La prudencia y moderación comprenden mi autolegislación. Si todos nos concibiéramos como moderados Césares en lugar de súbditos—menores de edad sin poder, habilidad de dirigencia y responsabilidad—nos iría muchísimo mejor. Todo gobierno se inicia con el autogobierno, y esto anterior no es otra cosa que el conocimiento y cuidado de sí y su réplica en el prójimo. Emperadores de una patria común. Como señalaban Platón y Aristóteles, "lo igual es amigo de lo igual". Tal cosa acontece con la virtud y el vicio. A lo anterior, el procurar la felicidad de uno mismo y la de los demás de acuerdo con su correspondencia virtuosa o de equilibrio, lo denomino sabiduría.
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