desgraciadamente se ha visto en la historia conducen a la guerra y la extinción. El potencial aprovechable reside en lo referido a la supervivencia que posibilita el altruismo practicado. Es decir, impulsar en la sociedad las relaciones de asociación, colaboración, solidaridad, beneficio mutuo y amistad patentes en los animales no humanos, los afectos y necesidades de amor,cariño y cuidado que hagan sumar potencias entre los individuos de la propia especie y las ajenas, los cuales sí permiten la conservación, el reconocimiento de las especies sin opresión, exclusión o desatención entre las mencionadas naturalezas vivas, donde nos encontramos los humanos, reflejo de la misma luz natural originaria que recorre cada tallo y hoja que vislumbramos en el campo, o el torrente sanguíneo de las aves que divisamos en las copas de los árboles. Ese tronco originario del árbol evolutivo puede permitir abrir la conciencia de la conexión existente entre todas las criaturas vivas, garantizando su cuidado y protección, luchado por uno mismo, sino llevando a cabo una busqueda por la supervivencia del conjunto grupal de especies, defendiéndolas, cuidandolas, como elementos de la misma categoría o clase, hablamos de vida, destruyendo de este modo los órdenes jerárquicos desiguales y discriminatorios.

El otro lado del darwinismo: La suma de potencias entre especies. La supervivencia recíproca en los ecosistemas sociales

Personalmente estoy de acuerdo con Charles Darwin en que hay que adaptarse a las condiciones del entorno (alimentarse, nutrirse, relacionarse, educarse, desarrollarse) para lograr sobrevivir, aunque matizando que conjuntamente en él. Sin embargo eso no significa dejar de cooperar solidariamente entre las diferentes especies, desistir luchar ante circunstancias desfavorables, abandonar la crítica, el pensamiento, hacer frente juntos a las injusticias sociales, como tampoco implica aceptar el orden impuesto. Es justamente como subrayó el propio Darwin que el compartir, ayudarse, cooperar. En definitiva las relaciones de beneficio mutuo es lo que garantiza la supervivencia de las especies en cualquier ecosistema natural, lo que ha impedido su desaparición o extinción.

En los ecosistemas naturales-sociales en los que nos movemos los animales humanos cabe aplicar este principio darwinista. Es decir, si hay desequilibrios, desigualdades, abusos egoístas en los sectores socio-económicos, políticos se pueden cambiar las reglas para alcanzar un beneficio mutuo que garanticen la supervivencia de todos los miembros ¿Cómo?

Con unidad, tomando como ejemplo a la naturaleza de la que formamos parte, tal que si observamos una manada de cualquier animal no humano por ejemplo lobos. O bien un banco de peces, una bandada de patos, cientos de abejas en una colmena, hormigas dentro del hormiguero. Es decir, grupos sociales que actúan semejantes a iones entrelazados en enlaces químicos. Las jerarquías entre los miembros conducen a la extinción, a la explotación, la insodaridad, crueldad, abandono, a la muerte de la ética y la moral básicas en cualquier interacción. Esto puede servir de argumento para mantenernos lejos de las ideologías del capital que causan expolio de los recursos existentes, en las que abundan los depredadores mercantiles que devoran sin compasión a quienes consideren inferiores en la descarnizada lucha por enriquecerse a costa del gran empobrecimiento del resto.

Se alcanza así en contraposición al azote cruel del monetarismo, liberalismo y el actual neoliberalismo (leyes del mercado, competitividad) mediante el insuflo o fuerza de actitides altruistas una posible armonía (igualdad), prudencia, justicia, respeto, empatía en el ecosistema que habitamos, en pos de la conservación, la biodiversidad de vidas, sin órdenes imperantes ni elementos superiores en la escala, alejada de la pirámide de la verticalidad, luego será inexistente cualquier acción de daño, coerción, coacción o violencia.

Allí donde no se domine, sino que se comuniquen, dialoguen, intervengan y participen todos los organismos de forma afectiva, respetuosa en los que crecen y florecen la amistad, la alegría mutua, cuando germine la conciencia en las mentes-cuerpos provistos de afectos-razones. Este puede ser el camino para actuar según la ley de la naturaleza desde la propia potencia positiva de la naturaleza del ser humano como una especie más, desde cualidades naturales emocionales-racionales, capacidades evolutivas que poseemos sin resultar superiores a los otros seres vivos, compartidos los afectos, instintos de protección y cuidado junto a las funciones básicas de nutrición y crecimiento.

La naturaleza deja de ser un medio para volverse ella y todos los seres que la componemos un fin en si mismo, existen motivos, razones para actuar por la conservación, el conatus, un deseo de vivir, existir, ser la causa de la alegría del planeta y no su enfermedad, por la protección de la biodiversidad, la riqueza de organismos... especies que alberga el globo, un océano inmenso de todas las naturalezas vivas. 

¿Cual es vuestro punto de vista sobre este tema? ¿Cómo se mejorarían los argumentos para defenderlo? ¿Creéis que peca de ser excesivamente utópico?