domingo, 18 de septiembre de 2022

De la ambigüedad de la esencia del mundo

El optimismo nace como concepto con el filósofo Leibniz acerca de que Dios ha creado necesariamente el mejor de los mundos posibles. Sin embargo, todos sabemos que este mundo está lejos de ser maravilloso, por lo que es más conveniente un término a caballo entre lo excelso y lo horrible. El resultado es el mundo obtenido en su neutralidad, que es la realidad ambigua de todas las cosas existentes. De manera que es absurdo declararnos pesimistas u optimistas, en tanto que el mundo se comporta cuánticamente, en relación con las experiencias-vivencias de las personas. En otras palabras, Dios puede existir, pero no interviene en los asuntos humanos. La esencia del mundo es la que uno interpreta. 

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