En contra de lo que se comúnmente se cree, los sentimientos no son más simples que los pensamientos. De ser así la gente se entendería mejor a sí misma, lo que pasa por desvelar los sentimientos que dan cabida a los pensamientos y tal cosa no suele caracterizarnos a los seres humanos. Tememos a los sentimientos porque suponen una prehistoria que no queremos recordar-rememorar. El pensamiento muchas veces obra como el cemento que tapa todo lo que gritaba a viva voz previamente. El pensamiento es experto en ocultar los materiales de la construcción.
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