sábado, 15 de febrero de 2020

—Me pregunta usted por qué me desagrada en exceso la telebasura o visionar programas de prensa rosa/ de cotilleo.

—Es como si se me interrogase acerca del motivo por el cual, aún poseyendo escasas nociones sobre venenos y albergando suficientes neuronas, no decido ingerir el matarratas que han vertido en distintas secciones de mi edificio esta semana.

—Digo más. El cuestionamiento, es equiparable en su absurdo, a ser un optimista empedernido y acudir presto a por un bote de cianuro. Claro que comprendo, lo que no significa que lo comparta, que haya quien anhele lobotomizarse con chismes de desconocidos con objeto de huir de los ajetreos de la jornada.

—A estas personas les recomendaría que, ante tal encrucijada, se den un empacho de matarratas, repelente de insectos o compuesto químico letal a mano. Mejor intoxicarse que malgastar, a la par que maltratar, un órgano tan hermoso y poco dado al uso como el cerebro.

Fdo:

"Movimiento por la justicia y solidaridad con el cerebro."

No hay comentarios:

Publicar un comentario