martes, 23 de agosto de 2022

De lo llamativo y su superficialidad

Donde exista pomposidad muy probablemente habrá banalidad. Lo que suele llamar la atención se caracteriza por un mero efecto visual, una película  hartamente colorida o un sonido rimbombante. Cuando cesa dicho fogonazo, queda en el vacío la nimiedad en su contenido yaciente desde el inicio. Lo trascendente se pasea sigilosamente y su estela no caduca por eso mismo, por su tendencia al anonimato. Lo desapercibido acostumbra a poseer más intensidad, fuerza y valor que el ruido y arcoíris más estridentes.  

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