viernes, 9 de octubre de 2020

La narrativa esclavista de las pasiones

Tras varios días de análisis, he reparado en que el filósofo empirista David Hume se equivocaba en algunos de sus planteamientos, muchos asumidos coetáneamente. La razón no es, ni debe ser esclava de las pasiones. Las pasiones son inherentes a la conciencia y ninguna pasión puede producirse sin conciencia, pues aunque seamos llevados a o mecánicamente reproducimos una acción, nuestro sistema controla, automatiza psico-motoramente. Es decir, que no se trata de una ráfaga ciega. 

La validez/acierto de Hume, en el punto que nos ocupa, recae en que iniciamente acontece la pasión, mas con carácter programado, reflejo con un propósito de evitar amenazas y por tanto con fines de preservación del individuo. A su vez, dio en la diana en el condicionamiento de las emociones en la racionalidad o imagen del mundo formada, pero hasta ahí en lo alusivo a esta cuestión de la disertación presente. 

Preexiste un funcionamiento o estructura psíquica-corporal coordinada que posibilita ofrecer y ser afectados por las pasiones. Aparte, las pasiones pueden ser amainadas o reguladas. De lo contrario, andaríamos todos enviolentados y ni siquiera podríamos guardar las mínimas formas. La educación, en todas sus dimensiones, se tornaría en fantasía y cederíamos sin esfuerzo alguno a lo que nuestro deseo anhelase, sin barreras, con ausencia de mecanismos espejo de reconocimiento. Resultaría harto imposible hablar de educación emocional, y la mera deliberación estaría falta de sentido. 

Sí, una pasión descontrolada subyace en un primer instante de acción, más la pasión rápidamente es suavizada o reconducida. Además, como señalaba en el inicio, nuestro organismo no es caótico per se y si éste guarda una funcionalidad o patrones, procesos coordinados con el órgano cerebral, por lógica las pasiones desatadas por el mismo o entrantes no pueden responder a un estado entrópico o de irremediable caos. Además, es un fenómeno testado que el domino de las pasiones es viable, los monjes yoguis y budistas dan buena fe de ello, al pasar varios días bajo la lluvia,  y en ayunas, sin padecer dolor o problemática manifestada a posteriori ¿y qué decir de quienes se adentran en aguas heladas completamente desnudos?

Se podrá contraargumentar esta crítica, aludiendo que el inconsciente es esa bestia indómita, empero, si el inconsciente está alojado en el sistema psíquico, retornamos al hecho de que guarda una coherencia mínima con marcaje evolutivo, en pro de la subsistencia de la especie. La escuela estoica griega no andaba nada desencaminada, ni tampoco la actual terapia cognitivo-conductual de la psicología, en lo tocante a la gestión de los pensamientos y la transformación de las emociones en consecuencia, modificándose los primeros y la interpretación de X situación. "Lo que nos decimos y pensamos determina como nos sentimos." La actitud ante las cosas. No parece que haya dicha condición pasional intensa, el descontrol aquí tampoco. 

Por ende, instintivamente, a excepción de patologías, casi todas bajo las diferentes variables socioculturales, no matamos a otro ser humano, puesto que en nuestro programa base llevamos instalado el respeto a la existencia ajena, a menos que los recursos básicos escaseen y entonces sí tendría lugar un enfrentamiento. Ahí el sistema límbico se desequilibra y el estrés a causa de la liberación del cortisol para paliar la saciedad, desemboca en el incremento de la adrenalina. En tales circunstancias, sí se podría sortear ese cortafuegos biológico y ceder a la lucha por la existencia de los depredadores, pero no se trata del prototipo en absoluto. 

Con base en lo anterior, diría que "la razón es esclava de las pasiones, cuando las necesidades elementales no se cubren y no hay ejercicio o aprendizaje de la mente para permitir su dominio, la concentración". El sistema psíquico de la mente-cerebro es un enigma aún a día de hoy, pero el aserto de Hume y del psicoanálisis, en este asunto concreto, está bien lejos de cumplirse. 


Por supuesto que diariamente cometemos sesgos cognitivos, errores al interpretar y normalmente cedemos a las respuestas rápidas, impulsivas con la información disponible al alcance—los heurísticos, pero aunque el sistema racional-deliberativo se emplee cuando hay suficiente tiempo de decisión y esas intuiciones emotivas constituyan una mochila empírica de carga de creencias y valores, prejuicios y estereotipos, conformando el núcleo de nuestra racionalidad. 

Pese a ello, hay sitio para el entrenamiento y dominio, no represión, [no confundir] de aquellas pasiones destructivas, de refuerzo negativo o automatizadas al observar y repetir conductas agresivas no empáticas, ejemplo los maltratos y abusos. Añadido a lo anterior, en su estructura primaria ese engranaje depende del entorno y sus vivencias, mas biológicamente estamos dotados para entendernos y comunicarnos entre nosotros, y las diferencias o choques en la manera de ver las cosas obedecen, principalmente, a una educación dogmática o falta de refuerzo de apertura o adaptación al reajuste y permisión, aceptar otras perspectivas, "fusionar horizontes". El filósofo Häns Georg Gadamer aconsejaba aquello de "poner nuestros prejuicios contra las cuerdas". Aún cuando ocurren los mentados obstáculos, la razón, lenguaje, diálogo, logos común, "el ethos de la humanidad" no ha muerto, ni mucho menos, pues de lo contrario ya no estaríamos vivos para escribir nuestra historia. 


J.B.B 


"La narrativa esclavista de las pasiones"

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