viernes, 8 de enero de 2021

LA SIMPATÍA [EMPATÍA] RACIONAL EN BARUCH SPINOZA. DE LA ONTOLOGÍA-EPISTEMOLOGÍA [EL SER-CONOCIMIENTO] A LA ÉTICA DE LOS AFECTOS: LA ALEGRÍA Y LAS NOCIONES COMUNES MATEMÁTICAS

LA SIMPATÍA [EMPATÍA] RACIONAL EN BARUCH SPINOZA. DE LA ONTOLOGÍA-EPISTEMOLOGÍA [EL SER-CONOCIMIENTO] A LA ÉTICA DE LOS AFECTOS: LA ALEGRÍA Y LAS NOCIONES COMUNES MATEMÁTICAS: 


Baruch Spinoza en su "Ética demostrada según el orden geométrico" deja resuelto, en el primer capítulo de la misma dedicado al tema de Dios, que únicamente cabe hablar de una substancia infinita que se autodetermina a sí misma y posee infinitos atributos. Al mismo tiempo, indica que no puede haber dos substancias con distintos atributos, por lo que es absurdo aludir a más de una en el sentido cartesiano de la res extensa—cosa física aislada de la res cogitans—cosa pensante o alma-.


El filósofo de origen judío [marrano-judío converso] neerlandés argumenta que la substancia infinita es lo que llamamos Dios, empero, se trata de una divinidad no humanizada ni integrada en las religiones. No hablamos de un Dios judeocristiano, sino equiparable completamente a la Naturaleza [Deus sive Naturaleza]. Spinoza está haciendo referencia al modelo mecanicista de la naturaleza iniciado con Descartes, la causalidad matemática dominante en el universo. Además, la Ética está confeccionada de acuerdo con el sistema de Euclides, con proposiciones, axiomas y demostraciones, enlazadas unas con otras, para ir probando aquello que se argumenta, imitando a los teoremas matemáticos.


LA PERSPECTIVA CIENTÍFICA Y MATERIALISTA DE SPINOZA


Hay que situar a Spinoza en el mismo contexto socio-histórico que Galileo Galilei-el universo está escrito en lenguaje matemático” y la revolución científica precursora de la Ilustración. De hecho, el pensador judío ocupaba la profesión de óptico, fabricante de lentes microscópicas y telescópicas [realidad aumentada y disminuida de los cuerpos], por lo que sus miras se encaminan hacia una definición no mística ni religiosa de la forma y conocimiento de la realidad objetiva.


En este punto hay que atender a la noción de inmanencia, vital en toda la filosofía de Spinoza. Esto se sintetiza en que todo lo que sucede no traspasa el plano de la substancia material, si bien acudimos a una noción de materia no delimitada por lo físico estructural, sino que opera en clave abierta y compleja—hipotética intuición de Spinoza a tenor de las contemporáneas materia y energía oscuras que componen el universo y no resultan capturadas-recogidas por la retina—amplificada a todos los estratos u ordenes de la vida humana, la ética, política y epistemología- y los demás seres vivos como partes integrantes de aquella. De la mentada substancia se capta su inteligibilidad o señales de su existencia. A estas señales comunicantes de su expresión se los denomina atributos y la substancia cuenta con un número infinito de los mismos. Sin embargo, los seres humanos solamente perciben-reciben limitadamente-finitamente dos de ellos, la extensión física y el pensamiento. De ahí que mente-cuerpo estén interconectados en bucle [ideas-afectos-], en tanto que son los canales de la substancia total.


La substancia autodeterminada es natura naturans y los modos de aquella, las especies del planeta seríamos la natura naturata, formas cambiantes de la substancia. Ahora se entiende por qué conforme nos autoconservamos de la mejor manera, centrados en la vida y no en la muerte-ad usum vitae-, la mayor utilidad para la vida, lo que nos mueve y aceptación de la muerte con actitud estoica, serena sabiéndose limitados por causas externas-enfermedades y la muerte-, pero no inhibidos ni angustiados por ello para vivir. Mediante esta actitud estoica y vitalista-el ser para la vida-, avanzamos en la capacidad de obrar y entender mediante el entendimiento-razón el camino a la felicidad del individuo, a su conocimiento interno y su reflejo-espejo en la idea común de todas las cosas singulares en Dios o la Naturaleza como su esencia [tercer género de conocimiento o de ciencia de la intuición] 


A mayor perfección del individuo, progreso en su potencia o capacidad para la acción de autoconservarse, valiéndose de la razón-“que no pide nada contra la naturaleza”-tendrá lugar un mayor conocimiento de la realidad material inmanente. Mediante este avance uno se sabe libre autogestionándose sabiamente. Esto se traduce en ser la causa de su alegría con su obrar prudente, respetuoso-equilibrado consigo mismo, en armonía con la naturaleza y amistoso. Consiste nada menos que en un manual útil para la vida [ad usum vitae], un rescate de la filosofía práctica de Aristóteles, y la comprensión de las verdaderas causas por las que somos afectados.


