jueves, 12 de noviembre de 2020

 Si ofendieran las palabras, a continuación por digital tinta diferidas, será señal de que alguna verdad contienen sus filas: 

Primero denigráis la razón y pedís su confinamiento, mas luego está en vuestro confuso actuar requerir de su salvamento. En debates y coloquios reclamáis su uso, si bien antes la denigráis y depositáis en el nivel de la maleducada y desencontrada opinión cual religioso sacramento. Falso espacio este, incapaz es de alzar vuelo el halcón, óculo de Zeus con rumbo al sol, luz del entendimiento. Habéis hecho de la contradicción vuestro mortífero juramento de restar validez a toda suerte de consistentes y examinados argumentos. 

Cercenado dialógicamente el edifico, quedan irremediablemente las ruinas del conocimiento. Llega la desvergonzada hora de sollozar a causa del anárquico, temerario atrevimiento. Inclusive  por boca de seres leídos, pensantes que perdieron de vista los antiguos fundamentos, sembrándose en las distintas capas de la existencia serios motivos para el remordimiento. 

Emprendida nihilista tarea: aniquilación, demolición, malentendedores de Nietzsche, homicidas de dioses, leyes y hombres; descendientes del error y el aislamiento. El nacer de la aurora mengua con cada gallo cantor. 

Y mientras tanto, las divididas y extraviadas gentes en esta humana nación agonizan en aciaga, muda y eterna noche, libres de redención, y por contra esclavos de la tentación de atentar tempranamente contra la razón. Paradoja esta similar a demandar la quema de iglesias y catedrales, y querer acogerse a sagrado en estado de persecución. En absoluto es mi intención comparar, equiparar la razón con la religión, pues es más propio del laicismo y sus libertinas cohortes cometer la mentada anti-ilustrada traición. 

Traédnos los cadáveres de los búhos y lechuzas por nuestra mano abatidos sin la menor vacilación, y someted a herético juicio, cuyos legisladores adquieren roles de imitadores de—presente— atea Inquisición, a aquellos que sinceramente profesan la virtud de la razón.  


J.B.B 

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