lunes, 30 de noviembre de 2020

La unidad de la razón y la adecuación de todas las cosas.

Si bien la razón es natural en su causa de ser, representa el estado civil, de las leyes y el orden mediante el cual los hombres concuerdan en todas las cosas y permite que se conserven mutuamente en la recta virtud. Luego la razón libera al ser humano del estado de naturaleza de pasiones fluctuantes y allí donde no se diferencia lo alegre, lo que apetece por necesidad de lo que entristece o aborrece. La razón, el raciocinio es la conciencia de concatenación de las partes o cosas singulares y el reconocimiento de lo mismo en aquellas—"Si dos cosas son igual a una tercera, todas son iguales entre sí"—Euclídes. 

Es este logos el certificante de nuestros derechos a la vida y demás. Sin él estaríamos ciegos y nos devoraríamos al no advertir que lo contrario, por mucho que congenie en su negatividad, como acontece con el odio, no puede conducir a nada semejante en su naturaleza y es contrario a la razón. Únicamente mediante el conocimiento a través del logos [lenguaje, diálogo, razonamiento-argumentación] unidos al ethos—comunidad e identidad humana, esencia en las buenas costumbres que contribuyen a perseverar en el ser y no repugnan a su naturaleza— los hombres descubren sus afinidades y amistades y conforman un Estado donde reinen la justicia, igualdad y demás derechos civiles de la mano del entendimiento conforme a la perfección del intelecto, luego en la línea de una mayor realidad—al incrementar e indagar en el conocimiento y las causas por las que somos movidos a la acción— como pensaba Baruch Spinoza, empero, la razón se distingue de las pasiones en que se ve habilitada para no ceñirse a lo engañosamente fortuito del momento, sino que se eleva y sobrevuela cual halcón de Zeus los cielos y vislumbra la virtud del Sol, se ilumina y por tal motivo conoce—ideas claras y distintas—, entiende que hay necesidad en las acciones de los hombres que viven bajo la guía de la razón con la moderación de sus afectos por ejemplo, con ánimo de salvaguardar sus derechos civiles y progresar hacia metas y alianzas comunes. 

De lo precedente se demuestra la universalidad de la razón y no hay fe o creencias que la inhabiliten o resten acción en lo alusivo a su esencia, puesto que se puede creer en ella o no, mas la razón no deja de ser ni existir como propiedad o atributo del pensamiento humano.

viernes, 27 de noviembre de 2020

Los bulos de la crítica a la mitificación de la razón. La irracionalidad del mal banal.

El presente escrito comprende una crítica pertinente al irracionalismo anti-ilustrado que salpica esta era. Nombro las aportaciones de Spinoza y Leibniz al concepto de nociones comunes matemáticas y razón como sinónimo de alegría no falsa sino amistosa y sumadora de fuerzas, compositivas y que anuncian que los hombres actúan mal por ignorancia. De ahí que cualquiera que esté en el primer género de conocimiento-potencia pasional está en riesgo de cometer. La síntesis del texto asiste al reclamo de un intelectualismo moral como manera de conservarnos colectivamente, al modo de Spinoza, alcanzando un tercer género de conocimiento: la ciencia intuitiva. Todos parte de lo mismo, advirtiendo las partes del todo, término radicalmente opuesto al mal banal y equiparable a obrar mediante la ignorancia de las apariencias, las pasivas pasiones tal que si se piensa que el Sol está en el cielo, cuando en realidad se halla a miles de kilómetros de la tierra. 

En primer término, a los teóricos de la Teoría Crítica o Escuela de Frankfurt le respondo que sus tesis acerca de la razón instrumental son erróneas, puesto que el germen de dicha instrumentalización está en el pathos pasional del egoísmo o inclinación subjetivista y no en el logos racional, del diálogo y comunicación con el otro; la autor representación en el lenguaje y la metarreflexión. Esto se traduce en que no observo judíos, homosexuales, lisiados y otros descalificativos empleados por los nazis, sino la categoría universal de persona in abstracto, luego despojado de prejuicios e ideologías contextuales, ladronas del discurso y el pensamiento, en igual medida que llevo a cabo conmigo y mis procesos reflexivos-morales. 

