viernes, 23 de septiembre de 2022

De la alegría y el amor como una experiencia estética

La alegría es una estrella fugaz y por eso cuando aparece pedimos deseos de obviar todo lo que no sea ella. Anhelamos habitar en esa estrella por un dilatadísimo intervalo espacio-temporal. Es curioso que tal fenómeno acontece en el arte, pero con la diferencia de que en aquel no captamos el espacio-tiempo y no hay un interés de posesión, de ganar más arropamiento. El arte como ya anunció Kant es desinteresado. La indiferencia es necesaria para desapegarnos. Amar supone un querer vencer si no dejamos el interés a un lado y nos derrota, sufrimos. Al amar hay que aparcar el interés de esa brevedad señalada en la alegría ajena al arte y comportarnos como si viviésemos una experiencia estética. 

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