martes, 29 de noviembre de 2022

De la indiferencia placentera

Gusto y disgusto, las variables lingüísticas del placer y el dolor. Agrado y desagrado. Juego de palabras. Agrado, sin grado y displacentero-doloroso. 

Algo sin grado es indiferente. El escritor norteamericano William Faulkner decía que "entre el dolor y la nada [indiferencia] prefiero el dolor", pero en la indiferencia estaría el placer de la felicidad ¿por qué no hay felicidad? 

Porque siempre hay grado, clasificación. No hay indiferencia, ausencia de importancia. La felicidad debería valer nada. El importe de la felicidad es 0, y su valor infinito. En el dolor aún hay grados. No se permite la indiferencia ante este. 

Si bien en el agrado o placer la indiferencia no es obligada, como no la escoge uno sino la sociedad se apaga el placer que podría hallar alguien en su "a-gusto indiferente". Estaba muy acertado Schopenhauer al indicar que "la felicidad está en el ser, el interior." 

Al otro lado del espejo de Alicia y como reflejo del mismo, frente al dolor los individuos se vuelven a su vez, por imposición, también indiferentes, aunque desarrollando un peligroso sentido estético, el deleite por la morbosidad. 

Encienden la televisión y aparecen cuerpos desmembrados. Simultáneamente, comemos animales del plato a los que les arrancamos la carne de los huesos. Los rostros impasibles, embebidos de lo sórdido, lo nauseabundo como sinónimo de lo gozoso. 

Radiografía de la psicopatía: de la forma originaria de la infelicidad brota ahora la consoladora promesa de que los demás sean infelices también. Nadie puede ser feliz, y sin embargo, plantados ante el sufrimiento ajeno llegamos a disfrutar. 

El sufrimiento extraña el deseo de indiferencia, del "a-grado"-ausente de grado, de ese desinterés del que hablaba Kant en los juicios del gusto referido a lo bello como no utilidad ni centrado en el objeto, sino en el sujeto y sus sentimientos, pero sin fin, con un aplauso que no finaliza, una puesta de sol que no muere, congelar el instante y que parece haberse extraviado ¿o es que acaso jamás existió? 



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