Por tanto, aún siendo un poco espuria esta disertación atendiendo a su brevedad y quizá falta de necesitar un mayor ahondamiento, no lo es en lo tocante a desmentir de una vez por todas el ataque gratuito a la razón por parte de quienes se arrogan el papel de críticos cuando están dejando fuera la fiebre irracional desde la que reclamar como instrumental a una propiedad humana opuesta a tal término por su propia naturaleza crítica. Desde el momento en que se agrede contra otra persona se está abandonando el logos y ya no es legítimo referirse a la razón, sino a un falso pathos impulsivo y resentido con el cual vituperar cualquier empresa auténtica de mejora del ser humano y sus condiciones apoyándose en la razón. 

A tenor del aturdimiento en el término logos—razón— y su antónimo pathos, las impresiones de la pensadora Hannah Arendt en lo tocante al mal banal eran equívocas desde el inicio, puesto que Eichmann jamás estuvo en el plano de la razón. Situ el instante en que renunció a su responsabilidad cayó en el pathos [imagen mítica], padecía y nada más que le quedaba restar potencias como señalaba el filósofo racionalista Spinoza, al confundir con imágenes confusas y distorsionadas el mentado dirigente nazi [Eichmann] la idea común de animal racional humano; las nociones comunes halladas en los principios matemáticos y renombradas por el camarada filosófico racionalista Leibniz en la obra "Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano" de principios del S. XVIII. 

El mal banal no sucede por causa de la razón calculadora, sino en tanto que por su ausencia de la misma, el actor es ignorante, preso del pathos cual espectador del público con una película embelesadora, enamoradiza—se alimenta de una fantasía, imagina y no sabe en qué punto finaliza el relato de aquel que está allende del espectáculo atestiguado, un asiduo al vino privado de saborear la pureza de los alimentos en estado sobrio ¿Existe algún vínculo con lo racional? Si se divisa, pido amablemente que me indiquen qué partes ven asociadas con la actitud racional en esta suerte de epojé—suspención del juicio. 

El sujeto entonces se desembaraza de su función de conocer e investigar, dudar, la fuente de la virtud de la razón, episteme y la phronesis-deliberar correctamente, pesando en la balanza las razones con los deseos y no permitiendo que los últimos se antepongan a los principios morales no sujetos al mandato de un líder o poder determinado de tipo coactivo—símil con el encantamiento del filme en el ejemplo anterior. Matar o albergar la intencionalidad de quitar de en medio a un ser humano viola apriorísticamente cualquier nexo con la civilizada y dialógica razón. La razón no obra de forma no meditativa ni incomunicativa. El pathos se coló, o mejor enunciado, se encubrió a propósito, con vistas a obtener un cabeza de turco—la razón— y cargar contra ella, debilitando sus ideales humanistas de concordia y comunión con aviesos fines, irónicamente aquellos que tanto se reprocha a la Ilustración y todo destello de intelectualidad y su nexo con la civilización y sus adjetivos civilizado y civilizatorio. Las secuelas de lo nombrado no son otra que la edificación de "un hombre de paja", falacia en rótulos mayúsculos de la referencia a la razón clásica [greco-romana] y moderna, sentenciada cual Giordano Bruno, a la hoguera. 

La razón no cabe que sea identificada como [mythos] mito, en tanto que la razón sabe cuales son sus límites respecto de la superstición y la idolatría cuando los medios para su ejercicio están en la moderación, la templanza, la generosidad, la amistad y demás areté—virtudes, la cual no traiciona ni aplasta a ningún ser. Harto lejano de la luz del entendimiento es el sendero de quien practica la violencia y se circunscribe al ángulo de sus percepciones más arraigadas , incapaz de discernir lo falso de aquello que está más aproximado a la realidad de los hechos. Cita apropiada insertar aquí la de Sócrates alusiva a "una vida examinada", y no entregada al absurdo—ex nihilo ad hoc [desde la nada y para la nada]—como causa primera y final. 

Esto anteriormente comentado en los párrafos ulteriores es la acometida de la denominada posmodernidad y sus derroteros pesimistas de claros tintes románticos, aquellos que encandilaban al propio Eichmann. El optimismo ilustrado calumniado al grado de engendrador de monstruos. Curioso, porque dichas abominaciones tienen su sede en el pathos irreflexivo, faz de legiones ebrias de poder, de aplastar a todo bicho viviente a manos de su voluntad verduga de cualquier atisbo de análisis crítico, de logos, la verdadera efigie de la razón. 

Eichmann y los sujetos similares a este actuaban desde el minuto 1 en un pathos—imagen mítica de Imperio alemán o Reich tirano, Gulag soviético y demás totalitarismos, desvarío de superioridad racial y hegemonía, nuevamente mutilación de la idea de humanidad situ sobre prejuicios y estereotipos, opinión, doxa platónica, y eje del destino de los demás países, sacrificándolos cruelmente—embebidos de odio, venganza y envidia—y al que someterse, sucumbir y negar de tal manera la entrada del juicio, la palabra y no los puños o armas, la argumentación, libertad de discernir y disentir, atisbar otra dirección, oponerse a. 

