jueves, 16 de noviembre de 2017

ESCRIBIR II

ESCRIBIR II 

(Segunda parte de los motivos por los que expulso   lágrimas negras, compuestas de tinta.) 

Trazo líneas sobre cualquier soporte (material o digital) para asegurarme un perpétuo estado de amnesia, pasmo, absortamiento. Un puñetazo directo al estómago ante los malos tragos, astilla clavada hondamente en el corazón, herida que no se cierra. 

Redacto con objeto de viajar, instalarme en la pacífica y resguardada soledad de las palabras. Amigas de honor inusual, comprensivas y siempre dispuestas a prestar oído a tus zozobras, letanía de penas inhibidas. 

La difícil acción de desahogarse, desamarrar el duro nudo de los aprisionados sentimientos, trae consigo un mar armónico y viento detenido en la tempestad de mi conciencia, ténue abertura luminosa en el horizonte brumoso, fulminación de la sombra que asecha mi ser. Un alivio, tomar una ración de oxígeno en la atmósfera nitrosa, un estentóreo grito resonante en mi absurda nada. 

Narro, relato, expongo al indefenso descubierto mis livinas alegrías y plomíferos pesares, debido a que por encima de todo anhelo desembarazarme de mí. Me refiero a ese ente, que el cruce de naturaleza-cultura ha determinado sin mi consentimiento. Un fantasma de un tiempo pretérito extinguido ya, empecinado en revivir, torturame, castigarme con la ronca y queda voz de la culpa.  

No es que deje al rey desprotegido, a la espera de que éste se desplome por un calculador jaque mate. Para nada. Quién derrama lágrimas de tinta tiene en mente jugadas, cartas clandestinas aún por desvelar. Todas las ocasiones en que se lee algo de su autoría, se presentan algunas de ellas. 

No obstante, la transparencia jamás se materializa, sino la misteriosa translucidez, el vaticinio de un rojo amanecer que aún no ha encendido el cielo, belleza de la literatura, que incluso escapa, sobrepasa sublimemente al influjo del propio escriba.  

"Lágrimas negras". 

J.B.B

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