LAS NOCIONES COMUNES Y LAS NEURONAS ESPEJO ACTUALES


Gracias al paso de un género de potencia al siguiente, las partes, componentes del todo [la substancia infinita, Dios]obtenemos una idea adecuada de ella, pues contienen la esencia infinita de la substancia. Esto acontece, por ilustrar un caso principal, con la palabra hombre. Fruto de la razón, al modo de unas conclusiones lógicas donde resultan conocidas sus premisas, se perciben las nociones comunes de los seres humanos en un sentido semejante al matemático, dado que todos los modos humanos contienen la esencia de la idea de Dios o la Naturaleza, y por lo tanto sus mismos atributos de la mente-cuerpo [pensamiento y extensión]. 


Es decir, que producto de la ordenación de las cosas por las que somos afectados, advertimos que compartimos con otros modos humanos una misma mente y una extensión física con sus correspondientes afectos. Esto ya quedó explicado en la descripción previa de los conceptos principales de la filosofía de Spinoza.


Arrancando en la imaginación de ideas confusas y mutiladas, se evoluciona hacia el segundo género de potencia, los conceptos abstractos de la razón y el siguiente, la intución científica, gracias a un concepto clave heredado de los filósofos estoicos, el conatus. Este se define en la proposición VI de la tercera parte, y está referido al deseo de toda cosa por autoconservarse, y tomar a la Naturaleza bajo la tutela de la razón como orientadora de moderada virtud y diferenciarla del vicio. Spinoza menciona que “el deseo es la esencia del hombre” y que “estimamos algo como bueno porque lo deseamos”. En el segundo género de potencia o de conocimiento racional los hombres aperciben que el deseo les mueve a perseverar en el ser. Se percatan de que cuando concuerdan en todas las cosas es cuando logran objetivos más elevados para un número mayor de individuos, y a su vez con su obrar se hallan en equilibrio con su ser interno.


Tiene lugar una convergencia con Aristóteles en lo alusivo al yo-otro u otras mentes-cuerpos. El autoconocimiento o conocimiento de sí será-la causa de su alegría—paso a una perfección mayor— o su tristeza por ausencia de este [de auto-conocimiento]. El análisis de los propios afectos y sus desencadenantes es el encargado de abrir la conciencia para descubrir que del mismo modo que ellos quieren subsistir en esta vida de la mejor manera, lo más útil es comportarse virtuosamente con los demás seres humanos. El resto de modos humanos no dista en sus afectos, sino que padece cuando se le daña y nos descomponemos con ellos en los afectos tristes como el odio, venganza, envidia, etc. Por el contrario, les reporta un beneficio el ser activos y generar ideas alegres de los afectos del cuerpo con su obrar amistoso y recto.


De manera que el encuentro del individuo con otros individuos le está presente a la memoria y aquella los recuerda como partes integrantes de la esencia de Dios o la Naturaleza. Con base en esto se poseen, como se aclaró en el inicio, ideas adecuadas de los afectos del cuerpo tras esas interacciones con otras mentes-cuerpos, al converger los mismos con ideas adecuadas en la mente como esencia de Dios o la Naturaleza, y por ello decimos que lo que se conoce por la razón es eterno, en tanto que contiene la idea de Dios. Citando a Spinoza: “Es propio de la naturaleza de la razón considerar las cosas desde una perspectiva de eternidad”. Ética, II, Prop. XLIV. Así mismo, la mente está determinada a obrar por causas conectadas infinitamente como espejo de la naturaleza o Dios y en su correspondencia lógica, los hombres son espejos de otros hombres.