Tal cosa,  además del carácter de némesis respecto de las luces de la razón, es precisamente lo que "el mal banal"/la banalidad del mal de Arendt—obediencia ciega—nos confirma: la verdad y urgencia del intelectualismo/virtuosismo moral como garante de progreso epistemológico-moral: unidad, fuerza intelectual, amistad, moderación—firmeza y generosidad que decía el excomulgado Spinoza, enriquecimiento cultural, hermandad, libertad, igualdad y no encaminados a la mitología o barbarie, el espejo del pathos. La razón no ha cometido nunca tales atrocidades. Si está en vuestra imperiosa, divisoria e impetuosa necesidad localizar un culpable, ya os contestasteis a vosotros mismos. 


"Los bulos de la crítica a la mitificación de la razón": La irracionalidad del mal banal. 


J.B.B

jueves, 12 de noviembre de 2020

 Si ofendieran las palabras, a continuación por digital tinta diferidas, será señal de que alguna verdad contienen sus filas: 

Primero denigráis la razón y pedís su confinamiento, mas luego está en vuestro confuso actuar requerir de su salvamento. En debates y coloquios reclamáis su uso, si bien antes la denigráis y depositáis en el nivel de la maleducada y desencontrada opinión cual religioso sacramento. Falso espacio este, incapaz es de alzar vuelo el halcón, óculo de Zeus con rumbo al sol, luz del entendimiento. Habéis hecho de la contradicción vuestro mortífero juramento de restar validez a toda suerte de consistentes y examinados argumentos. 

Cercenado dialógicamente el edifico, quedan irremediablemente las ruinas del conocimiento. Llega la desvergonzada hora de sollozar a causa del anárquico, temerario atrevimiento. Inclusive  por boca de seres leídos, pensantes que perdieron de vista los antiguos fundamentos, sembrándose en las distintas capas de la existencia serios motivos para el remordimiento. 

Emprendida nihilista tarea: aniquilación, demolición, malentendedores de Nietzsche, homicidas de dioses, leyes y hombres; descendientes del error y el aislamiento. El nacer de la aurora mengua con cada gallo cantor. 

Y mientras tanto, las divididas y extraviadas gentes en esta humana nación agonizan en aciaga, muda y eterna noche, libres de redención, y por contra esclavos de la tentación de atentar tempranamente contra la razón. Paradoja esta similar a demandar la quema de iglesias y catedrales, y querer acogerse a sagrado en estado de persecución. En absoluto es mi intención comparar, equiparar la razón con la religión, pues es más propio del laicismo y sus libertinas cohortes cometer la mentada anti-ilustrada traición. 

Traédnos los cadáveres de los búhos y lechuzas por nuestra mano abatidos sin la menor vacilación, y someted a herético juicio, cuyos legisladores adquieren roles de imitadores de—presente— atea Inquisición, a aquellos que sinceramente profesan la virtud de la razón.  


J.B.B 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Muy sabia y estudiosa será la mente de aquel que deja toda su moralidad en las pasiones o afectos ¿pero respóndanme los partidarios del emotivismo, si tomamos como referente a un sujeto dedicado al saber ¿cómo la deliberación y la ilustración, los razonamientos aprendidos y la planificación cohabitan con su antítesis, además visualizada cautelosa y preventivamente como perjuicio y perdición absolutos? ¿qué mente preclara lanzará por la borda sus lógicos principios con vistas a dinamitar con el dictamen de la pasión y afectos el inmenso esfuerzo de su formación y rigor en sus planteamientos? ¿y cómo, quisiera yo averiguar, respaldará el atropello de su amada disciplina y la certeza advertida en la práctica de ciertas costumbres y el transporte a la vida de la ilustración de Sodoma y Gomorra a cuenta de apostar por las opuestas? ¿dormiría tranquilo ese espíritu admitiendo que su saber nada aportará a los problemas de índole moral? Imaginemos a un matemático o biólogo que diese con una fórmula universal para dar respuesta a grandes misterios, e inclusive enfermedades temibles, y se le pidiese encarecidamente que las tirase a la basura, y viérase este confinado a visualizar con suma impotencia como el beneficio mutuo para sus semejantes es ejecutado por su silenciamiento. A este siniestro escenario conduce decantarse por el emotivismo en aquella conciencia que todavía no ha refutado nuestra humana capacidad de juicio y no sucumbe al contrasentido de sacrificar a la especie global por inefable y pendenciero goce de minutos mutilados, donde el asesinato se extraviará entre los gemidos de dolor, jubilo y auxilio de las bacanales. El sujeto asestará una vehemente puñalada, al tiempo que otro practica sexo oral y anal con él. Y las eyaculaciones se teñirán de rojizo maná de ríos venosos, y las copas de Baco brindarán con tan aberrantes y desconcertantes sustancias. Este es mi alegato a los siervos del emotivismo moral y su precipicio derivantes ¿cómo replicáis si concebís vuestros posibles insultos cuales venenosos besos del alma? 


