jueves, 15 de octubre de 2020

LA FILOSOFÍA Y LA EVIDENCIA DEL EFECTO DUNNING-KRUGER [la creencia de considerarse sabio o inteligente, la tendencia a jactarse de ello quien no lo es]

La sociedad ateniense condenó al filósofo griego Sócrates, por su humildad y voluntad de que los ciudadanos indagasen y alcanzasen, extrajeran la verdad. Se le juzgó por no percibirse este sino como un ignorante, mientras que los otros presumían de su sabiduría sin realmente manifestarla. Sócrates les ponía en evidencia ¿ha cambiado en algo la arrogancia de las actuales sociedades? La respuesta es negativa. 

Se repetiría la historia y sentenciaríamos a quien no presume, a quien predica la sencillez y llegar a la verdad, porque la mentira habla siempre en boca de todos y adora las opiniones, el rumor, la distorsión y la confusión. Lo opuesto, implicaría admitir que nuestros anteriores pasos han sido equivocados y requerimos de un autoexamen colectivo, mas el ego promulgado en los distintos medios de desinformación y descomunicación, junto con las tecnologías separatistas, nos torna en Narcisos, seres enamorados de su propia imagen, su amada mentira. 

Al igual que ocurría con Sócrates, se anuncian como sabios, aunque no den muestras alguna de dicha actitud. Aquel que obrase con integridad y espíritu crítico, valiente, sería culpado, nuevamente, por el postureo, la apariencia, esa doxa contra la que tanto se rebelase Platón en contraste con el conocimiento. La doxa, habladurías, egos heridos... el espejo de la vanidad de esa sociedad ateniense. 

El Sócrates contemporáneo que no renunciara a sus principios y buscase animar al descubrimiento interno, a conocerse, a la verdad por encima de todas las cosas, volvería a ser objeto de burlas y sentenciado. Ese es el precio de la integridad, de ser una voz para todas las personas fuera de imposiciones y credos de distinta índole. En breves palabras, el sacrificio del librepensamiento, de la valiente filosofía.


Y con vistas a dar fundamentación a lo redactado anteriormente, he aquí un pasaje de "la Apología de Sócrates", con autoría de Platón, y alusiva al punto abordado: 


Sócrates—"Todos aquellos que ellos convencen de su ignorancia la toman conmigo y no con ellos, y van diciendo que hay un cierto Sócrates que es un malvado y un infame que corrompe a los jóvenes; y cuando se les pregunta qué hace o qué enseña, no tienen qué responder, y para disimular su flaqueza se desatan con esos cargos triviales que ordinariamente se dirigen contra los filósofos; que indaga lo que pasa en los cielos y en las entrañas de la tierra, que no cree en los dioses, que hace buenas las más malas causas; y todo porque no se atreven a decir la verdad, que es que Sócrates los coge in fraganti, y descubre que figuran que saben, cuando no saben nada. Intrigantes, activos y numerosos, hablando de mí con plan combinado y con una elocuencia capaz de seducir, ha largo tiempo que os soplan al oído todas estas calumnias que han forjado contra mí". [...] "no os oculto ni disfrazo nada, aun cuando no ignoro que cuanto digo no hace más que envenenar la llaga; y esto prueba que digo la verdad, y que tal es el origen de estas calumnias."

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