LA ALEGRÍA EN EL RECONOCIMIENTO AJENO


Dicho de otro modo, a través de la razón e impulsados por los afectos alegres-la alegría es el paso del hombre a una mayor perfección, -y por perfección él entiende lo mismo que realidad- los hombres operan como matemáticos que descubren sus componentes comunes, tal que si se comprendiese que la idea del triángulo expresa la esencia-naturaleza real- de la universalidad de todos los triángulos existentes, sean del tipo que sean. Atendiendo a esto, comprendemos porque al llegar a la razón se albergan ideas adecuadas-los conceptos abstractos del pensamiento universales del conocimiento y la virtud ética sinónima de potencia.


De este modo, aperciben los hombres que pertenecen a la misma categoría o concepto universal humano, apoyados en los fundamentos de la razón o nociones comunes. Las neuronas espejo operarían en esa identificación del otro como un yo, en la huella que la alegría que deja en su cerebro la interacción amistosa con otras personas y comportándose con ellos como lo hacen consigo mismos, con deber y prudencia-firmeza y fortaleza de ánimo. Por medio de la razón natural, los hombres concuerdan en todas las cosas y participan en el conatus o esfuerzo por perseverar conjuntamente en el ser, aumentado lo que les conduce a un estado más perfeccionado, la alegría, evitando lo que hiere a su naturaleza psíquica-corporal, los afectos tristes represores de la potencia de obrar. Por tanto, los conceptos del logos racional-acciones armonizan el pathos-pasiones- y lo regula en pro del mentado conatus.


Apoyados en este equilibrio psicosomático, comparable a la salud física-mental, que trae la alegría visualizada-diferenciada mediante la razón concordante con la Naturaleza, la compasión o conmiseración es rechazada por Spinoza, al no estar basada en la razón y tratarse de un padecimiento de la tristeza ajena. Los efectos de ella son, entre otros, que los individuos estén a merced de posibles riesgos futuros por ausencia de juicio [falta de phrónesis-deliberación correcta] y la persona a la que se preste ayuda quiera sacar provecho de nuestro bien hacer.]


CONCLUSIONES 


Como último punto, hemos alcanzado la conclusión lógica de la premisa de la simpatía spinozista. La simpatía deriva del amor y aquel de la alegría. La antipatía en cambio procede del odio y este surge de la tristeza. Sabemos entonces que la simpatía acontece por el conocimiento de los afectos reforzantes [idea adecuada] y el odio y antipatía a cuenta de la ignorancia de aquellos [idea mutilada o confusa]. Ha quedado a su vez reflejado el intelectualismo moral que mueve a toda la filosofía de Spinoza.


Nota: Ese paso de las pasiones a las acciones que nombra Spinoza es similar al de la doxa o imágenes de la opinión y episteme en Platón, el plano del conocimiento a cuenta de la razón universal en la que se reconocen los individuos. La opinión ligaría con lo empírico, ese cuerpo de imágenes mutiladas y confusas. A tenor de ellas se obvia la que es común a los seres humanos en sí, sus propiedades en sentido matemático. La virtud aristotélica de la episteme en juntura con la phrónesis- recordatorio de Aristóteles, la virtud que no debe olvidarse jamás-contiene los dos géneros de conocimiento o potencia restantes, la razón y la ciencia intuitiva- expuesta en "El Tratado sobre la Reforma del Entendimiento:" El conocimiento de la unión que tiene la mente con la naturaleza entera, el "amor intelectuallis" o amor a todas las cosas y seres singulares mediante el conocimiento:


“Tal es, pues, el fin a que tiendo: adquirir esa naturaleza superior y hacer cuanto pueda para que muchos la adquieran conmigo; pues también pertenece a mi felicidad esforzarme para que otros conozcan claramente lo que es claro para mí, de manera que su entendimiento y sus deseos concuerden plenamente con mi propio entendimiento y con mi propio deseo. Para llegar a este fin es necesario tener de la Naturaleza una comprensión que baste para adquirir esa naturaleza, y además constituir una sociedad tal como se requiere para que el mayor número posible llegue a ese fin tan fácil y seguramente como se pueda. Hay que dedicarse luego a la Filosofía moral y a la Ciencia de la educación; y como la salud no es un medio desdeñable para conseguir ese fin, sería necesario crear una Medicina perfecta; como, en fin, el arte vuelve fáciles muchas cosas difíciles, ahorra tiempo y aumenta las comodidades de la vida, no deberá ser descuidada la Mecánica”, pág 13. El fin de todos los fines humanos es conectar la mente con la naturaleza, ser conscientes de que todas las cosas pertenecen a la substancia infinita.


Por Jorge Beautell Bento

No hay comentarios:

Publicar un comentario