J.B.B

domingo, 8 de noviembre de 2020

 Hemos pasado del versículo de Juan en la Biblia del Génesis «En el principio era el Verbo—la palabra, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» a "nunca hubo principio, el verbo atañente a Dios en sentido no estrictamente religioso como la Naturaleza, Universo o alguna clase de verdad es falso, y la verdad que da forma arbitraria y artísticamente a la realidad se llama "hombre". Dicho de otro modo, el hombre ha creado  el principio y la verdad sin servirse de una ontología o ser de las cosas compartido. Luego llegamos al punto de aseverar tautológicamente que el lenguaje no enuncia o refleja ninguna verdad objetiva acerca del mundo común. Al recuerdo de lo similar, la familiaridad, las enseñanzas de valores buenos y necesarios para las tribus o grupos lo tildamos de religión, mito y superstición.  Y apoyados en semejante desvarío cabalgamos sin tregua hacia nuestra lápida en solitario, pues el hombre se ha descompuesto en la singularidad y ningún órgano le vincula con el resto de hombres, tal que si se hubiese, a machetazo limpio, separado el corazón de los pulmones, estómago, los intestinos, el cerebro y resto de órganos y partes, agonizando cada cual en su loca huída del organismo que le hacía ser-existir. No visualiza la vasta hemorragia que deja tras de sí, sino que toma el lacerante corte por emancipación y su angustia queda definida durante el resto de su vida como inevitable padecimiento.

sábado, 7 de noviembre de 2020

 Tal vez una de las causas de la ignorancia contemporánea venga de tachar premeditadamente a toda suerte de religión de ignorancia y señal de superstición, en lugar de sacar provecho de sus saberes, pues en todo medio hay conocimiento, del mismo modo que incluso bajo los fríos casquetes polares y en aguas en ebullición se localiza vida ¿Y no fue la Península Ibérica un rico crisol de culturas cuando convivirán los tres credos cristiano, judío y musulmán? Y por el hecho de que se rindan cultos a deidades no hay imperativo de ceder a su obediencia, mas no da lugar tampoco a que se ofendan y desaprueben las de quienes profesan esa fe. Ese es el respeto mínimo y así se curan los extremismos y cualquier amenaza de ataque del fanatismo ¿y qué fanatismo religioso no queda en evidencia, cuando no se le violenta e incita y sus pasiones le conducen a la merecida desaprobación de la gente? Mantengo la seguridad de que finalizarían las trifulcas y el temor a sus represalias. Nadie ha sido herido y de obrar contra quien no ha arrojado puñal alguno, la miseria de sus fieles les ahogará para siempre y su Paraíso jamás será acariciado.

jueves, 5 de noviembre de 2020

POSMODERNIDAD Y ROMANTICISMO: CUANDO SE ABRAZAN LAS CAUSAS DE NUESTROS MALES Y NOS DESPRENDEMOS DE TODA CONCIENCIA

La posmodernidad debería ser un relato superado. Ha quedado confirmada su incompetencia e ineficacia en todos los ámbitos, especialmente el del conocimiento—se ha pervertido tremendamente esa palabra con su directo vínculo con razón instrumental o de dominio y su deje al culto a la incultura—y la ética. El sujeto ácrata e ignorante dicta por conveniencia lo que debe y no debe hacerse en cualquier esfera o rincón, y aquella [esfera] pública compartido no dista de lo privado o propia, sino que lo privado—yo hago lo que se me antoje en mi habitación-dormitorio- se impone violéntamente en el marco cívico y político común. La división es su bandera. La cuestión es ¿dónde estamos ahora? ¿hacia dónde podemos ir? 

