miércoles, 24 de junio de 2020

El suicidio es en realidad un acto tremendamente racional. Hay que pensar y decidir cómo y cuándo se va a marchar uno, y por supuesto de la manera más indolora posible. Un hombre sin razones sucumbe al absurdo y pone fin a su vida, pero uno carente por entero de pasiones; la ausencia del sistema de emergencia, apenas espera a que la sensación del absurdo le sobrevenga. Por eso en la existencia las pasiones acaban ganando la batalla ¿cómo amar y valorar la vida si se está exento de pasión?

No hay comentarios:

Publicar un comentario