miércoles, 1 de noviembre de 2017

Si matas a tus demonios, enterrarás a los ángeles en el camino. Resulta imposible distinguirlos, separarlos por completo. No cometamos un "genocidio moral".

Hay que aprender a convivir con ellos, a menos que recurras a actos suicidas, donde finalmente no tendrás que sufrir más al decidir a cuántos salvas y condenas.

Al tratar de destruir algo estimado como malo, cabe que también pongas fin a lo mejor de tí, que se halla unido a lo aborrecido por un cordón, invisible éste para la conciencia del individuo.

J.B.B

No hay comentarios:

Publicar un comentario