sábado, 18 de febrero de 2017

El lado luminoso del utilitarismo.

Llega el día en el que te identificas más con un Sith del supuesto lado oscuro, que con el héroe que blande la espada de la justicia universal, aunque con sus respectivos matices que ahora explicaré.
Por concebirme bajo la entidad ficticia de un Sith, perteneciente al grupo antagonista dentro del universo de Star Wars, entiendo mantener la postura del utilitarismo, basado en sostener que sí existe un egoísmo (que no es necesariamente negativo, tal como ha sido comprendido hasta la fecha, sino positivo, con base en la propuesta realizada por una amiga mía), y utilidad en todas las cosas e intereses que impulsan la ejecución de cualquier acción, atendiéndose a los fines prácticos, frente al cuerpo teórico de la intencionalidad y asunción del deber (deontología).

Retomando la analogía con la saga "Star Wars", en absuto soy un Jedi desinteresado, un sujeto racional puro y lógico, quién piensa además que debe obrar siempre de la misma forma, apoyándose en un deber universal y la imparticion de justicia por obligación, reprimiendo sus intereses y emociones subjetivas particulares.

Sucede todo lo contrario, dado que obro de X forma en un ambiente X porque tengo una intención, inclinación emotiva de hacerlo de X modo (con sus condicionantes y determinaciones. Debido a esto, desdeño la creencia en un libre albedrío o libre voluntad. Luego mantengo que estoy equipado con deseos, pasiones, emociones, motivaciones, creencias, significados, juicios hipotéticos (probables, contingentes)para ejecutar una determinada acción. 

Así, me veo obligado a adoptar una posición escéptica y pragmática  (Los significados en su uso particular, en lo que respecta al contexto/situación, ligados a éste) 

Siguiendo con el emotivismo de David Hume, las emociones constituyen el propulsor para albergar un posterior razonamiento que me haga ejecutar una acción, variando ésta según la situación particular que se me presente. Bien distinto es el uso que le otorgue. Es decir, que deseo,estoy provisto de intereses, caminando en una u otra dirección dependiendo de las creencias éticas y morales interiorizadas. Todo ello en consolidación con mi apoyo a la visión spinozista, que se ve reforzada por la teoría darvinista basada en el conatus, la autopreservación de las especies, mediante la privación del sufrimiento ajeno en cualquiera de sus integrantes.  
Por lo tanto, estoy a favor de prestar ayuda, cooperar entre los sujetos siempre que resulte posible, con objeto de lograr experimentar un posterior equilibrio psicosomático (estar bien de mente y cuerpo, con la obtención de unos beneficios colectivos en los resultados gracias a la suma de potencias. No obstante, debe quedar claro que los sujetos mencionados no son ideales, reducibles a categorías de tipo A, B,C,D homogéneas, iguales en todos los aspectos. La singularidad, individualidad del cuerpo de creencias, emociones, experiencias locales-culturales está contenida en A y los demás. Luego no parece adecuado hablar de un A equiparable a una totalidad de características universales. 
Sin embargo, admito que en el caso de resultar imposible hallar mejoras que afecten a todo el colectivo, habrá que obrar buscándose los mejores resultados, aquellas consecuencias beneficiosas para la mayoría y el sujeto particular, que no siempre concuerdan con las expectativas, negándome con ello la idea de la sujeción a un deber basado en el cumplimiento de un código normativo inamovible. Me pregunto lo siguiente: ¿De que sirve la intención si el resultado es nulo, o bien perjudicial?

De este modo, estimo relevante la presencia de la acción práctica-intención teórica, ambas, si bien le concedo más importancia a las consecuencias en la praxis que la última (la voluntad es más débil de lo que pensamos), de acuerdo con las circunstancias circundantes. Los objetivos iniciales no se mantendrán fijos, sino que variarán según las circunstancias que rodeen a los individuos, al tiempo que sus prioridades en el curso de la acción también sufrirán alteraciones. 

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