Las estrellas eran hermosas porque alumbraban la caverna celeste, pero actualmente padecemos contaminación lumínica. La sobre-luz rompe la armonía. Aquella robó los diminutos diamantes, el faro frente la tinta de calamar. Ahora, nada más que queda la triste ceguera, con una vuelta a la oscuridad más cavernosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario