miércoles, 7 de septiembre de 2022

Del lenguaje como color de los fenómenos.

Los pensamientos sin palabras son como los granos de arena en el vasto desierto, o bien gránulos de finísima y escurridiza nieve de las elevadas cumbres. El lenguaje es un fluido por el que discurren el resto de elementos. El lenguaje es el color con el que advertimos el mundo, mientras que el pensamiento es la luz. No obstante, la segunda sin el primero no es más que un destello cegador y tremendamente triste. Hasta en lo inefable, lo que cuesta expresar se intuye un gran hilo de palabras superadas por el sentimiento. Lo sublime nos deja mudos, pero no deja de revelar que precisamos del lenguaje para definir-catalogar algo como sublime, bello, siniestro, etc. 

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