domingo, 9 de marzo de 2014

Mi propuesta para una pedagogía naturalista a raíz del experimentalismo y cientificismo de Dewey

Personalmente creo que la educación, a la que defino como <<el proceso de enseñanza- aprendizaje a lo largo de la vida, con la formación, producción y adquisición de manera activa de los conocimientos, destrezas, valores y actitudes en las personas>> debería fomentar siempre lo siguiente: 

La actitud crítica, la reflexión, la creatividad, tolerancia, diversidad, curiosidad, pluralidad, igualdad. Que esté presente la investigación científica, la experimentación considerando el aula/la clase como un <<laboratorio de ideas, un entorno de interacción, reacción, descubrimientos>>, donde en las explicaciones de los temas que se realicen se muestren ejemplos prácticos, con un cierto grado de entretenimiento junto a la exploración y estudio de la naturaleza en todos sus aspectos políticos, económicos, científicos, éticos, artísticos, filosóficos, psicológicos, y que se desarrollen las emociones, afectos y sentimientos de solidaridad, amor, cariño, aprecio, alegría, empatía, generosidad, compasión, ahondando e impulsando las motivaciones. En el mismo grado razonar, utilizar la razón para deliberar con prudencia, pensar antes de actuar si en el camino dañamos o herimos a otras personas, ni que las otras personas perjudiquen al individuo, sino impulsando el compañerismo, la amistad, la ayuda mutua. 

A la vez, que puedan tener acceso a la educación todas las personas, no importa su sexo, cultura, discapacidad, clase social, edad, identidad sexual, etc, con una educación pública, sin barreras o fronteras de ningún tipo

Esta deliberación supone actuar adecuadamente, consciente el sujeto/los sujetos, con justicia, sin dejar de lado la solidaridad, sus emociones. Es decir, ser cariños@s, considerad@s, respetuos@s, responsables con los miembros de las especies naturales, animales humanos, animales y plantas. Así se educa en libertad bajo las leyes de la naturaleza, sin imposición sino reflexión para lograr la conciencia en los sujetos de las mismas, la procedencia natural con el uso de la razón y las emociones naturales. Si causa dolor o tristeza alguna conducta, buscar otras alternativas que generen alegría y amor, pretendiendose que no haya sufrimiento, daño, enemistad, sino que en cambio se de colaboración para lograr bienes o fines, considerando a todos los individuos como fines en sí mismos, dignos de valor, respeto y estíma, sin que sean utilizados como medios o herramientas para el beneficio personal o que el sujeto sean maltratado, golpeado, herido para alcanzar objetivos. 

Cada sujeto se marcará, determinará sus propios objetivos, gustos, intereses. Pero lo deseable es que dialogando, relacionándose, participando con el conjunto de individuos, educándose por la familia, escuela, sociedad, amigo@s, no se atente contra la dignidad, respeto, aprecio, igualdad, justicia, solidaridad. Tales capacidades naturales de la razón y las emociones son importantísimas, vitales para la convivencia. Una no puede olvidar a la otra, mente y cuerpo considerados igual de importantes. Este proceso educativo dura toda la vida, nunca termina, no se limíta solo a la escuela, instituto, universidades, la denominada educación reglada o formal. Cualquier miembro de la sociedad puede contribuir a la educación (vecinos, familiares, asociaciones, museos, conciertos, teatros... siempre que se cumplan los principios éticos naturales ya que el ser humano es natural, también llamados <<virtudes>> en términos aristotélicos, señalados más arriba. 

¿Os parece bien este enfoque de la educación? ¿Qué problemas puede traer? ¿Cuáles son sus puntos débiles? ¿Existe un modelo educativo que podamos considerar correcto por completo? ¿Es algo inalcanzable ese modelo ?

No hay comentarios:

Publicar un comentario