Casi todos mis escritos nacen en un ámbito bastante tabuizado de nuestra sociedad: el retrete. Seguramente, al pronunciar estas palabras el asco haga su rápida entrada en nuestro psiquismo por la asociación entre la higiene y el lenguaje. Lo feo y desagradable debe quedar alejado. El mundo debe lucir como un blanco y aséptico hospital. Las purgas se inician así, con la ideología de la medicina y la limpieza.
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