Recientemente, me ocurre como lo que relataba Dostoievsky. No se si me estoy volviendo más idiota cada día y por eso no se me entiende. O acaso se trata de que yo no comprendo a los demás porque me he distanciado demasiado del mundo. En cualquier caso, siento que no pertenezco a este tiempo, ni tampoco al pensamiento y los valores reinantes. Me bautizo como "bicho raro", "especie descatalogada" en una selva que se me traga. Me engulle, y por eso trato de apartarme lo máximo posible de su llamada.
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