Yo votaría por retomar el intelectualismo moral griego e ilustrarnos recíprocamente sin desatender las identidades particulares y respetarlas, y curar de esta manera la enfermedad del odio y venganza del planeta, tomados falsamente como virtudes y voces de lucha. Jamás, escúchenlo bien. Jamás ni el odio, la venganza, la envidia y pasiones similares traerán buenas temporadas de cosecha, romanticismo de cafetín. 

El Romanticismo es uno de los peores lastres para nuestra civilización humana. Supone el descenso al peor de los infiernos y primitivismos al no saber medir y balancear, sino tirarse a la piscina sin evaluar si contiene agua.  Ceder sin stop al deseo e impulso descerebrado—me resulta simpático que después critiquen la facilidad con que los medios de comunicación y publicidad nos incitan al consumo—perder los estribos a la ocasión mínima, entregarse a los vicios sin cuartel, la degradación y suciedad como tabla de la ley e impedidos de retornar a la sobriedad, lucidez o desengancharse más tarde. El romántico obra como un ludópata, bebedor que mira mal al que se sienta en la butaca de al lado, un buscador de pelea, yonqui que requiere de su dosis letal en vena las 24 horas del día. El romántico acaba por hacer de su vida una ruina, obra escatológica, similar a la que flota en el WC cuando libera la carga del intestino grueso. Luego te suelta el conocido—Yo lo controlo— que no se lo cree ni él. 


Los separatismos resultantes de la hegemonía del individuo y sus ensueños románticos, en calidad de habitante único sobre la faz de la tierra, no comprenden una ventaja. Háganse a la idea, la globalización por poner un ejemplo, la homogeneidad imperante es producto de los restos de la posmodernidad que tan religiosamente profesan. Las demandantes diferencias comprenden una orgia de movimientos anárquicos, sin frenos del capital y la ideología del mercado en mímesis de ese estilo de vida miserable y evasiva del pensamiento, absolutos siervos de las pasiones y enterradores del autodominio —Todo tiene que ver con el sexo, incluso la economía pronunciaba Woody Allen ¿y cómo no, con ese desastroso romanticismo como trasfondo? Los que se acogen a los "sin valores y desenfreno" posmodernos son los causantes de su tristeza como refería Spinoza, y agregaba que "entender es ser libre" ¿cómo porras seremos libres si no entendemos ni analizamos nuestro propio obrar? 


Otro de los contrasentidos de la coetánea pintura delacroixana [del artista francés Delacroix] anarquista derivada del Romanticismo, la falsa libertad individual guiándose a sí misma y dejando fuera en la práctica al ethos, comunidad y pueblo. Camino opuesto al conatus: El individuo busca los mejores medios para su corrupción y extinción. El hombre es útil para sí mismo y que zurzan a sus vecinos y conocidos ¡Cuánta pobreza de-mente y vacuidad, sinsentido en el corazón! El retrato del nihilismo, la superposición de todos los cromatismos, las sangrientas batallas por causas particulares y egoístas dan como resultado el opaco negro, un ser no para la muerte, sino en la muerte.

martes, 3 de noviembre de 2020

EL PLURALISMO Y SUS EFECTOS-AFECTOS TRISTES CON AUSENCIA DE UN ETHOS HUMANO COMPARTIDO [LA PATRIA HUMANA]: EL ESTADO DE GUERRA HOBBESSIANO

*Hago referencia en mi crítica al pluralismo sin bases o principios comunes, aquel disminuyente de las potencias o fuerzas cooperativas, como decía Baruch Spinoza. 

Cuando se desliga uno por entero del realismo, la existencia de un mundo con unos caracteres o atributos con independencia de los atribuidos a la carta—al pleno gusto, esto está muy dulce o salado, me resulta ácida la gravedad ¿qué quiere que le diga—por los sujetos, dejándolo fuera siquiera como hipótesis o corriente dentro de las posibles. Habiendo ejecutado esta tarea, tan emancipadora a los ojos de tantos, premiando este alarde de creatividad, resulta bastante hipócrita pedirle a la población o a la gente que busque la verdad, puesto que la verdad ya fue tornada en una metáfora literaria y cada cual redactará sus poemas y libros personales incompatibles e inentendibles para el que está a su lado, tal que si uno hablara en un idioma y a continuación otro en uno absolutamente dispar, y competirán por su venta particular.

Y quisiera saber yo ¿qué unidad le demandas a alguien que ha renunciado a un elemento compartido como la verdad? La fantasía por supuesto que conecta a los pueblos y culturas, mas acaba por ser un sortilegio y cada quien se hechiza o come setas alucinógenas con determinados grupos que cierran el paso, desprecian al que no comulgue con la suya. 

