Esto que sigue a continuación, me lo ha enseñado la filosofía moderna de Descartes [método], Leibniz [sistema], Spinoza [orden geométrico] y Kant [imperativo categórico]:
Difícilmente la conciencia moral se puede articular en el individuo careciéndose de un mínimo orden o concatenación de principios, al modo de supuestos/conjeturas válidos para resolver una operación matemática de geometría, álgebra o aritmética. Pongamos de ejemplo el socorrido teorema de Pitágoras.
Conforme se desplazan los meses, me percato más de la primacía del asentamiento y enlace entre los elementos participantes en la expresión de la respuesta moral, con vistas a despertar la idea de la justicia y obrar con ese concepto, tan resbaladizo aunque esencial: la responsabilidad, de la que emana la solidaridad [la preocupación por el otro y que también es uno mismo]
Me muestro escéptico con el nivel de compromiso de alguien autodeclarado absolutamente nihilista y similares, renunciantes de las preestructuras señaladas [esos principios elementales en la deliberación] en anteriores párrafos y que pretenden obrar desde un improvisado y mareante torbellino.
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