sábado, 18 de enero de 2014

 "Del naturalismo filosófico a la pedagogía": "En busca de la ciencia para llevar a la práctica los métodos en educación". 

Aunque pueden discrepar conmigo y no posicionarse a favor de mi opinión, lo cual respeto por supuesto.

Me parece que resulta necesaria una Pedagogía, educación presentada desde un enfoque filosófico más analítico, anglosajón, práctico, investigador, científico, pragmático... Tal vez exista un fallo de raíz en la Pedagogía, que explique su falta de aplicación, de visualizarse sus aportes novedosos y alternativos en algún contexto educativo como la escuela, institutos y universidades.

Una posible razón, podríamos hallarla en que hasta ahora la Pedagogía solo ha bebido de fuentes filosóficas (autores y enfoques) continentales, posmodernas en su base (europeas, alemanas y francesas en especial cercanas a la literatura, metafísica, interpretación, arte).

Se desprestigia a la ciencia, la relación del alumnado y profesor@s con la naturaleza material, y su labor (de la ciencia) para con la función y metodología didáctica (referida a la enseñanza-aprendizaje), considerando poco menos que autoritaria su aplicación, jerárquica, pasiva en el niñ@, imponiendo un conocimiento técnico que impide que de se desarrollen los valores, la participación activa. No se le concede ni una sola oportunidad. La ciencia puede ser crítica e invitar a l@s niñ@s, jóvenes y mayores a pensar, reflexionar, cuestionarse las cosas, cooperar, aprender investigando, explorando junt@s.

Así, relegando a la ciencia fuera de lo deseable educativamente hablando, eliminando su rigor, demostraciones y carácter práctico, al final se suelen quedar en la mera teoría, construyen castillos en el aire, enfoques que no llegan a tocar el suelo. Sin demostración, experimentación, llevarla a un terreno práctico, que permitan el aterrizaje de esas teorías.

Por ejemplo, el filósofo griego Aristóteles, pensaba que la teoría científica, el conocimiento natural (episteme) estaba ligado profundamente a la educación ética, el saber práctico que permitía actuar bien, con justicia, razonando, reflexionando para que nuestros intereses no resulten egoístas, con prudencia (phronesis), justicia.

¿Por que alejar entonces ese mundo natural científico al de la educación, el mundo social, de las normas, derechos y valores? Así mismo, tampoco el plano subjetivo, el referente a las emociones y sentimientos se olvida en la ciencia. Estas son esenciales para comprender porque actuamos de una manera o de otra, que motiva a que poseamos unas creencias determinadas, interiorizadas, que nos influyen en las acciones que realizamos. Según los estudios llevados a cabo en neurología, para el cerebro es positivo lo que llega como resultado de emociones agradables, logrando mayor longevidad incluso, y negativo de pensamientos que conlleven odio, rabia, venganza hacia los demás.

Teniendo en cuenta esto, por parte de la ciencia se deberá pretender alentar, potenciar la solidaridad, felicidad, alegría, empatía. Traslademos estos pilares cientifcos naturales, sociales y subjetivos, unidos,entrelazados a la dimensión educativa, que participa también de los principios y leyes de la naturaleza, con un movimiento, la potencia para mejorar lo que somos en acto, logrando a su vez una mayor potencia de nuestra acción.

Otro ejemplo de buen modelo pedagógico, educativo por parte de la ciencia, reside en el gran astrónomo Carl Sagan y sus espléndidas lecciones, claras y sencillas, sobre el cosmos, el vasto universo en el que nos encontramos. Planteando preguntas, provocando que l@s pequeñ@s que le escuchen se pregunten ahora también por el orígen de las galaxias,  con interesantes incógnitas que ahora resuenan en sus cabezas gracias al por qué que generaron las explicaciones científicas anteriores.


 "Del naturalismo filosófico a la pedagogía": "En busca de la ciencia para llevar a la práctica los métodos en educación".

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