El pluralismo, como tiene lugar con la libertad y el por qué del fracaso eterno de la anarquía, es que entronca con la naturaleza de nuestra razón como decía Kant, siempre pide más. Es decir, no sabe contener su democratización, porque es semejante a pedirle al río que no se desborde cuando llueve en exceso. Se introducen tantas perspectivas, al principio con juramento de no avasallarse y convivir en paz, que en un corto espacio temporal se emborronan y difumina el sendero que las ligaba y cae una espesa niebla teñida de sangre. En ese instante, se tropiezan unos con otros, se tildan de fascistas, rojos, anarkas, antipatrias, salvapatrias, maricones, aleluyos y toda esa maravilla del léxico en lo tocante al menosprecio del prójimo, incapaces de darse la mano al no contar con un sentido comunitario, humanitas, civitas o espíritu de reconocimiento e identificación en su forma esencial de animal racional [el animal racional es un constructo occidental y queda atrapado en la geografía limítrofe, allí donde fenece el pasado de hermandad y sus valores, denunciados como coloniales y de dominio].


Ese violento río rival de métodos y organización básica, voces que transforman en mitos, máscaras, disfraces lo que ansiaba distanciarse del mito, el logos o razón como explicación de los fenómenos del planeta, que inunda valles y montañas desemboca en los mismos dogmatismos, incluso peores que echaba en cara. En tal tesitura nos han dejado. Todos ciegos, mudos y sordos. 


No dejen de promover el mismo desastroso remedio, y dejar caer en saco roto los alegatos de Wilde: "Experiencia ni siquiera produce salir del error, puesto que el error jamás es mío". Cuando alguien me dice que estoy en lo cierto, le pido que me siga dorando la píldora y lo cuelgo en las redes sociales con objeto de ser admirado como ídolo de masas no pensantes. Ya lo ven. Narcisos nos esculpió a todos pluralmente a su imagen y semejanza ¿o fue la negación del realismo—zoon politikon, animal, especie social y modo humano relatado al inicio de esta catársis, purificación de la ignorancia que recorre el planeta, el fantasma del pluralismo en calidad divisoria, descompuesta, entristecedora y la naturaleza humana desbocada, desaparecida la guía de la razón: idea, el rostro del otro, derechos, participación y amistad mutuos, y con firme propósito de borrar este estado belicista, mutilado, la huella de la presencia humana en este ínfimo planeta dentro de un universo con principio y fin desconcertantes.  


J.B.B

 En primer lugar, manifestar que me gustan algunas de las ideas de Nietzsche, pero sus herederos se han pasado con su visión artística y libre interpretación de las cosas, desconectadas de la realidad por simple y pura conveniencia, emperrados en que las cosas encajen con nuestras convicciones, que el mundo se ajuste a nosotros, aunque estemos en el error e incapaces de ser amistosos, mejorar y cambiar desde la condición de superhombres—todos tienen su verdad—, leída en algún tonto meme o frase suelta y cegados por el ego. El culto al egoísmo elevado a la infinitésima potencia. 

Esa es mi desaprobación del legado de Nietzsche, marcharse en todos los ámbitos hacia lo desbordante, sublime que rompe e impide el razonamiento mínimo y quedarse en ese pasmo—arma persuasiva de la era de la imagen y lo digital. Orquestado el trágico asesinato de Apolo representante de la armonía, la moderación, la claridad, nada tiene sentido, todo es una fuerza arrolladora, absurdo, algo ridiculo, caricatura, un borrón o mancha y se moldea así, desde una página en blanco por pura utilidad. Es el ¡Ohhhhhh! del borreguismo, atontado el ciudadano con formas y colores desbordantes, la lágrima tan recurrente en las charlas e incorporada esa manipulación al hábito de consumo y cualquier meeting político demagógico y persuasivo, y por supuesto inhabilitado para un análisis desde la embriaguez más pasiva de todas. 

Yo, por ejemplo, me estimo creativo y pasional-elocuente en mi estilo literario, adorador de la estética, la pluma y la tinta, confeccionar historias, poemas y relatos. No obstante, tengo claro los bordes entre el mundo de la imaginación y el común con otras personas, el que me une a ellos. No me destierro en un universo paralelo y a partir de él siembro mi verdad revelada por mí y para mí e incompatible con el resto y el conocimiento que nos permita avanzar, aliarnos, comprendernos y no retroceder, declararnos la guerra como estado natural de ser de las cosas. Emplear la evolución para acto seguido indicar que es una teoría nada más o aplicarla a una visión maligna de nuestra condición humana, una historia maldita o marcada ya, que únicamente fluctuará si se sigue mi ideología. 


