La inteligencia, pese a que se divida en varias dimensiones, se caracteriza por dudar de sí misma a cada minuto ¿y no es esta la razón de que no sea arrogante quien verdaderamente es inteligente? El pobre arrogante anhela ser más de lo que es y por eso tiene tanta fe en sí mismo, porque necesita desesperadamente creer para auto convencerse de su no debilidad, como el creyente de una religión acude a un ser superior para que le salve de sí mismo, de sus pecados. El soberbio escapa de sí y presume de algo que no es. La soberbia no es más que una máscara como ya han observado tantos psicólogos y especialistas, mientras que la sencillez es la belleza de la sinceridad con uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario