miércoles, 19 de julio de 2017

MICRORRELATO


Aquel día se levantó como de costumbre, aunque se sentía muy extrañado. Más inquietud le produjo contemplar la imagen de un desconocido en el viejo espejo de la habitación. Bajó las escaleras y olvidó cuales eran sus preferencias al desayunar. Ignoraba todo lo que a su vida de antes se refería, un gran vacío se cernía entre él y su memoria. La confusión aumentó todavía más al fijarse en el mobiliario de la casa, incapaz de recordar ningún dato sobre éste. 
Tampoco sabía dónde se ubicaba la vivienda. En ese momento llegó a sus oídos un sonido que no supo identificar, el cuál procedía de unos grandes objetos rectangulares situados al lado del edificio. Podía observarlos a través de unas cavidades en las paredes, por las que penetraba el torrente de luz del amanecer. Resultaba tremendamente raro que las matemáticas elementales no se hubieran borrado de su conocimiento. El resto de cosas era una masa de espesas nubes.
J.B.B