La ideología mesiánica, el nuevo hombre, el tirano—la teoría del superhombre es una metáfora solidificada que olvidó su origen y propósito e hipostasió el concepto, extravío de la memoria que se trataba de una idea regulativa orientativa o modelo, no tomarlo al pie de la letra—. Ave Mussolini, Hitler, Lenin, Stalin, y los totalitarismos ad consecuenciam con semilla en la figura del "elegido" para dirigir a la masa recluida en su caverna o autodeclarase los humanos los amos y señores de su propia ley que atropella, en un santiamén, a quien respira a pocos metros de estos, y el individualismo consumidor de placer encima de las pilas de cadaveres de los sujetos muertos y torturados por la romantización, prometeismo—la luz, fuego de la demencia y la barbarie, "un mundo feliz" huxleyiano de distopías autocumplidas. No se salen de las borracheras ni sus temibles resacas, llevadas a eternos retornos, vueltas a ser vividas desde las auroras hasta las mediasnoches. 


Ya recetaron el plato del soma los alumbradores de la subjetividad. El soma o cápsula idiotizante se llama precisamente religión pura—y ríanse de la razón de Kant al querer ir esta siempre más allá de lo empírico o la sensibilidad—del individualismo, comodidad, pereza, predicar desde el sillón de casa, encerrarse en su mundo monádico propio e inconmensurable con el ajeno. Un sujeto feliz con su verdad, mas con una humanidad mucho más que infeliz, desesperanzada y depresiva... los componentes del nihilismo y su destrucción de la vida ¡Qué venga la muerte! gritan y agoniza el pobre don Miguel de Unamuno en medio de dos fanatismos monopolizantes, estupideces y enfrentamientos que a nada conducen, dos injusticias llamadas fascismo y marxismo, caras de la misma ignorancia o mal común en términos socráticos y por supuesto falsas analogías, pero es tarde. 

Se vaticinó la caída de la lógica y el posible entendimiento entre los "azoon politikon" o animales apolíticos y ni siquiera se acepta, en formato de novela, que necesitamos de lo demás. La compasión es debilidad, moral de esclavos y rige la voluntad de poder. Nuevamente términos de la evolución que cuando son útiles para los oscuros fines se utilizan como medios de imponer verdades contradictoriamente irrebatibles—Esa falacia de autoridad tan visualizada: Schopenhauer dixit. 


J.B.B

domingo, 1 de noviembre de 2020

 Difícilmente se puede hablar de responsabilidad cuando el exceso se vuelve hábito y el placer enamorado de su efigie consume cualquier conciencia respecto de las consecuencias de las acciones. Los desmadres no saben cuando detenerse por su propia condición desmedida y dilatan su actitud a toda esfera de vida humana erigiéndose tumbas de los conceptos templanza y prudencia ¿qué sociedad logra subsistir en dicho estilo de vida  tododionisiaco? 

Yo os lo diré. Le esperan habitantes perezosos, flatulentos, maleducados, dados a buscar chicas de compañía, incapaces de interpretar ningún texto ni albergar juicio y discernimiento ¿y qué juicio puede derivarse del botellón traspasado al ámbito del conocer, con cada uno de los interlocutores soltando paridas e improperios en torno a cuestiones de actualidad y limada toda clase de seriedad e involucración, sentido de pertenencia al asunto? En su lugar, lo divisan cuales juerguistas vocingleros, canturreando lo que habrán oído en algún programucho televisivo o alguna gaceta que les captó fácilmente cuales adeptos a una secta. No hacen falta iglesias para manipular. La religión no es fallo gordo en este apartado, sino cualquier doctrina emergente de X partido que rompe con la cualidad en el ciudadano de participar y argumentar, razonar y contribuir activamente o los alienta a la división, el guerrerar y sacar la mala sangre. 

No, este dionisiaconismo posmoderno nos está abocando a despreciar el logos, primero porque ni sabremos qué puñetas es, le temeremos supersticiosamente al propio conocimiento, una pose de incultura absolutizada en su relativización del mal de ser un tarambana y no disponer de más capacidad de conversación que aludir a los goles metidos por el equipo del deporte rey y los líos de faldas de algún tertuliano de la caja tonta, empero, prosigan con la defensa de la autodestrucción nihilista de ese mandarlo todo a tomar viento y entrar en dependencia de sustancias lobotomizantes del raciocinio y la lucidez mínimas;  entregarse al puro vicio y la ruina, estimados transvalorativamentes como virtud y andar con el mismo cuento de que la violencia y odio reinantes tienen su causa en la falta de libertinaje. 

