No tomes demasiado en serio al mundo ni a ti mismo. De este modo, nunca te llevarás demasiados chascos, y pasarás una mejor estancia durante el incierto tiempo que estés vivo. Además, te reirás y aceptarás tu propia ridiculez, y jamás fanfarronearás con el autoengaño del ego: Pensar que no eres exclusivamente ridículo e insignificante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario