La solidaridad se ve atravesada por la situación de que cuando nada tiene un por qué en sí mismo, se plasma la antítesis del para qué en toda la acción. Si a la solidaridad le caracterizaba el desinterés, realizar la acción sin esperar nada, ahora en el desinterés por la buena acción o la altruista, se le introduce el interés-beneficio como una inadvertida metástasis cancerígena en las células sanas.
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