De esta forma obra la anarquía y su veneno. Todo se permite y nada es incorrecto, salvo cuando una persona quiere poner algo de orden en ese caos romántico. Es la ocasión perfecta para crucificarlo y cantarle vivas en su deseado entierro, porque su evasión por conveniencia de la realidad, esos constructos tan inofensivos y revolucionarios al ojo, les hicieron obviar que proteger unos principios comunes y pacíficos y no habitar en los infiernos, en la corrupción y putrefacción de los valores como un tétrico retrato de Dorian Grey, es la única receta para seguir elaborando el libro de perpetuidad de nuestra especie. Demasiado ensimismados viven esos grupos en ser los autores de "La involución de la especie".

LAS INCOHERENCIAS DEL EXISTENCIALISMO SARTREANO Y BEAUVOIRIANO Y LA DERIVA MARXISTA. LA ESENCIALIZACIÓN DE LA ESCLAVITUD HUMANA

 El existencialismo como corriente filosófica grosso modo, y en especial con el pensador Jean Paul Sartre, sentencia que "la existencia precede a la esencia", empero algunos de sus integrantes como Simone de Beauvoir afirman lo siguiente: 

"La naturaleza del hombre es malvada. Su bondad es cultura adquirida". 


Ya me dirán a qué naturaleza no esencial del ser humano está aludiendo aquí Simone. En primer lugar, interrogaría a la filósofa de la cita por lo siguiente: ¿quien la hizo malvada a esa naturaleza, la cultura que apoyándonos en su texto debería conferirle bondad? ¿no estarían admitiendo el fracaso de la cultura si debe haber total ausencia de conductas anteriores al aprendizaje? 

¿Y no será este reclamo de lo cultural una tapadera para mirar para otro lado ante una esencia demonizada de antemano—e incluso un temor a negar a un Dios que dirija la moral con esa advertencia de Dostoievski: "Si Dios no existe, todo está permitido", y de ahí tanta urgencia en ampararse en la cultura como recto catecismo y responsabilidad mínima en la acción— correspondiente a intereses ideológicos-políticos y de variado calado, y pretender alterarla por entero mediante la cultura dispuesta a unos aviesos fines con tufillo maniqueísta de "buenos y malos" de fábrica, al no nombrarla [la naturaleza]? El individuo debe salvarse o bien emanciparse de esa naturaleza corrompida afiliándose a X corriente ideológica. Luego su redención se hallaría en la cultura bajo tales parámetros y sospechosamente simpatizantes los últimos con determinados regímenes o formas de gobierno. ¿Adoctrinamiento implícito? 

Dicho de otro modo, se está juzgando sin decirlo que el humano está ya condenado no a ser libre, sino a ser un peligro. Se oculta la realidad ontológica maligna que dialécticamente afirman en lo silenciado—por lo menos en lo tocante a supeditar la existencia, lo que se hace a la esencia, lo que es sin la participación de la experiencia—, y predisponiéndola e integrándola falazmente en su discurso sociologista-culturalista? ¿acaso no manifiestan los autores que el ser humano no nace, sino que se hace? Regresamos al mismo entuerto lógico ¿quién lo hizo malo? 

Pero si la mentada naturaleza es malvada de antemano ya ¿no significa esto que la cultura y campo empírico lidian con un carácter a priori? Explíquenme esta gigantesca contradicción de sus bases y por qué no se ha ahondado en ella.


Con alta seguridad otros pensadores que aseveran no contar con bases ontológicas predefinidas, como Karl Marx, manejaban una idea similar de la naturaleza humana ¿no están las clases sociales esencializadas, santificando a todo hijo de obrero y mandando a la hoguera, pidiendo la cabeza de todo empresario o personas que llevan negocios sin rostro, amputada toda suerte de empatía parafraseando a Levinas, representantes de esa naturaleza humana malvada no revelada en la palabra? 

¿El sociologismo, tan en boga, celebrando la famosa maxima posmoderna de "todo construcción es social" es esencia tabuizada, velada desde su espantoso rostro o destino para montar el tinglado de que es posible y necesario variar su torcido rumbo? ¿por qué tanto empeño en rechazar la idea del "mal radical"[en las raíces] e inserto en la preestructura ontológica del sujeto entonces?


J.B.B